"La demanda de cisatracurio se ha llegado a incrementar un 800% entre enero y marzo. Ha habido días en los que hemos tenido que calcular los gramos que enviábamos por comunidad autónoma, según la ocupación de las UCIs y ajustándonos a los protocolos habituales". Lo aseguraban hace días fuentes de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) a este periódico. También han llegado llamadas muy crudas a algún laboratorio en los momentos más difíciles: "Si mañana no disponemos de este producto, la gente empezará a morir en las UCIs". "Y lo peor es que estamos seguros de que no era un farol", indica el responsable al que le llegó esta llamada, aliviado por poder comunicarle a las autoridades que el producto venía ya de camino desde un país extranjero. Al final, estuvo donde y cuando se necesitaba.
Éstas son algunas muestras extremas de las tensiones que se han vivido en los momentos más críticos de la pandemia por Covid-19 para garantizar los suministros de medicamentos. Por suerte, la capacidad de algunos laboratorios para incrementar su producción o para importar medicamentos de otros países y el trabajo en coordinación con la Agencia para racionalizar la distribución de las existencias ha servido para evitar más disgustos de los que ya de por sí nos está dando esta crisis sanitaria.
Para profundizar en la labor que han realizado las compañías farmacéuticas en los días más duros hemos hablado, entre otros, con Enric Jo, director industrial de Reig Jofre, que cuenta con varias decenas de presentaciones de las incluidas por la Aemps en su lista.
Divide los productos afectados, en su caso, en dos grandes grupos: en primer lugar, los necesarios para tener a pacientes intubados, donde destacan, de su catálogo, midazolam, cisatracurio, remifentanilo. Con éstos, admite, "hubo desconcierto al principio, ya que los hospitales incrementaron mucho la demanda y era difícil determinar cuál tenía más urgencia. Eso, hasta que la Aemps cogió el testigo e impuso la distribución controlada".
Ésta se lleva a cabo a través de Raefar, la plataforma digital de la Agencia que sirve para realizar el control diario de stocks y fechas en las que estos se repondrán. "La Aemps va cruzando la demanda de hospitales y las existencias de los distintos laboratorios para planificar la distribución, midiendo que no hubiera acumulación y que todos tuvieran. Han hecho, en ese sentido, un trabajo extraordinario", explica el representante de Reig Jofre.
Además de la buena coordinación con la Agencia, la reorganización productiva de este laboratorio ha sido fundamental para poder abastecer al mercado de estos tres productos, cuya demanda ha estado "cuatro o cinco veces por encima de lo normal". "En algún producto hemos fabricado en tres semanas lo que se suele fabricar en un año", comenta, y asegura que, una vez que se ha podido poner esa producción en el circuito, "la demanda se ha racionalizado".
Otro grupo de medicamentos donde también ha existido una presión especial ha sido en el de los antibióticos por infecciones oportunistas por neumonía, como pueden ser piperacilina/tazobactam, amoxicilina/clavulánico o ceftriaxona, donde, asegura, el pico de demanda se ha ido cubriendo y no ha hecho falta aplicar la distribución controlada. Actualmente, disponen de un stock de seguridad que serviría, estima, "para cubrir la demanda en caso de rebrote". Por el momento, se dedican a estar pendientes de que la Aemps pueda detectar algún problema de suministro para actuar inmediatamente.
Reig Jofre también produce alcoholes y clorexhidinas, productos para garantizar la higiene frente al virus que fabrican "con calidad farma". Su director industrial indica que ha habido incremento de demanda sustancial, aunque no se ha llegado al control la distribución por la Aemps, porque había oferta suficiente. En este caso, no obstante, también han procedido a elevar la producción, pero, matiza, "estos bienes se producen con cierta agilidad, se pudo hacer rápido, mientras que otros, como los inyectables, requieren más tiempo y controles más exhaustivos".
El 'stock' para un año, fulminado en una semana
En el caso de Pfizer, José Luis González, director de Supply Chain para España y Portugal habla también de varias decenas de presentaciones afectadas, entre las que destaca a productos antiinfecciosos, anestésicos y antivirales, principalmente. Disponían, para todos ellos, de un stock de seguridad de dos meses "que se agotó en la primera semana en la mayoría de los casos". Un caso extremo fue el de uno de sus anestésicos (prefiere no concretar el nombre) que se usa para intubar: "Teníamos un año de stock de seguridad y nos duró una semana".
Como se trata de un producto que no se produce en España, lo que ha tenido que hacer la compañía ha sido importar de países como Estados Unidos, Canadá y algún país nórdico. En este sentido, González reconoce que el hecho de que la pandemia explotara en España antes que en otros países les ha dado "cierto margen para traer stocks de fuera", algo crucial, teniendo en cuenta, como dice, que "no había muchos más proveedores". La Aemps, por su parte, también habría contribuido agilizando las autorizaciones excepcionales de importación (la compañía ha aplicado un plan de reorganización de su producción a nivel global para enfocarse en los productos más críticos y tratar de responder a la demanda de los distintos países).
