España ocupaba “hace 10 años unos primer y segundo no honrosos puestos en el consumo de antibióticos en salud humana y animal: ya hemos conseguido rebajar el salud humana un 13,5% y un 69,5% en salud animal”, así resumía la situación sobre el consumo de este tipo de fármacos en nuestro país la directora de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, Mª Jesús Lamas (Aemps), en el transcurso de una jornada organizada por este organismo con motivo del Día Europeo del Uso Prudente de Antibiótico.
Un trabajo realizado por el Consejo General de Colegios de Farmacéuticos (CGCOF) indicaba este pasado fin de semana que España, aunque sigue por encima de la media europea, es ahora el séptimo país con mayor consumo de estos fármacos y es además el tercero donde en mayor porcentaje se reduce su consumo. Un consumo que por lo demás, según datos del Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC) sigue subiendo; de hecho, en conjunto un 1%, cada vez un poco más lejos de los objetivos de reducción.
El organismo europeo ha sido crítico con los Estados miembros al señalar que, “a pesar de las mejorar, en algunas áreas la UE será retrocediendo”. Para alcanzar los objetivos de la UE para 2030 es “necesaria una respuesta urgente y unida de toda la Unión para evitar que la resistencia a los antibióticos debilite la acción santaria”
Las razones del cambio en España han sido atribuidas por el secretario de Estado de Sanidad, Javier Padilla al trabajo del Plan Nacional para la reducción de antibióticos. “No estamos como estábamos, para bien y para mal”, porque existe mayor conciencia, pero la amenaza sigue sobre la mesa. “Debemos seguir trabajando, ha dicho, en reducir la cantidad, pero también en mejorar la calidad y en medir el impacto sobre las tasas de septicemia”, ha señalado el secretario de Estado.
De cara al futuro, Padilla considera que “estamos en condiciones de poder cumplir con los objetivos”, ha apuntado, y se debe seguir trabajando en disminuir y racionar el consumo. Los grandes objetivos, en su opinión, pasan por implantar una visión de ‘One Health’, mejorar la percepción social y conseguir cambios de conducta, “en la persona que consume los antibióticos, pero también en la que prescribe”.
En junio del año pasado, se publicó la Recomendación del Consejo de la Unión Europea sobre Resistencia a los antimicrobianos con el fin de fomentar el uso prudente de los antibióticos. En el caso de España los objetivos pasan por la reducción del consumo de antibióticos en comunidad y hospital del 27% en dosis diarias por 1.000 habitantes/día entre los años 2019 y 2030. El aumento del porcentaje de consumo de antibióticos del grupo de acceso de la clasificación AWaRe de la Organización Mundial de la Salud hasta un 65% y la reducción de la incidencia por cada 100.000 habitantes de septicemias por Staphylococcus aureus resistente a meticilina y por Escherichia coli resistente a cefalosporinas de tercera generación en un 10%; y por Klebsiella pneumoniae resistente a carbapenemes en un 4% desde 2019 hasta 2030.
En el caso de la sanidad animal el objetivo es alcanzar una reducción de ventas de productos médicos veterinarios de un 50%, teniendo como punto de partida los datos de 2018. Además, la sanidad animal se enfrenta a otros retos, como la implementación efectiva de los Programas de Optimización del uso de los Antimicrobianos (PROA) en veterinaria.
Por otra parte, la ONU ha aprobado una declaración para la reducción, antes de 2030, de un 10% de los 4,95 millones de muertes humanas anuales que se estiman asociadas a la resistencia a los antibióticos.