Actualizado el documento con las recomendaciones de tratamiento para pacientes con Covid-19

El Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias y la Dirección General de Salud Pública, Calidad e Innovación han coordinado la actualización del documento 'Manejo clínico del Covid-19', con una nueva versión específica en la que se incluye toda la información relacionada con los tratamientos que están siendo utilizados en pacientes afectados por el coronavirus. En su redacción han participado 15 sociedades científicas, entre ellas las de Farmacia Hospitalaria y la de Farmacología Clínica, así como la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) y los consejos generales de colegios de médicos y enfermeros.

El objetivo del documento, declaran, es el de "guiar el manejo clínico de los pacientes con Covid-19" para, "lograr el mejor tratamiento del paciente que contribuya a su buena evolución clínica".

En este sentido, aclaran que "no existe actualmente evidencia procedente de ensayos clínicos controlados para recomendar un tratamiento específico para el coronavirus SARS-CoV-2 en pacientes con sospecha o confirmación de Covid-19", aunque, con los conocimientos actuales, "se pueden hacer ciertas recomendaciones (incluidas en el documento)". Una de las más importantes es que los medicamentos en investigación se administren "solo en el contexto de ensayos clínicos aprobados o en el marco del uso de medicamentos en situaciones especiales, con estricta monitorización clínica".

El nuevo documento se incluye un listado de factores de riesgo, asociados a patologías, que podrían hacer recomendable el tratamiento farmacológico. Se incluyen algunas condiciones existentes en pacientes inmunodeprimidos, con cardiopatías, con neumopatías crónicas, así aquellos en diálisis, con depanocitosis o con diabetes tipo 1 siempre que exista un mal control metabólico.

En cuanto a los cuadros clínicos que podrían requerir tratamiento, separan los cuadros leves y moderados en los que las pruebas radiológicas no evidencian infiltrados, de los moderados con pruebas radiológicas en las que se han detectado infiltrados y los graves. De esos escenarios depende que la recomendación vaya dirigida a aplicar solo tratamientos sintomáticos, o a valorar la terapia con lopinavir/ritonavir, con ésta más interferón, o cuándo acudir a la solicitud de uso compasivo de redemsivir, que todavía no cuenta con autorización de comercialización, lo que, de momento, se restringe a los casos más graves.

Recomendaciones susceptibles de cambios

En cuanto al tratamiento antiviral específico contra la infección por SARS-CoV-2, se indica que, de momento, "no se conoce un tratamiento eficaz y seguro". Existen ensayos en marcha, pero unos acaban de empezar y otros están en fase de diseño, por lo que todas recomendaciones "son susceptibles de cambios".

Dentro de este grupo incluyen al oseltamivir, y subrayan: "Los inhibidores de la neuraminidasa se han utilizado en casos de MERS-CoV y oseltamivir ha sido inicialmente empleado en la epidemia de COVID-19 en China, pero no está clara su eficacia y posiblemente se ha usado para el tratamiento de la coinfección con gripe. En el momento actual no está recomendado, salvo en coinfección con gripe".

También se hace referencia a los casos en los que se pueden administrar corticoides, que, explican, "no están recomendados de forma general", así como antibióticos, que "no están recomendados de inicio", pero que, en función de los resultados microbiológicos, podrían estar indicados. Así sería en casos de sospecha de sobreinfección bacteriana, por ejemplo.

Adicionalmente, se incluye un apartado específico para determinar los casos en los que se podría utilizar tocilizumab, que, recuerdan, se encuentra también en investigación.

Las recomendaciones, que, como se decía, están sujetas a cambios en función de la evidencia que se vaya generando en la práctica clínica y en el marco de los ensayos, están segmentadas en función de si los tratamientos se van a aplicar en adultos, o en población pediátrica, ya que son precisos algunos ajustes, por ejemplo, en las pautas de dosificación para tratar de optimizar la relación beneficio-riesgo.