A Blanca Roncal, responsable de Sanidad y Consumo de la Comisión Ejecutiva del Partido Socialista Vasco (PSE-EE), a veces se le ve el plumero, aunque su amor por los colores a los que representa no le quita mérito ni valor a su visión panorámica de cómo ha evolucionado la gestión de la sanidad en Euskadi en los últimos 30 años. Y es que, cuando los socialistas españoles hablan de reforma sanitaria, no pueden si no empezar por la Ley General de 1986, la gran obra atribuida al ministro Ernest Lluch, con la que, se congratula Roncal, se sentaron las bases de un SNS orientado a la "calidad, la generalización del derecho a la atención y la modernización".
Sólo un año más tarde, en 1987 se transfirieron las competencias en sanidad al País Vasco, un proceso que coincidió con un Gobierno en coalición del Partido Nacionalista Vasco (PNV) y el PSPV. José Manuel Freire, actual portavoz de Sanidad del PSOE en la Asamblea de Madrid, fue "el primer consejero después de la transferencia", recuerda la responsable del PSE-EE, que asegura que éste emprendió "una auténtica revolución sanitaria, empezando por la ampliación de derechos, a través del proyecto de la universalización de la asistencia y la creación de la tarjeta sanitaria única, ya que hasta entonces, para los pobres sin aseguramiento, lo que había era la beneficencia".
Junto a la extensión del derecho a la atención, la responsable de Sanidad del PSE-EE destaca el impulso de la atención dental a menores de 16 años, "lo que, junto a la promoción de un programa de fluorización de las aguas supuso un freno importante al desarrollo de caries, infecciones bucales, etc.", asegura; la puesta en marcha de un programa para el envío de médicos de Atención Primaria a Inglaterra para que se formaran en gestión integrada; la implantación de la cita previa; los inicios de la hospitalización a domicilio, "con el personal sanitario correspondiente, pero en su casa, liberando camas y recursos", y la definición del tiempo de consulta, con diferencia de si era la primera o sucesiva, lo que generó recelos en los especialistas de hospital, pero que, en opinión de Roncal, "terminó generando satisfacción y eficiencia".
Finalmente, se procedió también a la unificación de las condiciones laborales de los profesionales que trabajaban en el sistema sanitario. Y es que, tras la transferencia de competencias, indica, "teníamos funcionarios de la Diputación, cada uno de su clase; funcionarios o estatutarios transferidos de Insalud; otros transferidos de la sanidad nacional que trabajaban en los famosos hospitales para tuberculosos, de cuando no había ni Ministerio de Sanidad".
-¿Cómo se hizo exactamente?
-Pues manteniendo cada uno su estatuto de origen, se unificaron las condiciones laborales, es decir, el horario, la dedicación y el sueldo por categoría. Esto supuso un gran avance desde el punto de vista organizativo.
-Difícil contentar a todos, ¿no?
-La solución por la que se optó fue la de homologar al alza, aunque se hizo de forma paulatina, no todo en el mismo año, ya que la riqueza de entonces no era la misma que la de ahora.
1991-2009: 20 años de gestión del PNV
Después de aquel Gobierno en coalición, la sanidad vasca ha estado gestionada durante casi 20 años por los nacionalistas vascos, un periodo que ha estado marcado, dice Roncal, "por la satisfacción de los ciudadanos con la sanidad". Tanto es así, opina, que el éxito de la gestión descentralizada posterior a la transferencia de competencias sanitarias podría haber servido "para alentar a la gente a desear más autogobierno, ya que comprobaron que una buena gestión era posible de esa forma".
Ese orgullo de los vascos con respecto a su sistema sanitario habría servido de freno a lo que la responsable socialista percibe como pequeños desmanes del PNV hacia el impulso de la gestión privada. Se refiere, en este punto, al Plan de Atención Dental Infantil, que se planteó como un servicio mixto y que el PNV desarrolló con la implantación de un sistemas de talones para seguir derivando la atención a dentistas privados.
-No se perciben muchas diferencias con ese modelo mixto que implantaron ustedes, ¿no cree?
