Nos encontramos en el ecuador de la legislatura para un importante número de comunidades autónomas. La pandemia de la covid-19 ha protagonizado gran parte del tiempo y los esfuerzos del sistema sanitario en este tiempo, pero más allá de la pandemia hay otras cuestiones que son importantes para las consejerías de Sanidad. Es el caso de La Rioja, donde Sara Alba, consejera de Salud y portavoz del Gobierno de La Rioja ha concedido a Diariofarma una entrevista para analizar todas estas cuestiones.
Pregunta. No encontramos en el ecuador de la legislatura, ¿qué balance realiza de la actividad de la consejería que dirige?
Respuesta. Es difícil realizar un balance en una situación tan excepcional como la que nos hemos encontrado desde marzo de 2020. Apenas llevábamos unos meses al frente de la consejería, cuando empezamos a trabajar en la gestión de la pandemia. Nuestra primera actuación enfocada a la contención del coronavirus fue el 25 de enero de 2020, aunque entonces ni siquiera éramos conscientes de la dimensión que iba a alcanzar. Hoy llevamos más tiempo gestionando la Sanidad riojana en pandemia que sin pandemia, y a pesar de la enorme complejidad de este contexto de crisis sanitaria, hemos avanzado y alcanzado grandes hitos en nuestro principal objetivo, que es fortalecer la Sanidad Pública Riojana. Hemos recuperado para el Sistema Público de Salud servicios asistenciales que estaban privatizados y le había restado valor añadido y atractivo profesional, creado servicios hospitalarios como las Urgencias Pediátricas, una demanda histórica para esta comunidad, o dotado a la Atención Primaria de una nueva estructura para facilitar la gestión integral de todos los recursos que necesita el primer nivel asistencial.
P. La Rioja fue una de las primeras comunidades autónomas afectadas por la covid-19 y de las que más lo han sufrido. ¿Cómo valora la situación actual? ¿Se está viendo ya la luz al final del túnel?
R. La situación actual no tiene nada que ver con la que vivimos en marzo de 2020. Esos días en los apenas conocíamos los mecanismos de transmisión de esta enfermedad y tuvimos adoptar de decisiones muy contundentes, como el cierre de los colegios, antes incluso de la declaración del primer estado de alarma o diseñar y priorizar una estrategia de diagnóstico precoz que nos ha llevado a estar siempre entre las CCAA que más pruebas hacen por 100.000 habitante. Ahora, sin embargo, conocemos mejor la enfermedad y la campaña de vacunación, cuyo ritmo se está acelerando semana tras semana, nos está permitiendo tocar con los dedos la salida de esta crisis sanitaria.
P. ¿Cómo valora el fin del estado de alarma? ¿Cree que ya se dan las circunstancias para empezar a normalizar la situación?
R. No podemos caer en la falsa dicotomía de enfrentar Salud y Estado de Derecho o Salud y Economía. No llevan a ningún lado. Sólo fomentan el negacionismo y generan confusión, cuando en una pandemia tenemos que remar juntos como sociedad para conseguir superarla. Seguimos en pandemia. Esto no se nos puede olvidar a nadie, pero la campaña de vacunación nos sitúa en una etapa completamente distinta a la que atravesábamos hace meses. Y en este contexto, no podemos ni debemos abusar de un instrumento tan excepcional como el estado de alarma, que ha sido muy útil del que no debemos abusar. Cada vez estamos más cerca de alcanzar el objetivo del 70% de la población inmunizada y el avance de esta medida farmacológica nos tiene que llevar a retirar las medidas de prevención progresivamente.
P. ¿Cómo valora el trabajo realizado por los profesionales sanitarios a lo largo de la pandemia?
R. Excepcional. Han sabido poner lo máximo de dedicación, humanidad y profesionalidad en esta enfermedad que tan duramente y durante tanto tiempo nos ha castigado. Y así ha sido en todos los frentes y entre todos y cada uno de los profesionales sanitarios o que participan directa o indirectamente del Sistema Sanitario. Incluyo aquí también a otros profesionales de otros sectores, que temporalmente en los momentos más duros, también han tenido que volcarse en la contención de la pandemia de un modo u otro, tanto en los servicios sanitarios como en los esenciales.
