Un estudio sobre cinco países europeos, España entre ellos, indica que la experiencia con las terapias CAR-T ha despertado un “un apetito creciente” por los modelos de riesgo compartido para las terapias innovadoras, sobre todo los de pago por resultados.
Los autores del trabajo, publicado en la revista Journal of Market Access & Health Policy, destacan por su apuesta innovadora la gestión de estas terapias en Italia y España, con pago por resultados. Además, constatan que los datos en práctica clínica (RWE-real world evidence) están ganando terreno como herramienta para demostrar los beneficios de la innovación.
Según este trabajo, la experiencia con las dos terapias CAR-T aprobadas en España ofrecen un ejemplo, con datos de vida real (RWE), de cómo los sistemas sanitarios abordan la gestión y el reembolso de terapias de alto coste y una única administración. Además, pueden ilustrar la adopción de decisiones en un escenario de incertidumbre y retos para la sostenibilidad.
La investigación ofrece una visión general de la situación de los esquemas de reembolso para Kymriah y Yescarta en Francia, Alemania, Italia, España y Reino Unido a la altura de finales de 2019, en un intento de identificar las dificultades que han presentado y extraer conclusiones útiles para futuros lanzamientos de terapias similares.
Se ha visto que ambas terapias tienen precios relativamente uniformes en estos cinco países. En Francia y Reino Unido, la financiación pública está condicionada a la recopilación de datos adicionales (en cohortes de pacientes) y sujeta a reevaluaciones futuras. En Alemania hay un sistema de reembolso y en Italia y España un pago a plazos, todos ellos vinculados a los resultados en salud de los pacientes considerados individualmente.
El giro español hacia la evaluación
De acuerdo con los autores, los principales factores para la decisión sobre precios en España han sido tradicionalmente los precios de referencia del entorno internacional y doméstico. No obstante, empiezan a vislumbrarse esfuerzos por emplear el precio basado en valor de nuevos medicamentos.
Concretamente, mencionan la introducción de nuevos sistemas para la gestión de datos por parte del Ministerio de Sanidad, como Valtermed (Sistema de Información para determinar el Valor Terapéutico en la Práctica Clínica Real de los Medicamentos de Alto Impacto Sanitario y Económico en el SNS).
El registro se ha diseñado para recopilar RWE con el objeto de reducir la incertidumbre asociada al empleo de nuevas terapias y el beneficio que reportan en la práctica clínica.
En la siguiente fase de su implantación, se ha planteado que Valtermed incluya una fórmula para integrar los datos con los de otras fuentes del SNS, así como la posibilidad de incorporar información sobre calidad de vida y balance coste/efectividad.
No es casual, en esta línea, que Kymriah y Yescarta fueran las dos terapias empleadas para poner en marcha Valtermed.
Tras años de especulaciones y debates teóricos, los lanzamientos de estas terapias ofrecen ejemplos prácticos de cómo los diferentes sistemas las gestionan y cuál es la posición que adoptan sus fabricantes.
Un clima de aceptación
En Alemania, por ejemplo, la adopción de un sistema de reembolso basado en los resultados terapéuticos de Kymriah por parte de un importante grupo asegurador (GWQ ServicePlus), es coherente con la implantación de un sistema similar a un medicamento indicado para la esclerosis múltiple, aprobado el año anterior.
“Esta tendencia indica que los pagadores alemanes aceptan cada vez mejor los modelos de reembolso innovadores en circunstancias en las cuales los modelos tradicionales se muestran limitados para la gestión de la incertidumbre”, reza el estudio.
Fabricantes y pagadores -prosiguen- están dispuestos a dejar atrás los modelos tradicionales (como los meros descuentos) para adentrarse en la gestión innovadora.
Un interesante desarrollo de esta tendencia de cara al futuro -añaden- será la inclusión de los valores de calidad de vida desde la perspectiva del paciente (la propuesta de Valtermed), prevista, al menos en principio, para este mismo año, para informar los análisis de coste/utilidad.
“Es un cambio respecto a la posición del Ministerio de Sanidad que, en 2017, rechazó el empleo de la variable para la evaluación de los precios”, añaden.
Además, lo observado en Italia y España ilustra que es posible superar la preocupación por el ciclo de gasto anual que tan frecuentemente se impone en la conversación con sistemas sanitarios públicos y pagadores en general, aseguran.