Aunque la tónica general de la primera comparecencia de la ministra de Sanidad, Mónica García, ante la Comisión de Sanidad, fue de un ambiente relajado, se topó con una posición totalmente frontal de Junts y el PNV en dos aspectos clave del discurso político, así como la actuación de la ministra en las últimas semanas.
En relación con las medidas tomadas en el Consejo Interterritorial del SNS y el dictado de la orden comunicada que obligó a las comunidades autónomas a exigir la utilización de mascarillas en los centros sanitarios a causa de la situación provocada por las infecciones respiratorias agudas, García señaló que el Gobierno va a “actuar sin contemplaciones cuando se trata de la salud de los españoles” ya que, aunque no tengan competencias sí que tienen “incumbencia en todo lo que tenga que ver con proteger la salud, sobre todo en una epidemia de la gripe que es anual y que este año ha sido en el rango alto”.
Siguiendo en el filo entre respetar las competencias de las comunidades o actuar para obligarlas a tomar medidas, la ministra indicó que “siempre” van a respetar “los tiempos y competencias de las CCAA sin perjuicio de velar por la salud. Siempre vamos a dar certezas y basarnos en la mejor evidencia científica”, frente al “muro del negacionismo”. Esta cuestión fue repetida por García en diversas ocasiones al asegurar que se guiarán “siempre de rigor científico, empatía y diálogo, en un compromiso con la verdad”, y que su objetivo es trabajar “codo con codo con comunidades, grupos parlamentarios y sociedad.
Rechazo a la orden comunicada
Las palabras de García no atenuaron los ánimos de Maribel Vaquero, portavoz del PNV, que llegaba a la comisión con el objetivo de dejar claro a la ministra que no estaban de acuerdo con su forma de actuar. “No podemos felicitarle ni por las formas ni por el modelo de cogobernanza”. En la primera ocasión, “sin marco competencial que le avale, ha tomado decisiones sin evidencia científica ni escuchar a quienes gestionan la sanidad en sus territorios” e “instrumentalizando el artículo 65 de la Ley de Cohesión”. Vaquero aseguró que el Ministerio se saltó el procedimiento para establecer una declaración de actuaciones coordinadas que requieren el acuerdo previo del Consejo Interterritorial del SNS, salvo por razones de urgencia. “No ha habido nada de eso: ni acuerdo ni razones de urgencia”. Además, la portavoz del grupo vasco recordó que el propio reglamento del CISNS establece que los acuerdos en el mismo se establecerán por consenso y reclamó que estas actuaciones se deben guiar por criterios técnicos de las ponencias de alertas.
Vaquero afeó a García que la justificación para la decisión del Ministerio está en “su guerra particular con la señora [Isabel Díaz] Ayuso”, y para mantener ese pulso “se ha impuesto al resto de las comunidades autónomas en contra de su criterio y vulnerando sus competencias en materia de salud pública”. Por ese motivo, la portavoz vasca consideró que García “ha elegido la confrontación como forma de relacionarse con las comunidades autónomas” y reclamó de la ministra cambios en las formas ya que de otro modo no será posible para su grupo colaborar con el Gobierno.
En su respuesta, García trató de desviar la atención hacia el uso de la mascarilla, “una medida básica” sobre la que hay “consenso”, que ha contado con la petición desde las sociedades científicas y se trata de uno de los aprendizajes de la pandemia. “No lo digo yo, lo dice la evidencia. La mascarilla es el mínimo, es el paracetamol de cuando hay fiebre, para contener una epidemia de gripe a la que no nos podemos acostumbrar. Por ese motivo, planteó a la Comisión de Sanidad que ya se han puesto a disposición de las comunidades para “trabajar en los planes de invierno” para evitar los efectos de la gripe sobre el sistema sanitario.
Pero la portavoz del PNV, que no entró a valorar si el uso de la mascarilla tiene o no evidencia, quiso dejar claro que es el fondo, la forma de actuar, la legalidad de la medida, lo que es criticable. “No desvíe el debate al qué, a la mascarilla. No he citado la palabra”, explicó Vaquero, quien continuó explicando que “la queja no es esa sino sobre los modos, saltándose la gobernanza para imponer una decisión desde su Ministerio”.
Encontronazos de este estilo podrían volver a darse si el Ministerio de Sanidad se empeña en coger las riendas del sistema a la mínima que haya una situación de tensión en el sistema sanitario, algo que le puede suponer recursos ante su actuación, especialmente porque no parece que Sanidad tenga entre sus prioridades actuales el reglamento del CISNS para adecuarlo a la Ley 40/2015 y la regulación de las conferencias sectoriales y, porque más allá, tampoco ha seguido el procedimiento, como denunció la portavoz del PNV. La falta de mayoría del bloque que apoya al Gobierno en el Pleno del CISNS impediría a García imponer las medidas que considerara si las sometiera a votación.