Una vez que el producto ya estaba en el país, el trabajo se ha basado en coordinarse con la Agencia para la distribución controlada del producto, con el objetivo de evitar acaparamientos por parte de algunos hospitales y faltas en otros, lo que habría obligado a enviar después producto de un lado a otro. "Hicimos un piloto con las Aemps para la distribución de este anestésico, aportando nuestra experiencia. Nosotros habíamos puesto en marcha un mecanismo interno para casos de desabastecimiento, para poder asignar producto a cada hospital ajustándonos al mínimo que necesitaran, calculando en función del número de camas UCI. La Aemps vio que lo estábamos haciendo bien y empezamos a trabajar con él", apunta.
Para garantizar la correcta distribución, han contado con el apoyo de su operador logístico. Acordaron con él introducir un turno de noche y otro de fines de semana. "En los cuatro fines de semana previos, siempre hemos tenido pedidos de urgencia. Ha habido mucha carga de trabajo, mucho estrés y mucha urgencia hasta el Sábado Santo. Desde ahí se ha ido normalizando la demanda, aunque mantenemos los dos turnos, por si hubiera un rebrote", explica.
Finalmente, Jesús Ponce, presidente del Grupo Novartis en España, nos cuenta la experiencia de esta compañía, en la que se integra Sandoz, una de las empresas de genéricos que operan en el país y que comercializa hidroxicloroquina, uno de los fármacos que se están aplicando de forma experimental para tratar la enfermedad por Covid-19.
Recuerda que la compañía se ha encargado de importar "un número significativo de dosis solicitadas para ensayos desde Estados Unidos". Explica, a este respecto, que el producto no cuenta con autorización en Europa, por lo que se ha traído "con autorizaciones específicas y aceleradas" otorgadas por la Aemps.
Adicionalmente, da cuentas de la labor que han realizado los laboratorios y la patronal, Farmaindustria, en cooperación con la Agencia, para tratar de concienciar a las comunidades autónomas y los hospitales sobre la necesidad de evitar las "avalanchas" de pedidos. "Para ello, ha sido importante poder transmitirles que se iba a suministrar a todos y que pedir producto para varias semanas de golpe podía generar problemas de suministro", comenta.
Medidas de seguridad en los centros de trabajo
Junto a estas medidas directas para garantizar los suministros, los distintos laboratorios consultados han implementado medidas para garantizar la seguridad de su personal y, con ello, blindar también su actividad. En Reig Jofre empezaron "enseguida a tomar temperatura a todo el personal y mandar a casa a quienes presentaba febrícula". En la planta de Barcelona, de hecho, han tenido más de 30 bajas, algunas de ellas, eso sí, "por prudencia". De los infectados, unas 15 personas, "más de la mitad han vuelto a sus puestos de trabajo porque ya han dado negativo".
Aunque les costó, equiparon pronto a su personal de producción con "mascarillas y guantes", elementos de protección que extendieron también a encargados del packaging. "Ha costado, pero conseguimos recibir material para mantenernos 2-3 semanas sin riesgos", explica el director industrial, que habla también del establecimiento de turnos para reducir la afluencia al comedor, los vestuarios y los descansos y poder mantener las distancias de seguridad. Además, en la sede central de Barcelona, 100 de los 400 trabajadores de la compañía teletrabajan. Y un gesto poco usual ha sido la decisión adoptada en el consejo de administración, por la cual, se posponen las compensaciones al equipo de dirección por los resultados correspondientes al cierre de 2019.
Por la parte de Pfizer, la compañía ha trabajado con su operador logístico, que da servicio a otros fabricantes de medicamentos y cosméticos, para garantizar la aplicación de protocolos de seguridad y para que si, como explica González, "hubiera algún contagio, se pudiera asegurar el suministro". Estos protocolos incluyen el mantenimiento de distancias y la provisión de material de protección. "No ha habido ningún contagiado. Además, siempre ha existido un equipo de back up, aunque no ha hecho falta su intervención", asegura.
Finalmente, Ponce, presidente de una compañía con siete plantas de fabricación en el país, aunque en ninguna de ellas se produzca ninguno de los medicamentos afectados por control de distribución, se ha asegurado de que todos sus empleados pudieran trabajar con seguridad. Para ello, detalla, se han reducido turnos, se ha trabajado para evitar la coincidencia en lugares comunes, se han reducido horarios y se han distribuido mascarillas y guantes a los que han tenido que acudir a los centros de trabajo. No obstante, ellos han promovido todo lo posible el teletrabajo, hasta el punto de que "más de 2.000 de las 3.000 personas que trabajan en el Grupo lo hacen desde casa", intensificándose así una dinámica de promoción de la conciliación que, asegura, "ya existía, pero que ahora hemos reforzado". A todos ellos se les están facilitando además servicios de "apoyo emocional, telemedicina y otros", de la mano de sus proveedores habituales de servicios de salud.
Calidad pharma, però trabajando bajo convenio químico. Y dónde están los agradecimientos a l@s trabajador@s que hicieron ésos sobre esfuerzos de horas y de festivos, que de seguro eran los primeros en comprender la situación y arrimar el hombro, y no teletrabajando precisamente.
Buenos días. Como autor del artículo, me hago cargo de lo que usted plantea. Tengo que decirle, a ese respecto, que las tres empresas reconocieron el esfuerzo y el compromiso de sus empleados para hacerlo posible. Yo omití esa parte porque el artículo estaba enfocado más bien a la planificación y la gestión de la respuesta a la crisis, no tanto a la ejecución. Siento que eso haya podido ofenderle. Le envío un cordial saludo y mi reconocimiento, a usted y a los trabajadores de la industria.