La depresión resistente a tratamiento (DRT) es una enfermedad de naturaleza compleja con numerosos retos en su abordaje. Para tratar de dar respuesta a los interrogantes que se presentan en este ámbito, más de 300 especialistas en Salud Mental y otros campos implicados en el abordaje de esta enfermedad mental, como Farmacia Hospitalaria, se han reunido en Sevilla en el marco del encuentro ‘Fénix’, organizado por el Proyecto Vive, con el aval de la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental (SEPSM) y en colaboración con Janssen.
Manuel Martín Carrasco, presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental (SEPSM) y director médico de los centros de Hermanas Hospitalarias en Navarra y País Vasco, asegura que “el encuentro Fénix y otros similares tienen una importancia fundamental como parte de la formación continuada. Los profesionales de Salud Mental, como del resto de especialidades, necesitamos estar en continua formación para adquirir los conocimientos, habilidades y actitudes que precisamos para atender a los pacientes y realizar una práctica de la medicina acorde con los principios básicos de la ética profesional”.
El experto ha destacado que, “la carga de las enfermedades mentales es inmensa, a causa de la discapacidad funcional que producen”. En este sentido, Martín Carrasco, ha señalado que “los trastornos más frecuentes son los trastornos de ansiedad (14,0%), insomnio (7,0%), depresión mayor (6,9%), somatomorfo (6,3%), y dependencia de alcohol y drogas (4%)”.
Por su parte, Antoni Ramos-Quiroga, jefe del servicio de Psiquiatría del Hospital Universitario Vall d´Hebron, CIBERSAM, presidente de la Comisión Innovación del Hospital Universitari Vall d’Hebron y profesor titular de la Universidad Autónoma de Barcelona, ha explicado que hay personas con un perfil clínico más propenso a desarrollar depresión. “Sabemos que hay factores genéticos que pueden incrementar el riesgo de que una persona tenga una situación de depresión mayor, a lo que hay que sumar las adversidades psicosociales o ambientales que afectan a la persona”.
Dentro de las depresiones, Ana González Pinto, jefe de Servicio del Hospital Universitario de Álava y Catedrática de Psiquiatría, ha especificado que la depresión resistente a tratamiento (DRT) se refiere a aquellos casos en los que los pacientes “no han respondido a dos tratamientos previos”. En este sentido ha remarcado que “es fácil imaginar el sufrimiento de los pacientes ante esa larga espera, y la decepción cuando los tratamientos no son eficaces”. Por ello, ha subrayado que “la rapidez de acción es uno de los principales objetivos a la hora de tratar las depresiones”.
En este sentido, Ramos-Quiroga ha destacado que esta rapidez de acción necesaria para los pacientes choca con que “en la actualidad el acceso a la innovación en esta patología es complejo. Nos vemos con muchas restricciones a la hora de tener un acceso ágil a las nuevas soluciones innovadoras”.
Dada la naturaleza compleja de la DRT, Martín Carrasco ha destacado la importancia de “un enfoque de tratamiento integrador. De hecho, existen numerosos datos que demuestran que las intervenciones que combinan medicación con psicoterapia u otras intervenciones psicosociales pueden ser superiores a cualquiera de los tratamientos por separado”.
Siguiendo este hilo ha expresado que “la terapia de la DRT es multidisciplinar por su propia naturaleza, debido a las muchas competencias que se requieren para su implementación”. Por ello, ha resaltado que la actuación de diversos profesionales es necesaria para “adaptar a las características especiales de cada persona una gama integral de intervenciones terapéuticas, con una serie de exigencias y características basadas en la evidencia, y aplicadas con competencia, consistencia, continuidad, coordinación, y colaboración".
Ramos-Quiroga ha ahondado en esta idea señalando que “es necesario que los pacientes con DRT tengan también un apoyo psicológico para favorecer ese cambio en los procesos cognitivos o para mejorar otras comorbilidades”. El experto también ha puesto en valor “el abordaje de estos pacientes desde Enfermería, ya que estos profesionales tienen un rol muy importante en los centros de día o a la hora de manejar los tratamientos”. “Este trabajo multidisciplinar nos da una visión mucho más holística para hacer abordajes más específicos en cada caso”, ha concluido.
Los expertos señalaron la oportunidad que supone para los pacientes con DRT la llegada de innovación, sobre todo, porque como ha explicado González Pinto, los tratamientos menos novedosos “no ofrecían respuesta hasta pasadas al menos dos semanas, pudiendo alargarse esa espera hasta las ocho. No ha sido hasta épocas muy recientes que han aparecido tratamientos de acción más rápida y eficaz a largo plazo”.
Asimismo, González Pinto ha apuntado que “el descubrimiento de nuevas vías y nuevos neurotransmisores implicados en la depresión y la investigación de los tratamientos combinados con psicoterapia aportan un enorme valor que se puede trasladar rápidamente a la práctica clínica”.
Ramos-Quiroga ha añadido que una de las vías de investigación en las que se está trabajando pasa por “tener predictores de respuesta a los tratamientos contra la depresión. Ya sabemos que hay algunos predictores a nivel farmacogenético que pueden ayudar, por ejemplo, a tener un perfil más claro del metabolismo del paciente y ajustar mejor las dosis; además, se está trabajando en análisis inmunológicos de los pacientes para ver qué tratamiento sería más adecuado”.
Los nuevos avances terapéuticos en depresión mayor resistente “han significado un foco de luz para miles de pacientes en todo el mundo”. Por ello, ha indicado que es prioritario avanzar para que estén al alcance de los pacientes “porque los recursos que tenemos actualmente para tratar la DRT son limitados o con demoras en la respuesta al tratamiento”.