Terapéutica

La hematopoyesis clonal acabará disponiendo de unidades clínicas específicas

#Hemato2022 concluye apostando por el seguimiento de personas portadoras de clones hematopoyéticos con potencial transformación maligna, ya que “puede ofrecer granes posibilidades” en la prevención del cáncer hematológico
David Valcarcel, durante su intervenció en el Congreso.

El LXIV Congreso Nacional de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH) y XXXVIII Congreso Nacional de la Sociedad Española de Trombosis y Hemostasia (SETH), #Hemato2022, ha abordado la hematopoyesis clonal, un proceso descrito hace pocos años y que está en continuo desarrollo, con implicaciones que van más allá de la hematología. “Es una entidad que está teniendo un crecimiento enorme y que requerirá de la participación de diversas especialidades”, afirma David Valcárcel, del Hospital Universitario Vall d’Hebron

“Seguramente, veremos aparecer unidades clínicas específicas en esta área, con participación de hematólogos, biólogos moleculares, cardiólogos y neurólogos, aunque se irán incorporando más profesionales en el futuro”, asegura.

Josep María Ribera, del Instituto Catalán de Oncología (ICO) en el Hospital Germans Trias i Pujol de Badalona (Barcelona), “el hecho de poder detectar muy precozmente clones hematopoyéticos con una potencial transformación maligna, supone un avance muy importante, sobre todo en cuanto al establecimiento de protocolos adecuados para el seguimiento de estas personas, que aún no pueden considerarse pacientes”.

Todo esto “debe realizarse sin alarmar, pues en muy pocos de estos casos se acabará desarrollando un verdadero cáncer hematológico”, añade. “Será importante seguir a los portadores de estos clones y continuar aprendiendo de esta nueva línea de investigación”. En el futuro, esto puede ofrecernos grandes posibilidades en el ámbito de la prevención”.

La hematología es una especialidad en la que la formación continuada es crucial y ha de ser muy completa, ya que integra la práctica clínica con la incorporación de técnicas diagnósticas de última generación y el desarrollo de nuevas modalidades terapéuticas, en mayor medida que cualquier otra especialidad, probablemente. “El paradigma en este momento son los tratamientos con células CAR-T, que se han abordado en diversos simposios”, afirma el doctor Valcárcel. “Sin ninguna duda, en los próximos años tendremos novedades en las terapias CAR-T; de hecho, las vemos cada semana, y no solo en el ámbito de la hematología, sino que también son muy interesantes los datos referentes al empleo de estas terapias en enfermedades autoinmunes e, incluso, en enfermedades infecciosas”. Los resultados serán “cada vez mejores”.

El mieloma múltiple ha sido el último cáncer hematológico al que ha llegado la terapia CAR-T. En #Hemato2022 se ha analizado y comparado la evidencia disponible sobre las estrategias dirigidas a BCMA en el tratamiento del mieloma múltiple, especialmente las distintas terapias CAR-T y los anticuerpos monoclonales biespecíficos. También “hemos conocido nuevas dianas inmunes con potencial terapéutico más allá del BCMA, así como los mecanismos implicados en la resistencia a esta inmunoterapia adoptiva.

Ambas estrategias permiten mejorar el diseño de los productos CAR-T del futuro con el fin de aumentar la expansión y persistencia del linfocito CAR-T dirigido frente a las células plasmáticas del mieloma, y prolongar la respuesta”, explica Verónica González de la Calle, del Complejo Asistencial Universitario de Salamanca.

“Después de varias décadas de avances muy sólidos en neoplasias hematológicas crónicas o subagudas, ahora parece que le toca el turno a las leucemias agudas y a los síndromes mielodisplásicos (SMD)”, afirma el doctor Ribera. En la leucemia mieloblástica aguda “se vienen registrando importantes progresos con las terapias dirigidas a dianas moleculares. En estos momentos ya contamos con varias generaciones de fármacos de eficacia probada y que tienen un impacto muy significativo en la supervivencia de los pacientes”. En la leucemia aguda linfoblástica, “el gran salto adelante se está produciendo con la introducción de la inmunoterapia, ya sea con anticuerpos monoclonales o con células CAR-T y, sobre todo, gracias a su adecuada integración dentro del tratamiento global de esta enfermedad”.

Principales retos en el abordaje de los síndromes mielodisplásicos Por su parte, el tratamiento de los síndromes mielodisplásicos ha mejorado sustancialmente en las tres últimas décadas, pero no tanto como en la mayoría de las hemopatías malignas, especialmente mieloma y linfoma”, afirma Pierre Fenaux, del Hospital Saint-Louis, de la Universidad de París (Francia). Este experto ha impartido la IV Conferencia Ciril Rozman, poniendo el foco en los dos retos principales a superar en el abordaje de estos cánceres hematológicos: mejorar la supervivencia de los SMD de riesgo alto, puesto que solo el trasplante alogénico de médula ósea es capaz de ofrecer un potencial curativo en estos pacientes a día de hoy, y el trasplante autólogo no es posible en muchos pacientes debido a su edad o sus comorbilidades; y mejorar la anemia crónica en los SMD de riesgo bajo, evitando trasfusiones repetidas de glóbulos rojos, que se asocian a un empeoramiento de la calidad de vida”

