Terapéutica

“La sociedad tiene que saber que la donación de datos se va a utilizar en una buena causa”

Jesús María Hernández Rivas, coordinador principal de la Alianza Harmony asegura que existe un acuerdo “al 97%” sobre el proyecto que este mes debatirá el Parlamento Europeo y aboga por transmitir a la sociedad en general las ventajas que puede aportar el uso de datos sanitarios en la mejora general de la salud
Jesús Hernández Rivas.

El catedrático en Hematología, Jesús María Hernández Rivas, del Instituto de Investigación Biomédica de Salamanca (IBSAL), lidera la denominada Alianza Harmony, integrada por los proyectos europeos Harmony y Harmony Plus, una iniciativa de origen español, dirigida al desarrollo de tratamientos frente al cáncer hematológico. A lo largo de los años este proyecto ha reunido datos de alta calidad de más de 100.000 pacientes y que han servido, entre otras cosas, para diseñar nuevos ensayos clínicos, reducir costes, encontrar nuevas formas de prevención y aportar más esperanza a las personas que las padecen.

Desde esta perspectiva, Hernández Rivas aborda la extensión del Espacio Europeo de Datos Sanitarios, cuyo debate se aborda este mes en el Parlamento Europeo. En su valoración, hay acuerdo general “en el 97%” del reglamento. Pero a su juicio queda pendiente un traslado a la sociedad de la importancia que tiene el convertirse en ‘donante de datos’. “Me gusta poner el ejemplo de la ONT. Un donante de órganos no piensa, es que si el órgano se lo van a dar a una persona concreta. Lo da para que pueda hacer un bien a otra persona”.

P.- ¿Cuál considera que puede ser la aportación de la regulación del Espacio Europeo de Datos Sanitarios (EEDS) puede aportar al desarrollo de programas como el que usted lidera?

R.- El EEDS debería proporcionar un paraguas, una cobertura legal. Me consta porque he participado, que ha habido un una encuesta muy importante a todos niveles, centros, organismos, sociedades científicas, para que todos ellos elevaran propuestas de cómo pensábamos que este espacio se debería articular. En esta encuesta han participado también activamente las asociaciones de enfermos. Ahora llegamos a este punto común en el cual creo que hay bastantes luces y algunas sombras.

P.- Comenzamos por las luces…

R.-  Esto ya nos pasó cuando nació el proyecto Harmony, que todavía no existía ni siquiera la Ley Orgánica de Protección de Datos. En una ley que tiene muchísimos puntos y que desarrolla muchas situaciones, parece que nos quedamos, no voy a decir en la anécdota, pero si en el punto de conflicto, que es el ‘opt-in/opt-out’ (si el consentimiento debe ser explícito o no) que toda la ley se circunscribe a eso. Yo creo que todo el mundo está de acuerdo en el 90 y tantos por ciento. El hecho de tener una regulación es muy importante…. regular los biobancos, ensayos clínicos, el uso secundario de datos en salud…. todo eso es importante, absolutamente esencial. Y además garantizar los derechos del ciudadano, o sea que sus datos se utilicen de una forma correcta y coherente, eso es algo que es toda la parte buena que tiene cualquier tramitación de una de una ley de este calibre.

P.- Y las sombras….

R.- Existe un acuerdo generalizado en la gran mayoría del articulado, pero también hay algunos aspectos que probablemente, deberían admitir cierto grado por lo menos de reflexión o de discusión. ¿Cuáles? Por ejemplo, se observan algunos aspectos que pudieran estar por lo menos no totalmente alineados con el articulado de la ley de protección de datos. Aquella era una ley de carácter general, cuando luego específicas en que lo hemos llamado espacio europeo de datos, debería hacer una continuación al amparo de esa de esa legislación y así está establecido en los preámbulos. Deberíamos tener algo que esté alineado al 100%. Además hay cuestiones un poco opinables. No tenemos que ver solamente el debate ideológico, sino también el cultural. Además yo creo que debemos salir muchas veces debate ideológico para entrar en el debate en los conceptos más de educativos o culturales.

P.- Para la cesión de los datos genéticos, la norma establece que debe haber un mecanismo voluntario por parte de los pacientes, ¿puede afectar esto a la investigación de patologías de origen genético como el cáncer o las enfermedades raras o el desarrollo de terapias avanzadas, que serían las que más se deberían ver beneficiadas de un espacio de datos y del uso de la inteligencia artificial.