Modelo asistencial de Cataluña
El otro gran enfrentamiento de la mañana vino de la mano de Junts. En el mismo tono que han venido utilizando desde que saben que sus siete votos son esenciales para cada una de las votaciones parlamentarias, la portavoz del grupo catalán, Pilar Calvo, aseguró que “escuchando sus anuncios han saltado las alarmas”.
Estas alarmas se encendieron ante el anuncio de Mónica García de que iban a llevar al parlamento una ley “para garantizar, para blindar la gestión directa del SNS”.
“Tenemos una línea roja a partir de la colaboración público-privada, donde el modelo sanitario catalán es un referente”, explicó Calvo. La portavoz recordó que, en la legislatura anterior, la entonces ministra Carolina Darias trató de aprobar una ley que también quería blindar la gestión directa. “Creo que tiene la misma música y letra que la de Darias y, si es por Junts, acabará en el mismo cajón”, sentenció a modo de predicción. Por ese motivo, señaló que “si quieren curar el SNS español no lo hagan llevando a la UCI el sistema catalán”.
Más allá, la portavoz catalana reclamó mejoras en la financiación. “Tenemos infrafinanciación y necesitamos recursos”. Calvo aseguró que, si te dan competencias, pero no te las financian, “te meten en un lío porque te conviertes en dependiente y te obligan a ir a Madrid a pedir limosna”. La representante de Junts, por otro lado, también exigió el pago de “transferencias pendientes desde 2009”.
En su respuesta, la responsable ministerial quiso transmitir que conocen el funcionamiento del sistema catalán, “más parecido a un sistema Bismarck que a un Beveridge”, por lo que “partimos de una historia y contexto diferente”. Además, García aseguró “aprender mucho del modelo catalán”. En cualquier caso, la ministra se reafirmó en que “gestión directa es gestión directa, lo que no significa que en el histórico de algunas comunidades haya otro tipo de gestiones que nadie quiere arrinconar”.
Las palabras de la ministra no calmaron los ánimos de la portavoz independentista. “Tenga cuidado con las recetas” para que no ponga más enfermos en Cataluña, indicó en la dúplica. Calvo ha preguntado por conocer “dónde estará la línea que separa” la cesión de competencias con la incumbencia del Ministerio de Sanidad para mejorar la salud de los ciudadanos. Igualmente, Calvo reclamó a García que aclare qué quiere decir con eso de que “gestión directa es gestión directa” y en qué medida puede afectar a la singularidad de Cataluña.
Garante de la prestación
Sobre la cuestión de la gobernanza, la portavoz del PP, María del Mar Vázquez, recordó a García que el Ministerio de Sanidad “no es un facilitador, sino un garante” de la prestación sanitaria, ya que sobre él “recae la responsabilidad de la cohesión y la coordinación del SNS”. Por ese motivo, Vázquez preguntó a la ministra sobre las medidas que tomará para ejercer el liderazgo que debe tener el Ministerio. Además, la portavoz popular preguntó a García si va a ser “la ministra de todos los españoles o solo de unos pocos” al tiempo que criticó que pueda estar encima de la mesa la cesión de competencias de formación especializada y convalidación de títulos a algunas comunidades autónomas. “Eso generará desigualdades, algo que como Ud. dice, genera problemas de equidad en salud”, indicó Vázquez.
Por su parte, el portavoz de Vox, David García, reclamó más coordinación ya que “no se pueden tener 17 sistemas sanitarios” que lo único que hacen es crear “desigualdades y que haya ciudadanos de primera y de segunda. Por ese motivo, García Gomis recordó que según ellos “hay que devolver las competencias de Sanidad al Estado”.
La portavoz de ERC, Inés Grunillers, también atacó durante al Ministerio de Sanidad. “Su departamento no debería existir porque las competencias están traspasadas”, dijo a García al inicio de su intervención. La portavoz de Esquerra también planteó las dificultades económicas del sistema sanitario de Cataluña a causa de una “infrafinanciación crónica que produce un déficit estructural”.
En representación del grupo Mixto, Javier Sánchez, de Podemos, planteó una disyuntiva entre la sanidad pública y la privada. “La sanidad privada no puede colonizar lo público”, aseguró, al tiempo de vincular esa colonización con la existencia de mutuas de funcionarios que prestan sus servicios a través de la sanidad privada. A este respecto, Sánchez aseguró que “el principal problema del sistema sanitario es la ley 15/1997” que habilitó nuevas formas de gestión y reclamó de García que den “pasos para derogar esta ley” y cualquier privatización.