-Ellos tuvieron la oportunidad de desarrollar una infraestructura de profesionales propios. Gracias al desarrollo de las facultades de Odontología, la oferta profesional había crecido lo suficiente como para incorporarlos al sistema público, pero optaron por desarrollar este modelo público-privado.
No obstante, no todo son reproches o mensajes de desconfianza hacia la gestión sanitaria del PNV, aunque Roncal no puede evitar pensar y decir que si no hubiera sido por los socialistas... : "Lo mejor que han hecho ha sido mantener un servicio sanitario de calidad y desarrollar los servicios que los socialistas implantamos", sentencia, haciendo referencia, por ejemplo, al desarrollo de programas como el de detección de cáncer de mama. También destaca el valor de la creación de unidades de atención a enfermos terminales, "que están al final de la vida y que pueden recibir atención a domicilio, rodeado de familiares, pero con la atención sanitaria adecuada, evitándose así los trastornos al paciente/familiar y liberando camas que no son para curar".
2009-2012: Primer gobierno socialista en solitario
Posteriormente, en febrero de 2009, llegó el primer Gobierno socialista en solitario, capitaneado por Patxi López, que comenzó, en materia de gestión sanitaria, con un diagnóstico del presente y futuro de la situación, donde se percibió, como principal reto, el envejecimiento de la población y la cronicidad. Eran los tiempos del reconocido Rafael Bengoa al frente del Departamento de Salud vasco y éste ya hacía gala de su visión estratégica. Tras el diagnóstico, se adoptó un plan con la estratificación de los pacientes crónicos, la promoción de las tecnologías para la monitorización de las enfermedades en cualquier momento y lugar, así como una reorganización del sistema sanitario, priorizando la Atención Primaria y creando hospitales específicos de crónicos como ejes vertebradores.
La filosofía que impregnaba la reforma sanitaria vasca, explica Roncal, se basa en que es "preferible atender a los pacientes antes de que requieran hospitalización, ya que la Atención Primaria es más eficiente". También genera unos costes innecesarios "atender a crónicos en hospitales de agudos", continúa, y explica que la dotación de las campas de agudos es de un nivel de sofisticación que no es necesaria para la atención a crónicos. "Las camas son para cuidar no para mantener al paciente crónico enfermo, porque no se le puede curar su proceso de enfermedad", concluye.
De esta etapa, la responsable socialista también destaca "la creación de las unidades integradas de servicios sanitarios (AP-hospital) de forma que se dé una continuidad en el servicio, rompiendo los compartimentos estancos, y que la AP pueda contactar con hospital inmediatamente", así como el proyecto de fusión de los dos hospitales de agudos de Vitoria, con nuevas especialidades que no existían y con la creación de unidad de larga estancia.
2012-2016: Apoyo al PNV para gobernar
En la anterior legislatura, el PSE-EE se convertió en la llave para que el Gobierno peneuvista pudiera desbloquear sus presupuestos. En la negociación para dar su apoyo, los socialistas pusieron varias condiciones en materia de Sanidad: el desarrollo de hospitales que se empezaron a poner en marcha (uno en Eibar y otro en la margen derecha de Vizcaya); la puesta en marcha de un instituto de investigación en el Hospital de Cruces; el desarrollo del proyecto de fusión para Vitoria, así como la aprobación de un decreto para mantener la sanidad universal y eliminar el copago a pensionistas, entre otras cuestiones.
La responsable de Sanidad del PSE-EE se declara "totalmente satisfecha" con el nivel de cumplimiento del PNV. Tanto es así, que se vanagloria de que el consejero de Sanidad, Jon Darpon, "sacara pecho después de haber sido los únicos en poner en marcha dos hospitales". A este respecto, señala, "habría que recordarle que los han puesto en marcha muy a su pesar, ya que al comienzo de la legislatura, cuando pensaban que gobernarían en solitario, decían que nada de ladrillo, intentando manipular a la gente identificando la construcción de hospitales con la burbuja inmobiliaria, y al final, como no podían sacar adelante los presupuestos, han terminado cediendo".