P. ¿Y cómo valora el trabajo de los farmacéuticos comunitarios? ¿Cree que se podría haber impulsado más la colaboración con los farmacéuticos a lo largo de la pandemia (atención domiciliaria, test, vacunas, etc.)
R. No he querido citar a ningún colectivo intencionadamente, porque todos los profesionales han sido conscientes y han estado volcados en el papel que han desempeñado en esta crisis sanitaria. La cercanía del farmacéutico al ciudadano le confiere mucha influencia en la divulgación sanitaria y así ha sido en esta crisis sanitaria. Ese uno de los valores que destacamos siempre en nuestras conversaciones con el colegio profesional y la disposición y colaboración ha sido total.
P. ¿Cómo valora el proceso de vacunación?
R. La vacunación está avanzando a muy buen ritmo en La Rioja y se acelera a medida que aumentan el número de dosis que recibimos. A principios de junio, hemos llegado a administrar la cifra récord de 26.000 dosis en una semana, un número muy elevado teniendo en cuenta que La Rioja cuenta con una población de 320.000 habitantes, y el Sistema Público está preparado para seguir aumentando el número de dosis administradas.
P. ¿Qué visión tiene en relación con las decisiones políticas que se han tomado al respecto de algunas vacunas?
R. La ciencia ha hecho un esfuerzo titánico para desarrollar una vacuna fiable y segura para una enfermedad nueva que nos estaba azotando duramente. Siempre se han adoptado las decisiones según los datos, con un criterio científico y buscando la mayor seguridad para la población, con unos mecanismos de farmacovigilancia que han funcionado a la perfección y han permitido actuar siguiendo los principios de máxima prudencia en la relación riesgo-beneficio que debe regir en el sector sanitario.
P. ¿Qué valoración hace sobre las actuaciones coordinadas en Salud Pública dictadas desde el Consejo Interterritorial?
R. En su papel como organismo que desarrolla la cohesión del Sistema Público de Salud en toda la CCAA, el Consejo Interterritorial está buscando el diálogo y la cogobernanza y, dejando a su vez margen para que las CCAA tengan en cuenta su propio contexto epidemiológico y con total respeto, como no puede ser de otro, con las decisiones de los tribunales. No creo que haya mejor fórmula para cortar la cadena de transmisión de una enfermedad que no conoce de fronteras ni ideologías y que ha tambaleado los cimientos del Estado de Bienestar que respetando todas y cada una de las instituciones que lo conforman.
P. Más allá de la covid-19. ¿Cuáles son las prioridades que tiene actualmente?
R. Fortalecer la Sanidad Pública de La Rioja tras años de parálisis. Así de sencillo y así de complejo. Nuestra comunidad venía de dos décadas donde la Sanidad Pública había derivado gran parte de sus servicios asistenciales a empresas privadas, lo que había restado un importante valor añadido al Sistema. Y no hablamos de servicios banales. Se había concertado la radiología, la cirugía cardiaca y numerosos procedimientos e intervenciones asistenciales de traumatología, oftalmología…. A su vez, había servicios tan importantes para el Sistema como las Urgencias Hospitalarias o la UCI que no se habían tocado desde 2007, y no existía una planificación que equilibrara la captación de talento con el envejecimiento de la plantilla y el déficit de profesionales sanitarios que estamos afrontando en España. A pesar de la pandemia, hemos dado pasos en esta ingente tarea de sacar a la Sanidad Pública de La Rioja de este anquilosamiento: hemos puesto en marcha unas Urgencias Pediátricas que no teníamos en la CCAA y se reivindicaban desde hace más de 10 años y triplicado la capacidad de la UCI. Y ahora en junio, acabamos de recuperar para el Sistema Público la radiología, la cirugía cardiaca y casi un centenar de procedimientos e intervenciones de numerosas especialidades… A corto plazo, tenemos que seguir trabajando y engrasando en el encaje de todas estas piezas que están fortaleciendo ya la cartera de servicios de la Sanidad riojana, pero también lo hacemos con la vista puesta en el largo plazo, revisando el modelo de Atención Primaria y trabajando intensamente en la captación de talento. Nuestro objetivo último es alcanzar la sostenibilidad del Sistema, lo que pasa por mejorar la cartera asistencial y tener una Sanidad Pública atractiva y de valor para profesionales y usuarios.