R.- Los datos genéticos son datos mucho más sensibles que los datos de salud, porque en determinadas circunstancias pueden ayudar o podrían identificar a una persona. Sobre todo en el caso de enfermedades que fueran muy raras, pero también es cierto que este tipo de enfermedades son las que más se van a beneficiar de poder compartir datos. Creo que debemos generar una situación en la cual se respete la privacidad del paciente, por supuesto, por encima de todo. Para ello, se pueden crear muchos mecanismos, incluso que dificulten o que prácticamente impidan la identificación del enfermo. En la actualidad se están ya compartiendo grandes repositorios de datos de enfermos, de alta calidad, con secuencias globales del genoma. Aquí deberíamos, tener presente un mecanismo en el cual el paciente al que se le va a realizar un estudio genético profundo, sea conocedor de la importancia de esos datos, se le garantice que esos datos no le van a poder identificar. Como digo, se pueden crear muchos mecanismos para, evitar estas situaciones e incorporar esos datos al caudal que se pueda analizar por parte de la comunidad científica y de la comunidad de enfermos. Me parece que es muy importante la información que se pueda derivar de poder compartir estos datos, y lo que hay que hacer es, insisto, garantizar mecanismos para que esos datos no permitan la identificación del enfermo. Esos mecanismos existen en la actualidad y muchas maneras de poderlos en práctica.

P.- ¿Pero en líneas generales es entonces algo positivo?

R.- Soy optimista. Lo que hemos podido hacer en el en proyectos como Harmony y Harmony Plus, que es generar una base de datos analizados, con datos reales de enfermos que tienen enfermedades, muy serias y muy graves es muy importante. Tener todos esos datos correctamente registrados almacenados en un entorno seguro y empezar a extraer conclusiones de esos datos es lo que lo que creo que nos da un valor tremendo.

P.- ¿Servirá para posicionar mejor a la UE de cara a sus competidores?

R.- A nivel mundial Europa tiene siempre su competencia en Estados Unidos, en China y en nuestro caso, en el aspecto sanitario, vamos por delante al resto de países. ¿Por qué?, porque tenemos sanidades o sistemas de salud muy equitativos, porque muchos de esos sistemas equitativos o la mayoría están basados en el apoyo que dan los Estados a la salud, en la creencia de que la salud es un bien para el ciudadano. Esto es algo que tenemos que explotar y que muchas veces no nos damos cuenta. Nosotros tenemos y generamos un caudal de datos en nuestros hospitales increíblemente grande y esos datos tienen que convertirse en datos que ayuden al resto de los enfermos. No se trata de pensar que vamos a ahorrar dinero, sino que vamos a mejorar. Vamos a poder diagnosticar mejor, vamos a poder pronosticar mejor y por tanto vamos a poder tratar mejor a los enfermos.

P.- ¿Cómo cree que ven esto los pacientes?

R.- Nunca se puede hablar por todos, pero sí, la inmensa mayoría de organizaciones de pacientes con las que hablamos están totalmente de acuerdo y, por supuesto,  la inmensa mayoría de los médicos que trabajamos en los distintos sistemas públicos de salud. Por eso, si ponemos una serie de cortapisas para que esos datos no puedan manejarse, no puedan usarse en un entorno europeo, yo creo que se va a producir un contrasentido. Da la sensación de que de que no estamos utilizando el caudal de conocimiento que pueden y que deben generar esos datos en beneficio de los enfermos.

P.- ¿Entonces cuál debe ser el eje del debate?

R.- Desde el punto de vista del paciente, la esencia del debate tiene que ser: ¿Para qué queremos los datos?, y la respuesta es clara: para que cuando nosotros seamos enfermos, esos datos me beneficien a mí en mi diagnóstico y en mi pronóstico. Para eso lo que tenemos que hacer es usar datos que sean muy buenos. Los datos que recogemos de nuestro sistema de salud, no tienen nada que ver con el sistema de salud americano o con el chino. Los nuestros son de mucha más calidad y debemos recogerlos en un entorno absolutamente seguro, que evita que esos datos se identifiquen como los datos de alguien concreto. La idea que hay que transmitir a la sociedad es que a usted nunca le vamos a poder identificar, ni le queremos identificar, porque lo que tenemos ya no van a ser sus datos, sino los datos de una persona anónima, que en un momento determinado tuvo una enfermedad.

