La consejera de Salud de Baleares, Patricia Gómez, analiza en esta entrevista el papel que tiene la farmacia comunitaria así como las consecuencias de algunas de las medidas que están encima de la mesa, como el Plan de genéricos y biosimilares y el temido claw back.
Pregunta. Con respecto al gasto en oficina de farmacia, este año, está subiendo mucho más que en otras comunidades autónomas, ¿existe alguna razón?
Respuesta. Hay una razón. En el gasto por receta, hemos estado a la cola durante bastante tiempo, la comunidad que tenía un gasto per cápita más bajo gracias a las buenas políticas de prescripción de nuestros profesionales. Este año, en enero de 2019, se tomó la decisión de eliminar el copago a mayores de 65 con rentas menores a 100.000 euros, prácticamente todos los mayores de esa edad. Esto nos supone aproximadamente un millón de euros mensual, que se suma a la factura y evidentemente ha aumentado. También, probablemente el hecho de que los medicamentos sean gratuitos hace que haya más acopio. A este respecto trabajamos con las oficinas de farmacia, pero también con nuestros profesionales en relación a la adherencia terapéutica y al buen uso y seguro del medicamento.
P. Pero el incremento es un 7,76% según los últimos datos oficiales del Ministerio, frente a un 2,95% de la media nacional, creo que es superior a lo que han tenido las comunidades que han puesto en marcha la supresión del copago….
R. Es que no hay ninguna comunidad que haya quitado el copago a todos los pensionistas.
P. Y teniendo en cuenta esta subida respecto a la partida de farmacia, no se puede ampliar, ¿no provocará por algún tipo de problema para el pago de recetas…?
R. Estamos al día en el pago a las farmacias y en toda la legislatura seguiremos así. El presupuesto en el del 2020 también incluye esta medida, por lo que no existirá ningún problema respecto al pago.
P. Sobre el Plan de Genéricos y Biosimilares, hay medidas que son controvertidas y que plantean graves consecuencias para el sector, como por ejemplo las farmacias. ¿Cómo lo ve?
R. Los genéricos y los biosimilares, al ser igualmente efectivos y seguros a menor coste, su impulso es positivo.
P. Hay algunas medidas concretas que tendrán mucho impacto para la farmacia. Por ejemplo, la devolución de descuentos que para todo el sistema se está cifrando en torno a 800 millones de euros, 36.000 euros por farmacia...
R. Creo que es necesario profundizar en algunos de estos aspectos. Creo que en el diálogo y consenso y tenemos que escuchar a las partes implicadas porque nuestras decisiones tienen consecuencias. Hay que ser prudentes y asegurarse de la viabilidad y el equilibrio. Como decía, hace 20 años ya se decía que el sistema no es sostenible y el equilibrio se ha mantenido en el tiempo mejorando la calidad de vida, introduciendo tecnologías… Tenemos un reto nuevo, que la sociedad sea consciente del tesoro que supone la sanidad pública.
P. ¿Qué papel cree que deben tener las farmacias en su relación con el SNS?
R. Tengo una vinculación especial con las oficinas de farmacia. Como profesional he tenido la oportunidad de aprender mucho de las farmacias comunitarias. Son auténticos protagonistas en el cuidado y tratamiento del paciente. Tienen un papel fundamental y los pacientes confían plenamente en ellos. A mí me encantó cuando se puso en marcha el sistema de los SPD, que conocía del hospital y me pareció muy oportuno para los pacientes crónicos que precisan de ayuda al control de la medicación. Tienen por tanto un papel importante en adherencia, seguridad e interacciones. A veces tienen cierta reticencia a decirle a un médico que consideran que hay un error o que hay algún problema de seguridad…
P. Entonces, ¿consideras que hay que establecer vías de comunicación más ágiles entre profesionales?
R. Sin duda. Hay que fomentar las vías de coordinación, igual que lo estamos haciendo con los servicios sociales ya que la salud es muy transversal y tenemos que trabajar con todos.
P. ¿Cree que los farmacéuticos deberían tener acceso a la historia farmacoterapéutica de los pacientes para poder conocer más sobre los posibles problemas en los tratamientos?
R. Estamos trabajando con el colegio de farmacéuticos, que nos ha propuesto diferentes alternativas que estamos valorando. Algo que no podemos olvidar es que la información es del paciente y tenemos que asegurarnos de que todos los profesionales que tratan con él tengan la mejor información.
P. Ha comentado que le gustó la iniciativa del SPD. En Baleares los médicos recomiendan este servicio a los pacientes, pero el sistema no lo financia. ¿Ve posible una financiación de servicios asistenciales de la farmacia?
R. Dentro del catálogo de prestaciones hay mucho a incorporar. Por ejemplo, la salud bucodental, la óptica… Siempre preocupa las personas que no pueden pagar. Tenemos que ofrecer un catálogo de prestaciones que dé respuesta a las necesidades. Ahora bien, la financiación es finita y la tendencia es a mejorar las que ya tenemos. En cualquier caso, se podría valorar.
P. ¿Pero uds. ponen trabas a que la farmacia pueda desarrollar actividades asistenciales sin coste para el sistema?
R. No. Los farmacéuticos tienen nuestro apoyo.
P. Algún otro aspecto en relación con el medicamento?
R. Estamos trabajando en este asunto de manera intensa. Hemos conseguido rebajar un poco el gasto hospitalario y situarnos en la media. En el medicamento se trabaja para disminuir la variabilidad en la práctica clínica, sobre todo desde la Comisión Farmacoterapéutica, pensamos que el PRAN, el plan de resistencia antimicrobiana, es importante y estamos trabajando de forma permanente e intensa, no solo en el uso humano, también en el uso de antibióticos en animales. Además, pensamos que tenemos que fomentar el uso de genéricos y biosimilares. Tenemos favorecer y fomentar su uso.
P. ¿Quiere añadir algo más?
R. En todos los foros en los que participo quiero aprovechar para impulsar la vacunación de la gripe. Tenemos que incrementar las coberturas. Este año hemos hecho una campaña un poco más agresiva, no tanto como nos planteaban desde comunicación, pero hay que incidir en que es una enfermedad grave. Y hay, incluso, algunos profesionales que la banalizan.