Los cinco mayores mercados de la Unión Europea experimentarán un incremento anual que oscilará entre el 4% y el 7% hasta 2020, con una factura total que podría oscilar entre los 165.000 y los 174.000 millones de euros en ese año, según un informe de IMS.
El principal motor del incremento del gasto será Alemania, cuya factura pasará de 37.600 millones de euros en 2015 a 52.300 millones en 2020, un incremento absoluto de 14.700 millones. El aumento se explica en gran parte por la ampliación de la cartera de innovadores y cuenta el respaldo de las tecnologías de evaluación sanitaria (HTA), incluyendo la reevaluación de productos ya comercializados, según reza el documento.
De acuerdo con la proyección de IMS, en España el gasto pasará de 17.400 millones en 2015 a superar ligeramente los 22.00 millones de euros dentro de cinco años.
En Reino Unido, el incremento será de 25.600 a 30.200 millones de euros; en Italia, la factura pasará de 22.900 a 32.100 millones de euros. En Francia (el único de los cinco grandes mercados europeos en los que se experimentará un descenso en el volumen de medicamentos per cápita), el gasto también crecerá: de 28.400 hasta alcanzar la cifra de 31.100 millones de euros en 2020.
El 81,1% del incremento en las facturas combinadas de los cinco países se producirá en el mercado de fármacos especializados.
Los genéricos tocan techo, salvo en España
De acuerdo con el informe, la política de promoción de genéricos como estrategia para la reducción del gasto en medicamentos es frecuente en Europa. No obstante, los autores advierten que una parte sustancial de los potenciales ahorros derivados del empleo de los genéricos ya se ha logrado. Además, el menor número de patentes que expirarán en los próximos años limitará aún más el impacto de esta estrategia en el horizonte de 2020.
No obstante, hay divergencias en cuanto al margen de penetración de los genéricos en el mercado español. Según señala el director general de la patronal del genérico (AESEG), Ángel Luis Rodríguez de la Cuerda, la menor penetración de estos medicamentos en España (40% en unidades frente a casi el 60% de promedio en la UE), sí permitiría adoptar medidas que fomentaran el ahorro por esta vía.
De hecho, Rodríguez de la Cuerda apunta que el crecimiento de los genéricos en el mercado español es regresivo en su evolución de los últimos años, desde incrementos del 40% al 25% y de “sólo un 7%” en el último balance.
AESEG considera que es crucial la puesta en marcha de políticas que establezcan una diferencia entre precios de genéricos y medicamentos de marca para promocionar el empleo de los primeros. “Nadie reduce el precio de un medicamento de manera espontánea y voluntaria. A menos que se favorezca el empleo de versiones genéricas, se perderá una herramienta fundamental para contrarrestar la presión alcista de los precios y contener la factura farmacéutica”, advertía.
Por el contrario, el director general de AESEG recuerda que los medicamentos de marca han pasado de experimentar declives cada vez menores a incrementar su peso en la factura hasta el 2%. “Es una evolución progresiva, justo a la inversa”, apuntaba.
El mercado de biológicos
Según recuerda el informe elaborado por IMS, los gobiernos europeos fueron los primeros en adoptar la legislación en materia de biosimilares.
En consecuencia, el documento predice que los biosimilares que accedan a los mercados europeos entre 2016 y 2020 concentrarán el ahorro generado por esta estrategia en los mercados desarrollados de todo el mundo.
A este respecto, Ángel Luis Rodríguez de la Cuerda añadía que “otro de los efectos de la implantación de biosimilares es un mayor acceso a terapias necesarias en poblaciones de pacientes muy sensibles”.
Aunque matizaba que se trata únicamente de cifras orientativas, recordaba que los medicamentos biosimilares competirán con fármacos biológicos cuyo valor puede llegar a los 1.500 millones de euros anuales. Considerando que el promedio en la reducción del precio del biosimilar respecto al medicamento biológico de referencia ronda el 20%, una primera aproximación al ahorro estimado podría ser de 300 millones de euros.
En el último encuentro de la Sociedad Americana de Hematología (ASH), celebrado el pasado mes de diciembre en Orlando (Florida), Ajay Ahuja, vicepresidente de Hospira, planteó que los ahorros derivados del empleo de biosimilares en ocho países de la Unión Europea podría oscilar entre los 11.800 y los 33.400 millones de euros, dependiendo de su grado de penetración.