Pedro Luis Sánchez, director del Departamento de Estudios de Farmaindustria, fue otro de los ponentes en el XV Seminario Industria Farmacéutica & Medios de Comunicación, con una charla en la que trató de desmontar el discurso que apunta a que el gasto farmacéutico, sobre todo teniendo en cuenta los medicamentos innovadores de alto coste, supone una amenaza para la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud (SNS).
En este sentido, lo primero que hizo Sánchez fue marcar una ralla y separar aquellos medicamentos que permanecen bajo la protección de una patente, cuya proporción en el gasto total habría pasado del 32,5% en 2013 al 27,8% en 2018, de los que la han perdido.
No obstante, como reconoció Sánchez, parte de los mensajes de preocupación que suelen lanzarse con respecto a la capacidad del SNS para pagar la innovación tienen más que ver con la innovación que está por venir, una impresión que se ve reforzada cada vez que la industria hace referencia a las 7.000 moléculas que componen actualmente el pipeline. Según datos a los que hizo referencia el director de Estudios de Farmaindustria, sólo un 63% de las moléculas pasan la fase I, en torno al 30% pasan la fase II, y ronda el 58% la proporción de los que superan la fase III. La tasa de éxito acumulada rondaría, dijo, el 9,6%. "Con suerte, unas 500 de todas esas moléculas llegarán al mercado", concluyó.
Además, recordó que muchos de los medicamentos que actualmente están en fase de investigación clínica se dirigen a las mismas patologías-pacientes, "por lo que se puede decir", explicó, "que varios medicamentos se van a repartir los pacientes para los que están indicados". "No todos los medicamentos vendrán a incrementar el gasto", añadió, "sino que muchos competirán entre sí".
El representante de la patronal no rehuyó la controversia generada por el coste de las nuevas terapias celulares CAR-T, e hizo alusión a informaciones que sitúan el coste inicial de estas terapias en el entorno de las 282.000 libras en Reino Unido. "En estos casos", matizó, "hay que tener en cuenta que los cálculos hablan de 30 pacientes", con lo que la inversión total en estas innovaciones no será tan alta como si fueran a un grupo amplio.
Junto a estas cuestiones, se refirió al efecto de las expiraciones de patentes, y opinó que, "cualquier proyección que se haga del gasto farmacéutico implica tenerla en cuenta, ya que de dichas expiraciones se derivarán bajadas de precios automáticas del 30-40%". A este respecto, citó datos de IQVIA, que indican que, hasta 2021, se esperan unos ahorros de unos 143.000 millones de dólares por este motivo. Unos ahorros que además podrían elevarse si avanzan con éxito propuestas como las tratadas en el seno de la Unión Europea para permitir la fabricación de genéricos, tanto para su exportación, como para poder comercializarlos el día uno tras la expiración en el Viejo Continente. Para Icíar Sanz, directora del Departamento Internacional, el hecho de que la medida prospere ayudaría "a trasladar la imagen de en Europa se están erosionando los derechos de propiedad industrial".
El gasto bajo control y el convenio
Como conclusión, afirmó que "el gasto farmacéutico en los países más importantes de la UE está bajo control, por debajo del crecimiento del gasto sanitario y en línea con las previsiones de crecimiento de la economía". En España, además, existe actualmente un acuerdo entre Farmaindustria y los ministerios de Sanidad y Hacienda, para mantener el gasto en medicamentos innovadores en línea con el PIB. Un acuerdo que tendría que ser renovado en próximas fechas, ya que expira el 31 de diciembre. Tanto Martín Sellés, presidente de la patronal, como Humberto Arnés, director general, prefirieron esperar a ver la posición que toma el Gobierno de Pedro Sánchez al respecto, ya que el convenio es una herencia del Ejecutivo anterior y varios miembros del PSOE lo criticaron en su día.
Más allá de la amenaza que suponga, o no, el gasto farmacéutico para la sostenibilidad del SNS, está sobre la mesa el debate de la dotación adecuada de éste. Sellés mostró también la postura de Farmaindustria a este respecto, y afirmó que "deberíamos reflexionar si podemos ganar 1-2 décimas anuales en los próximos ejercicios para terminar situándonos en el entorno del 6,5% del PIB". "Llegar al 7%, como dicen algunos economistas, sería inyectar 10.000 millones más para Sanidad, y eso no parece alcanzable, al menos a corto plazo. Hay que seguir reflexionando, aunque cada vez hay más gente que razonablemente piensa que deberíamos ir hacia el 6,5%", concluyó.