P. ¿Tiene en mente alguna medida de relevancia que afecte a los farmacéuticos comunitarios y los servicios que prestan? ¿Y en su integración efectiva en el sistema?
R. Estamos ultimando la puesta en marcha de la dispensación enfermera, que era una de las iniciativas que teníamos sobre la mesa y que la pandemia había retrasado. Precisamente, si algo ha ratificado esta crisis sanitaria es que urge la revisión del papel de muchos colectivos sanitarios. Lo era antes de la pandemia y la pandemia no ha hecho más que reforzar esa idea. El farmacéutico de hoy no tiene nada que ver con lo que era hace cien años, ni hace veinte. Pero tampoco en otras profesiones sanitarias. Nada debe estar escrito en piedra, y la colaboración de los colegios profesionales está abriendo la puerta a iniciativas que hay que estudiar de manera detallada y que aportan gran valor en el desarrollo de la Salud Comunitaria, un concepto reforzado también por esta pandemia.
P. Y en materia de medicamentos, ¿prevé algún cambio en su política de compras, acceso, etc.?
R. Los grandes retos a los que se afecta la farmacia están directa o indirectamente vinculados a cuestiones que afectan al conjunto del país, como el aumento de la cronicidad y aspectos sociodemográficas: la deprescripción, la contención del gasto farmacéutico, la resistencia a los antibióticos…. También tenemos que ser conscientes de que estamos saliendo de una crisis sanitaria y cualquier medida afecta a todo un Sistema sanitario exhausto y que requiere estabilizarse tras tantos meses en tensión. Por un lado, por la propia pandemia y por otro, porque acabamos de recuperar para la Sanidad Pública riojana numerosos servicios asistenciales y este fortalecimiento de la cartera de servicios todavía tiene que asentarse.
P. La utilización de la tecnología y los sistemas de información deben dar un salto cualitativo en su utilización a partir de ahora. ¿En qué aspectos están trabajando en esta línea?
R. Esta pandemia ha constatado el margen de mejora en el uso de los sistemas de información a nivel sanitario y su utilidad de cara a la toma de decisiones que afectan directamente a la Salud de la población. En La Rioja estamos trabajando en una Unidad de Ciencia del Dato, Big Data e Inteligencia Artificial para integrar el dato clínico y no-clínico de manera que podamos acelerar la implantación del concepto inteligencia sanitaria. Así tomaremos decisiones más ágilmente en todos los niveles asistenciales y gestionaremos de manera más eficiente y responsablemente los recursos públicos, consolidando al paciente en el centro del Sistema y facilitando aspectos críticos, como la continuidad asistencial, las interconsultas.... Eso en cuanto al uso sanitario de los sistemas de información, pero tampoco podemos olvidar el desarrollo de la telemedicina como un apoyo a la siempre imprescindible atención presencial y que evoluciona a pasos agigantados. La tecnología es una herramienta y como tal debemos utilizarla, siendo conscientes también de que el mayor activo de la atención sanitaria son las personas, no las máquinas ni el ladrillo.
P. Nos adentramos en una crisis económica y un déficit y deuda muy importante. En situaciones similares anteriores, se ha tirado del ámbito sanitario para reducir gastos. ¿Cree que en esta situación y tras lo vivido estaría justificado?
R. Como bien comentas, venimos de más de una década de recortes en materia de servicios públicos que han afectado especialmente a la Sanidad Pública. Y esta pandemia ha reivindicado la importancia del Sistema Público de Salud en su conjunto, no sólo del área asistencial, que seguramente sea el más visible en materia sanitaria, sino también de Salud Pública o de Farmacia. El equilibrio presupuestario se consigue trabajando en la sostenibilidad del sistema a largo plazo, organizando y planificando los recursos…siendo más eficiente. Hay servicios públicos, como la Sanidad, la Educación o Servicios Sociales, que son el eje del Estado de Bienestar y tenemos que ser conscientes que hay un punto de ruptura presupuestaria en el que reducir gastos supone recortar el Estado de Bienestar y eso es algo que ninguno queremos.