La Fundación Gaspar Casal y Sandoz presentaron esta semana, en el Hospital Universitario Río Hortega de Valladolid, el ‘Libro Blanco de los Medicamentos Biosimilares en España: Innovación y Sostenibilidad’, en un acto que contó con la participación del consejero de Salud de la Junta de Castilla y León, el Antonio Sáez Aguado, que anunció que la penetración de biosimilares en esta comunidad autónoma ascendió hasta el 43% en agosto.
Así, fruto de la apuesta de la Consejería por potenciar la utilización de estos productos para mejorar el acceso a medicamentos innovadores, Sáez Aguado aseguró que "en los últimos meses el uso de biosimilares en los hospitales de la Comunidad está creciendo de forma más acusada que en periodos previos, pasando del 27% en el primer trimestre de 2018, a un 43% en agosto". Entre elementos dinamizadores de esta tendencia destacó "las actividades de información y formación realizadas en Sacyl", que han contribuido, dijo, "a aumentar la confianza de los profesionales en los medicamentos biosimilares y, por consiguiente, a su utilización".
Finalmente, el consejero manifestó que la "estos medicamentos constituyen una expectativa para la sostenibilidad del sistema sanitario y, por tanto, para financiar el resto de la innovación", y argumentó, en este sentido, que "los biosimilares se comercializan con importantes reducciones de precio sobre el del original, favorecen la competencia y contribuyen a la liberación de recursos para la incorporación de nuevos tratamientos".
Misma eficacia y seguridad
En el encuentro también participó Mª José Cuadrado, directora del Servicio de Reumatología de la Clínica Universidad de Navarra, quien afirmó que "estos tratamientos ofrecen la misma eficacia y seguridad que los biológicos, pero con menor coste y menor impacto en el sistema".
No obstante, Ramón García, hematólogo del Hospital Universitario de Salamanca y presidente electo de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH), puso el énfasis en los retos a los que estos productos tendrán que enfrentar en los próximos años, retos que pasan, dijo, por "demostrar seguridad a largo plazo sin merma de la eficacia frente al original", así como "seguir evolucionando con la aparición de otros nuevos a medida que se vayan extinguiendo patentes".
Pese a lo dicho por el consejero, el hematólogo defendió la necesidad de "mejorar el conocimiento y la formación de los profesionales sanitarios en el desarrollo y uso de los biosimilares para mejorar el acceso de los pacientes a todos estos tratamientos, estimular el desarrollo de nuevos fármacos innovadores y garantizar la sostenibilidad del sistema". Cuadrado también habló de la formación, tanto de los profesionales sanitarios, como de los pacientes y la sociedad, e indicó que, mientras "los profesionales sanitarios necesitan conocer en profundidad el proceso de producción los biosimilares y saber que hay pequeñas variaciones en cada lote, pero que éstas están reguladas y no tienen impacto en la eficacia y seguridad del medicamento", es igualmente relevante "transmitir a los pacientes que los biosimilares no tienen ninguna diferencia significativa con el original".