El Gobierno ha respondido a una pregunta parlamentaria registrada en el Senado por el popular Rubén Moreno, en la que solicitaba información sobre la forma en la que el Big Data puede modificar y mejorar la gestión de la prestación farmacéutica, así como de la investigación clínica.
Sobre su impacto en la gestión de la prestación farmacéutica, consideran, posiblemente desde la Dirección General de Cartera Común y Farmacia, con competencias en este ámbito, "la reducción de los efectos adversos en pacientes polimedicados por medio del análisis masivo de episodios clínicos de atención primaria y urgencias; el control de posibles enfermedades causadas por el uso prolongado de medicamentos; ahorros por la eliminación de la prescripción de múltiples fármacos en pacientes polimedicados que anulan entre sí sus efectos, o mediante análisis epidemiológicos de gran escala para la mejora de los tratamientos".
En lo que respecta a los ensayos clínicos, el Ejecutivo, se entiende que desde el Ministerio de Sanidad y, más concretamente, desde la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps), pone algunos ejemplos como "el procesamiento masivo de datos, a través de la historia clínica electrónica; la automatización de la toma de datos por medio de dispositivos instalados en el propio paciente o en su ambiente cotidiano y uso de algoritmos basados en inteligencia artificial, aplicados a las historias clínicas electrónicas; garantizando la seguridad de los nuevos productos sanitarios, minimizando el coste de su desarrollo; la mejora de protocolos de actuación en los centros de salud tras examinar los efectos adversos; la reducción de enfermedades nosocomiales (producidas en el entorno hospitalario), o el examen de factores adversos a la salud y prevención de futuras enfermedades (ictus, cáncer de colon)".
Recuerdan, a este respecto, que la gestión de grandes volúmenes de información médica aplicada a la mejora de los ensayos clínicos es ya objeto del grupo técnico de trabajo de la Unión Europea: HMA-EMA Joint Big Data Taskforce, que ya ha ofrecido recientemente algunas recomendaciones prioritarias para el uso en investigación clínica.
En la respuesta también identifican algunas oportunidades de mejora para los distintos actores implicados. Así, las agencias reguladoras "pueden generar evidencia que permite mejorar los procesos de toma de decisiones en aprobación, financiación y vigilancia de fármacos y productos sanitarios". Asimismo, prosiguen, "los investigadores pueden desarrollar y emplear mejores modelos para caracterizar enfermedades, tratamientos y evaluar el rendimiento de un fármaco en un sistema de salud". Y dentro de ellos, la industria farmacéutica podría, concluyen, "desarrollar nuevos modelos de ensayos, que complementan la evidencia generada en los tradicionales ensayos clínicos randomizados, doble-ciegos, controlados". "En muchos casos, el diseño de estos ensayos se basa en el análisis de Big Data, y además, se pueden combinar múltiples ensayos de estos tipos para realizar análisis integrado de resultados", culminan.