El grupo de trabajo sobre política farmacéutica de la Comisión Europea, que opera dentro de la Dirección General de Salud y Seguridad Alimentaria, ha puesto en marcha el proceso para desarrollar una Estrategia Farmacéutica que sirva para garantizar el acceso a medicamentos asequibles y, a la vez, incentivar la innovación por parte del sector. El primer paso ha sido hacer pública la hoja de ruta y abrir un espacio para que los interesados puedan ir realizando sus aportaciones hasta el próximo día 7 de julio.
Estas aportaciones, que permanecerán visibles, aunque pueden realizarse de forma anónima, quedarán recogidas en un primer informe, que servirá de base para iniciar un procedimiento oficial de consulta pública. Está previsto que esta puede tener lugar en el segundo semestre de 2020, de modo que la adopción de la Estrategia, a la que se prevé dar rango de Comunicación, pueda hacer efectiva a finales de este año. De ella podría derivarse, por tanto, una discusión en el Consejo y el Parlamento europeos para, posteriormente, llevar a cabo una reforma con carácter normativo.
En la hoja de ruta diseñada, se alude a las expectativas de la población europea de tener un acceso equitativo a medicinas seguras y accesibles, una necesidad que, dicen, se ha hecho más patente, si cabe, con la pandemia. Recogen, también, algunas cifras sobre la aportación del sector farmacéutico en términos de empleo (842.000 directos en 2008) y de balanza comercial, con un superávit de 91.000 millones en el mismo año. Asimismo, plantean algunos retos presentes, como la cronicidad, y futuros, como la irrupción de nuevas enfermedades, como síntoma de que la necesidad de disponer de innovación terapéutica no tiene visos de ser pasajera.
La CE recoge en el documento algunos debates anteriores sobre esta cuestión, y cita, concretamente, la resolución del Parlamento Europeo en 2017, fruto del informe liderado por la eurodiputada socialista Soledad Cabezón, titulado 'Opciones para mejorar el acceso a los medicamentos'. Cabezón llamó en su día a la CE a actuar con celeridad para materializar las recomendaciones contenidas en la resolución. Tres años más tarde, parece que el proceso vuelve a comenzar de cero.
La CE justifica esta opción por la necesidad "de construir una Estrategia Farmacéutica Europeo holística, centrada en el paciente y que abarque todo el ciclo de vida del medicamento, desde su descubrimiento, pasando por la autorización y concluyendo con el acceso". La idea es aunar medidas para garantizar medicamentos eficaces, seguros y de calidad a los pacientes, conteniendo el incremento de precios, y compatibilizar eso con un refuerzo a la competitividad del sector, que quieren que sea "líder mundial en innovación".
Retos específicos en política farmacéutica
Entre los retos específicos a los que se quiere dar respuesta, sitúan la falta de equidad entre países a la hora de acceder a determinados medicamentos, una realidad que afecta sobre todo, admiten, a los mercados más pequeños y que está relacionada en ocasiones con las estrategias comerciales de las compañías; los desabastecimientos, que afectan especialmente, subrayan, a medicamentos fuera de patente; la falta de alineamiento de la innovación terapéutica con las necesidades sanitarias, fenómeno condicionado por las expectativas de retorno a la inversión; las dificultades que se encuentran algunas entidades de menor tamaño para llevar sus innovaciones al mercado, a veces, por falta de financiación; la obsolescencia o rigidez de los marcos regulatorios para dar cabida a innovaciones disruptivas, como la terapia génica, o nuevos paradigmas de investigación, como el basado en real world data, entre otros.
Además de dar respuesta a todos estos retos, que concluyen en esa necesidad de acceso a medicamentos seguros, eficaces y de calidad, a precios asequibles, y como consecuencia de las lecciones aprendidas con la pandemia, la CE también considera relevante reducir la dependencia de otros países a la hora de disponer de medicamentos y por eso se proponen reforzar y apoyar la capacidad de producción de principios activos y materiales esenciales para la fabricación de medicinas en suelo europeo, lo que implicará incentivar la ampliación del tejido industrial farmacéutico dentro del Viejo Continente.