José Soto Bonel, presidente de la Sociedad Española de Directivos de la Salud (Sedisa) y gerente del Hospital Clínico San Carlos asegura que “es fundamental el conocimiento y la formación de los Directivos de la Salud en el área de compra pública, al mismo tiempo que conocer experiencias de gestión al respecto en otros países europeos que puedan suponer soluciones a retos comunes”.
Bonel ha realizado estas manifestaciones en el I Foro Ibérico de Contratación Pública que, organizado por Sedisa y la Asociación Portuguesa de Administradores Hospitalarios (APAH), con la colaboración de Ipsen, y cuyo objetivo era poner en común la actualidad de la transposición de la Ley Europea de Contratación Pública en España y Portugal; así como compartir experiencias de éxito de Compra Pública Basada en Valor en el ámbito hospitalario y de compra de innovación como compra de valor incorporando indicadores y experiencia del paciente.
Respecto al primer punto, en palabras de José Manuel Pérez Gordo, miembro de la Junta Directiva de Sedisa y vicepresidente de la Agrupación Territorial de Sedisa en Andalucía, “desaparece la idea economicista de la compra pública que debe basarse en una mayor relación calidad/coste en el momento de la compra, teniendo además en cuenta aspectos como criterios sociales, ambientales o de investigación, que aportarán valor a dicha compra”.
Para materializar la Compra Pública Basada en Valor, Gordo destaca que en España existen dos tipos de retos: internos y externos. “En cuanto a aspectos internos, es necesario establecer indicadores o unidades de medida para poder medir lo que denominamos Compra por Valor o por Resultados, siendo fundamental consensuar los procesos o técnicas en las que es posible hablar de la aportación de valor y poder medirla para pasar de comprar productos a comprar soluciones y servicios que aportan valor a la compra, beneficio hacia el paciente y aporta una mayor sostenibilidad al sistema”.
En relación a los externos, los proveedores deben estar convencidos de ofrecer soluciones más que productos y, para ello, es necesario una mayor interrelación con el hospital para conocer sus necesidades reales y poder ofrecer dichas soluciones-servicios y aportar un mayor valor a la compra. “Además -añade- la intervención-fiscalización debe tener un papel sobre el conocimiento que dichas soluciones, y no el producto en sí, aportan a la actividad asistencial”.
Respecto a Portugal, Rui Moreira, Coordinador del Grupo de Trabajo de Contratación Pública de APAH, explica que el gran reto es “contraponer la falta de autonomía de gestión y la opción por soluciones más tradicionales por procedimientos de medio/largo plazo, con enfoque en los resultados en salud, más que en las cantidades y el coste”.
La implementación de la Directiva Europea en Portugal ha contribuido a facilitar la Compra Pública Basada en Valor, por permitir “el acceso al mercado europeo, así como a una mayor diversidad de empresas con dimensión y experiencia en soluciones que aportan valor, pero aún sin grandes resultados prácticos, por los bloqueos legales, burocráticos e incluso culturales a la gestión de contratos plurianuales como opción estratégica natural y generalizada”, destaca Rui Moreira.
En el Foro se ha avanzado en esta línea en los últimos años “a través de modelos de compra de riesgo compartido, fijando un techo de gasto o de pago por resultados, compra pública innovadora, desarrollo de alianzas tecnológicas, etcétera, aunque aún queda mucho por hacer en todos estos posibles procedimientos de compra por valor y mucho por aprender entre todas las partes implicadas”, concluye Pérez Gordo.
El modelo de pago por resultados tiene una serie de limitaciones en su implementación en el hospital.
En palabras de Eloína Núñez, gerente del Hospital Universitario de Santiago de Compostela y presidenta de la Agrupación Territorial de Sedisa en Galicia, “se debe establecer una infraestructura de datos para medir los resultados en salud y es probable que ello requiera una inversión inicial significativa”.
Por otra parte, esta experta considera que, en ausencia de una infraestructura de tecnologías de la información, “se requieren recursos humanos considerables para recopilar y administrar datos de resultados en comparación con los esquemas más tradicionales de descuento por volumen”. En este marco, las regulaciones específicas de cada país o la forma en que se organiza el sistema de salud pueden hacer que la introducción de estos esquemas sea un desafío.
Por ello, la presidenta de la Agrupación Territorial en Galicia hace hincapié en que “debe aliviarse la carga administrativa de la recopilación de datos y la presentación de informes por parte de profesionales de la salud, mediante, por ejemplo, acuerdos público-privados para invertir en infraestructura tecnológica y aportar medidas y métodos de resultados estandarizados y validados que ayuden a reducir la carga de trabajo a nivel local”.
En el caso de España, a ello está ayudando Valtermed, proyecto impulsado por el Ministerio de Sanidad a través de la Dirección General de Cartera Básica de Servicios del Sistema Nacional de Salud y Farmacia. Se trata de un sistema de información corporativo del Sistema Nacional de Salud para determinar el valor terapéutico en la práctica clínica real de los medicamentos que se utilizan. “El alcance prioritario de Valtermed son los medicamentos de alto impacto sanitario y económico y el objetivo es disponer de información óptima para la adecuada toma de decisiones en la gestión macro, meso y micro de la prestación farmacéutica, en las distintas etapas del ciclo del medicamento”, explica Eloína Núñez.