La ministra de Sanidad, Consumo y Bienestar Social en funciones, María Luisa Carcedo, participó en la V Conferencia del Ciclo ‘Nuestra contribución al Pacto de Estado por la Sanidad’ impulsado por la Asociación Española de Derecho Farmacéutico (Asedef), y, durante su intervención, defendió una transformación del Sistema Nacional de Salud (SNS) para hacer frente a los nuevos desafíos y necesidades. Parte de esa transformación pasa, dijo, por dar cabida a nuevas prestaciones aunque, en este punto, no dudó en poner la eficiencia como un criterio indispensable a tener en cuenta.
Entre los principales desafíos, citó el envejecimiento de la población; las consecuencias de la incorporación de la mujer al mercado laboral y la necesidad de compensar el papel que venía jugando en los cuidados; la pérdida de capacidad del SNS para evitar desigualdades en salud, como consecuencia de las políticas de austeridad; el impacto sanitario del cambio climático; la incorporación de la innovación y, en general, la sostenibilidad económica, pero también moral, del sistema sanitario.
Para dar respuesta a estos desafíos, ha opinado, en primer lugar, que es preciso “impulsar la Salud pública”, en general, y la promoción de la salud y la prevención, de forma más concreta. También ha considerado que, dado que la salud bucodental ocupa una porción importante del gasto en salud de los hogares, es necesario poner en primera línea de prioridad su cobertura pública, como lo es avanzar en el fortalecimiento de la Atención Primaria para, una vez recuperada la universalidad, “reforzar la equidad”.
En lo que respecta a la gestión de la incorporación de la innovación, opinó que es clave hacerlo de forma “racional”, “sobre la base del coste-efectividad, el valor terapéutico y la eficiencia, mediante la evaluación sistemática y transparente”. “Esa racionalización no solo debe aplicarse a nuevas inversiones, sino que también debe guiar las desinversiones a medida que vayamos acumulando evidencia”, ha apostillado. Y es que, según Carcedo, “un SNS ineficiente no es sostenible para nadie, ni para la industria”.
En relación con la incorporación de la innovación, defendió el modelo de “introducción planificada de los medicamentos de alto valor, como las CAR-T, que garantiza que van a beneficiar de forma equitativa a todos los ciudadanos”.
Para concluir, la ministra apostó por seguir adaptando el SNS “a los tiempos actuales, y dar respuesta a las necesidades actuales, consiguiendo que siga siendo sostenible y útil, y cumplir con el mandato de la Constitución Española de proteger el derecho a la salud”.
Durante su discurso, Carcedo rehusó hacer comentarios en relación con la farmacia, pese a que antes de ella había intervenido Jesús Aguilar, presidente del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos (CGCOF), que le había ofrecido el potencial del sector “para la mejora sanitaria y social”, y había mostrado su preocupación por las últimas medidas anunciadas para regular el mercado de biosimilares y genéricos. En relación con éstas, Aguilar opinó que podrían poner en peligro “la sostenibilidad de muchas farmacias y también el suministro de algunos medicamentos”.