#Hemato2022 concluye apostando por el seguimiento de personas portadoras de clones hematopoyéticos con potencial transformación maligna, ya que “puede ofrecer granes posibilidades” en la prevención de este cáncer

El LXIV Congreso Nacional de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH) y XXXVIII Congreso Nacional de la Sociedad Española de Trombosis y Hemostasia (SETH), #Hemato2022, ha abordado la hematopoyesis clonal, un proceso descrito hace pocos años y que está en continuo desarrollo, con implicaciones que van más allá de la hematología. “Es una entidad que está teniendo un crecimiento enorme y que requerirá de la participación de diversas especialidades”, afirma David Valcárcel, del Hospital Universitario Vall d’Hebron

“Seguramente, veremos aparecer unidades clínicas específicas en esta área, con participación de hematólogos, biólogos moleculares, cardiólogos y neurólogos, aunque se irán incorporando más profesionales en el futuro”, asegura.

Josep María Ribera, del Instituto Catalán de Oncología (ICO) en el Hospital Germans Trias i Pujol de Badalona (Barcelona), “el hecho de poder detectar muy precozmente clones hematopoyéticos con una potencial transformación maligna, supone un avance muy importante, sobre todo en cuanto al establecimiento de protocolos adecuados para el seguimiento de estas personas, que aún no pueden considerarse pacientes”.

Todo esto “debe realizarse sin alarmar, pues en muy pocos de estos casos se acabará desarrollando un verdadero cáncer hematológico”, añade. “Será importante seguir a los portadores de estos clones y continuar aprendiendo de esta nueva línea de investigación”. En el futuro, esto puede ofrecernos grandes posibilidades en el ámbito de la prevención”.

La hematología es una especialidad en la que la formación continuada es crucial y ha de ser muy completa, ya que integra la práctica clínica con la incorporación de técnicas diagnósticas de última generación y el desarrollo de nuevas modalidades terapéuticas, en mayor medida que cualquier otra especialidad, probablemente. “El paradigma en este momento son los tratamientos con células CAR-T, que se han abordado en diversos simposios”, afirma el doctor Valcárcel. “Sin ninguna duda, en los próximos años tendremos novedades en las terapias CAR-T; de hecho, las vemos cada semana, y no solo en el ámbito de la hematología, sino que también son muy interesantes los datos referentes al empleo de estas terapias en enfermedades autoinmunes e, incluso, en enfermedades infecciosas”. Los resultados serán “cada vez mejores”.

El mieloma múltiple ha sido el último cáncer hematológico al que ha llegado la terapia CAR-T. En #Hemato2022 se ha analizado y comparado la evidencia disponible sobre las estrategias dirigidas a BCMA en el tratamiento del mieloma múltiple, especialmente las distintas terapias CAR-T y los anticuerpos monoclonales biespecíficos. También “hemos conocido nuevas dianas inmunes con potencial terapéutico más allá del BCMA, así como los mecanismos implicados en la resistencia a esta inmunoterapia adoptiva.

Ambas estrategias permiten mejorar el diseño de los productos CAR-T del futuro con el fin de aumentar la expansión y persistencia del linfocito CAR-T dirigido frente a las células plasmáticas del mieloma, y prolongar la respuesta”, explica Verónica González de la Calle, del Complejo Asistencial Universitario de Salamanca.

“Después de varias décadas de avances muy sólidos en neoplasias hematológicas crónicas o subagudas, ahora parece que le toca el turno a las leucemias agudas y a los síndromes mielodisplásicos (SMD)”, afirma el doctor Ribera. En la leucemia mieloblástica aguda “se vienen registrando importantes progresos con las terapias dirigidas a dianas moleculares. En estos momentos ya contamos con varias generaciones de fármacos de eficacia probada y que tienen un impacto muy significativo en la supervivencia de los pacientes”. En la leucemia aguda linfoblástica, “el gran salto adelante se está produciendo con la introducción de la inmunoterapia, ya sea con anticuerpos monoclonales o con células CAR-T y, sobre todo, gracias a su adecuada integración dentro del tratamiento global de esta enfermedad”.

Principales retos en el abordaje de los síndromes mielodisplásicos Por su parte, el tratamiento de los síndromes mielodisplásicos ha mejorado sustancialmente en las tres últimas décadas, pero no tanto como en la mayoría de las hemopatías malignas, especialmente mieloma y linfoma”, afirma Pierre Fenaux, del Hospital Saint-Louis, de la Universidad de París (Francia). Este experto ha impartido la IV Conferencia Ciril Rozman, poniendo el foco en los dos retos principales a superar en el abordaje de estos cánceres hematológicos: mejorar la supervivencia de los SMD de riesgo alto, puesto que solo el trasplante alogénico de médula ósea es capaz de ofrecer un potencial curativo en estos pacientes a día de hoy, y el trasplante autólogo no es posible en muchos pacientes debido a su edad o sus comorbilidades; y mejorar la anemia crónica en los SMD de riesgo bajo, evitando trasfusiones repetidas de glóbulos rojos, que se asocian a un empeoramiento de la calidad de vida”

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