2016 en adelante: nuevo Gobierno en coalición
En las últimas elecciones, PNV y PSE-EE reeditaron un Gobierno en coalición, un periodo en el que, afirma la responsable de Sanidad de los socialistas, "la principal preocupación está siendo que todos los enfermos de hepatitis C reciban tratamiento, así como avanzaren el diagnóstico precoz de pacientes sin manifestaciones (F0)", ya que tratarlos en este estadío es "lo más barato y lo más adecuado", asegura. Otros frentes abiertos son la negociación colectiva con los sindicatos y el mantenimiento del presupuesto para sanidad pública, evitando el desarrollo de la concertada. Y es que, opina Roncal, "cuando la sanidad la gestionan los poderes públicos el acceso es igual, se genera equidad”.
Otros retos actuales del sistema sanitario vasco son, a su juicio, "la Inversión en equipamientos, teniendo en cuenta que envejecen pronto y que las tecnologías más modernas ayudan a ser más precisos en el diagnóstico, reduciéndose así las hospitalizaciones". También han percibido la necesidad de crear nuevos centros de AP, "porque surgen nuevos barrios y es preciso acercar más los servicios al paciente", y potenciar el papel de la Enfermería, ya que, señala, "cada vez están mejor formadas y más especializadas, por lo que pueden adquirir nuevas funciones siendo muy eficientes". "Cuantos más servicios en Enfermería, sobre todo enfocados a cronicidad, y menos carga burocrática, contratando más auxiliares, mayor eficacia y eficiencia en los sistemas sanitarios", concluye.
La cuestión de la financiación
Para llevar a cabo todas estas propuestas, harán falta, no obstante, más recursos, aunque hay que precisar que Euskadi cuenta actualmente, opina Roncal, con una sanidad bien dotada. "En Sanidad siempre queremos más, pero dentro de las posibilidades del Gobierno vasco pensamos que el servicio de salud está bien financiado", afirma. De hecho, se queja de que algunos programas dirigidos a mejorar esos fondos terminan yendo a las manos del intermediario (proveedores de bienes y/o servicios) en vez de al usuario final, "como es el caso de los que proveen la nutrición a los pacientes en los hospitales", aclara.
Existe quien piensa que la asignación de recursos a sanidad se debe a la suerte de esta comunidad autónoma de poder disponer de sus propios fondos, por la gestión de sus impuestos que se le concedió con la Ley de Concierto. Aunque esta fórmula tiene su cara y su cruz, según la responsable socialista.
-Hay quien piensa que el hecho de que ustedes dispongan de sus dineros, y otras CCAA no, implica un privilegio.
-Éste es nuestro modelo, para bien y para mal. Y digo esto porque cuando nos va bien tenemos dinero para financiar la sanidad, pero cuando nos va mal no recibimos dinero del Estado central, como sí reciben otras comunidades.
-¿Cree que extender el modelo de financiación vasco a otras CCAA ayudaría a dotar mejor la sanidad?
-Hace poco que el lehendakari planteó esta posibilidad, pero algunas autonomías dijeron que no. Si no tienes una industria, una capacidad de generación riqueza, no te interesa ese modelo. Hay comunidades con un sector agrario más desarrollado, con menos industria, que generan menos excedentes para poder financiarse y les interesa más un modelo centralizado fuerte que le transfiera dinero.
-El caso es que País Vasco, en épocas de vacas gordas y flacas, invierte más en Sanidad que otras autonomías.
-Eso tiene una explicación. Se debe a la presión de la población y la oposición, defensores ambos en su mayoría del sistema sanitario público. Al final es una cuestión de prioridades.
-¿Invertir más es sinónimo de más calidad?
-Un aumento de la dotación no asegura una prestación de mayor calidad. Y es que por ejemplo en Euskadi tenemos la cesta de la compra más cara de toda España. Muchas veces ocurre que la oferta sube el precio hasta ajustarse a las posibilidades de la demanda. Por suerte, la farmacia y el equipamiento sanitario quedan excluidos de esto.