P.- Pero también debe existir la posibilidad a negarse a que una persona no quiera compartir esos datos

R.- Si alguien no quiere, de manera explícita, que sus datos se utilicen, no deben usarse. Pero llevado al límite de la formulación actual del anteproyecto, tal y como está, prácticamente exigiría que tuviéramos que aceptar todos y cada uno de los ítems que se nos que se nos practican en salud para decir estoy de acuerdo en que esto y esto sea utilizado y esto no. Esto es un planteamiento un poco kafkiano. Tenemos una información que está ahí y se puede utilizar. El paciente tiene que ser el que tenga la última palabra: Mire, yo no quiero que ningún dato no se utilice en ningún tipo de circunstancia. Hoy por hoy lo que tenemos que hacer es dar garantías de que a la persona no se la va a identificar en ningún momento y que sus datos además, se van a utilizar en una buena causa: mejorar la salud  de la Comunidad. El compromiso que tenemos como comunicadores, como científicos, como médicos, como pacientes, como asociaciones de pacientes, es dar a la sociedad el mensaje de que esto se hace para el bien de todos. Me gusta poner el ejemplo de la ONT. Un donante de órganos no piensa en qué tipo de persona va a recibir su órgano. Lo da para que pueda hacer un bien a otra persona, para curar a alguien que está enfermo. Estoy seguro de que el 99%, nunca se puede decir el 100%, de los pacientes que atiendo saldrían orgullosos diciendo que son donantes de datos. Donar datos no es que sea tan importante como donar órganos, pero puede ayudar a salvar vidas. Echo de menos una campaña en la que se explique usted puede donar sus datos, que no le va a costar nada, que igual que cuando dona un riñón va a ser anónimo y que va a hacer un gran bien.

P.- ¿Cree que es necesario comunicar más?

R.- A mí me parece que el Espacio Europeo de Datos en Salud debería llevar a una campaña intensa por parte de la Unión Europea para hacerse donante de datos. Acaba de ser publicado que el Gobierno británico ha liberado los datos genéticos de medio millón de ciudadanos. Reino Unido en este momento es competidor de Europa. Estados Unidos, también. Son  nuestros competidores a diferentes nivelesA veces me planteo quién alimenta este debate opt-in/opt-out, de gran trascendencia para la sociedad No creo que este debate se tenga que ideologizar. Lo importante es explicar que compartir datos nos va a ayudar a todos.

P.- ¿Cómo está evolucionando Harmony?

El proyecto Harmony está en un momento extraordinario. Hemos dado un paso nuevo en su evolución y se ha transformado en fundación, para que con las mismas ideas, con los mismos intereses, podamos seguir recogiendo información de enfermos con enfermedades hematológicas. Cada día tenemos más posibilidades de analizar grandes series de datos. Ahora, lo que estamos haciendo es incrementar mucho la base de datos que tenemos, en la cual ya he recogido los datos de muy buena calidad, de más de 110.000 enfermos; teniendo en cuenta que hablamos de enfermedades hematológicas, tenemos la casuística más importante, la más grande del mundo, en cada una de las enfermedades. Harmony Plus, está extendiendo su ámbito de actuación a países de fuera de Europa para que tengamos una visión mucho más global de  las enfermedades, eso es algo que estamos empezando a hacer y por donde vamos a seguir creciendo, pero por supuesto, seguir manteniendo nuestra vista en Europa y, de manera especial, en España. Hemos generado una serie de herramientas que ahora ya permiten ver los datos que tenemos de una manera más rápida. La semana que viene presentaremos nuestros resultados en la Asociación Americana de Hematología, en la cual tenemos reuniones especiales para seguir avanzando en la colaboración con esta sociedad y con otras entidades europeas, americanas y australianas. Actualmente estamos trabajando más de 600 personas de más de 150 instituciones y 9 asociaciones de enfermos y contamos con 32 proyectos de investigación.

P.- ¿Así que satisfecho?

R.-.Estamos contentos, pero hay que seguir trabajando. Me gustaría añadir que el proyecto Harmony se ha coordinado desde España. Ha sido un esfuerzo de dos institutos de investigación. El instituto de Investigación de Salamanca (IBSAL) y el Instituto de Investigación de Universitario de la Fe (HULAFE), con el  doctor Guillermo Sanz al frente. En ocasiones sentimos que no somos protagonistas de este tipo de proyectos,  que es algo que nos cuentan, que es algo que se produce muy lejos de aquí, que nosotros no seríamos capaces de hacerlo. Pero resulta que sí, que somos capaces de hacerlo, de sacarlo adelante, de llevarlo a buen puerto, y de que el interés cada año sea mayor. Quiero agradecer todo el esfuerzo de tantos profesionales que trabajan día a día para que los datos de nuestros enfermos se compartan en un entorno seguro y para que, poco a poco, seamos capaces de mejorar la salud de nuestros enfermos.


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