La suma de Partido Nacionalista Vasco (27 escaños) y Partido Socialista de Euskadi (12) permitirá que ambas formaciones políticas puedan reeditar su acuerdo para liderar el Gobierno Vasco (mayoría en 38 escaños), después de los resultados obtenidos en las elecciones vascas celebradas este domingo. No obstante, después de una jornada electoral vivida a ritmo frenético, la triunfadora moral de estos comicios sería EH Bildu. Los liderados por Peio Otxandiano rompen sus barreras electorales y empatan a escaños con el PNV (27), aunque no a votos. De esta manera, Bildu, aunque de forma bastante improbable, pero matemáticamente posible, se sitúa como una posible alternativa para formar el próximo Ejecutivo vasco para los próximos cuatro años.
Junto a los resultados de estas tres formaciones, que son las únicas llamadas a poder formar Gobierno, el PP logró mejorar sus resultados de los anteriores comicios pasando de 6 a 7 escaños, Vox mantuvo el que ya logró en las pasadas elecciones, mientras que Sumar entra también en el Parlamento Vasco, con un escaño y Elkarrekin-Podemos, desaparece del legislativo autonómico.
A partir de ahora el juego de coaliciones estará en ver las posibles combinaciones entre PNV, Bildu y PSE-EE, si bien, al menos por las manifestaciones realizadas por los diversos líderes, el acuerdo con más visos de llegar a materializarse es el que une desde la anterior legislatura a socialistas y el centro-derecha nacionalista.
Desde el plano sanitario, el discurso de Bildu, marcado por la lucha contra la ‘privatización’ de los servicios sanitarios y una reestructuración de Osakidetza desde sus propios cimientos, coincide en poco o en nada, con el mensaje de PSE-EE y PNV a lo largo de la pasada campaña electoral.
Tanto el centro-derecha nacionalista de Pradales, como los socialistas de Andueza, han abogado por una remodelación de Osakidetza, pero partiendo desde lo “avanzado desde la legislatura”.
Así el PNV llama a cerrar un ‘Acuerdo Vasco’ en todo el sector sanitario, dirigido a “generar confianza”, según explicaba Pradales en la campaña. Junto a ello, el nacionalista llama a la lucha contra las listas de espera, que según los últimos datos del Ministerio de Sanidad, siguen aumentando en el País Vasco y a la atención al paciente crónico, cuestión para la que no han descartado incluso, “crear un hospital propio”.
Fomentar el diálogo dentro del Servicio Vasco de Salud, la continuidad asistencial, la mejora en la atención a la salud mental, son otros de los planteamientos básicos del PNV, que también se muestra dispuesto a dar la batalla por las competencias de la homologación de las titulaciones sanitarias, algo en lo que tendrá en frente a la mayoría de las organizaciones profesionales.
Por su parte, el PSE-EE no ha criticado en ningún momento durante la campaña las ‘privatizaciones’ que le reclama Bildu al Gobierno Vasco y a las que, de hecho, ha dado soporte durante los últimos cuatro años.
En su lugar, el eje sanitario de la campaña de los de Andueza pasa por “devolver el prestigio a Osakidetza” a través de la contratación de profesionales (2.000 más han prometido en campaña como medida inmediata), así como el desarrollo de la medicina personalizada.
Igualmente el PSE-EE también ha lanzado un mensaje en favor del desarrollo de la actividad asistencial dentro de la farmacia comunitaria. Así, han planteado un “escenario colaborativo” entre las farmacias y el Servicio Vasco de Salud y la implementación de los programas de Atención Farmacéutica Domiciliaria.
Las primeras declaraciones de Pradales tras conocerse el resultado electoral no han servido para avanzar el futuro de las negociaciones con los socialistas y se han centrado en resaltar en "la responsabilidad" que los vascos le han dado para "liderar el proceso de construir" el próximo Ejecutivo, a pesar del retroceso de cuatro escaños en relación a las elecciones anteriores.
Andueza, que ha mejorado en dos los escaños de 2020 ha sido más claro asegurando que "nadie tenga ninguna duda de que el voto que nos han confiado va a servir para lo que hemos dicho toda la campaña", en clara referencia a que el PSE-EE no pactará con Bildu. Precisamente la contraparte aludida, Peio Otxandiano asegura que "el mapa político vasco ha cambiado", en referencia a los casi 100.000 votos más que ha logrado su formación política con respecto a los pasados comicios y ha apelado a "la mayoría de izquierda que habrá en el próximo Parlamento vasco".
En clave nacional, estos resultados también han sido analizados por el PSOE y el PP. En ambos casos hacen un balance positivo. El PSOE considera que la subida de dos escaños y la posibilidad de reeditar Gobierno les da como vencedores frente a un Alberto Núñez Feijoo "que ha vuelto a equivocarse". Su aportación a estas elecciones "ha sido cero", señalan desde Ferranz. Por su parte el PP, ha celebrado la subida de De Andrés frente a las pasadas elecciones donde los populares acudieron con Ciudadanos, si bien ha centrado sus críticas en atraer la responsabilidad del aumento de votos de Bildu al Gobierno de Pedro Sánchez. "Desde que Sánchez está en la Moncloa, Bildu no ha parado de crecer", ha asegurado Cuca Garmarra.
A partir de este lunes, Pradales abrirá su turno de negociaciones con las diversas formaciones políticas aunque el resultado de las mismas parece ser conducente a la repetición del anterior Gobierno.