Terapéutica

Una nueva indicación de un fármaco aprobado, más cerca que la vacuna para combatir el covid-19

Un artículo de la revista British Journal of Pharmacology sugiere que el tratamiento para la enfermedad causada por el nuevo coronavirus a partir de fármacos ya aprobados (drug repurposing) será la primera respuesta a la pandemia, por delante de la vacuna.

Un artículo de la revista British Journal of Pharmacology sugiere que el tratamiento para la enfermedad causada por el nuevo coronavirus a partir de fármacos ya aprobados (drug repurposing) será la primera respuesta a la pandemia, por delante de la vacuna.

Investigadores de la Unión Internacional de Farmacología Básica y Clínica han sugerido que no habrá una “bala mágica” para tratar la infección, y sugieren que el abordaje desde múltiples líneas de investigación será necesario para dar con una terapia. En su análisis, indican que esa estrategia ofrecerá resultados antes de que se disponga de una vacuna.

“Cualquier fármaco empleado para tratar Covid-19 tendrá que atender a las tres fases clave de la infección: impedir que el virus penetre en las células, detener su replicación si ya lo ha hecho y reducir el daño a los tejidos, en este caso pulmones y corazón”, ha dicho uno de los autores, Anthony Davenport, de la Universidad de Cambridge. 

Dianas

En su artículo repasan posibles fármacos y dos dianas clave: las proteínas en la membrana celular a las cuales se une el virus: ACE2 y TMPRSS2. La segunda es muy común, mientras que la primera suele estar presente en niveles más reducidos dependiendo del sexo, la edad y el historial de consumo de tabaco del paciente.

“Como sabemos que ambas proteínas desempeñan una función en la infección por este coronavirus, podemos centrarnos en la aplicación de fármacos que ya están aprobados, o en fases finales de investigación. Son tratamientos que ya han sido probados, cuya seguridad conocemos, y si resultan eficaces en este contexto su aplicación en la clínica podría ser relativamente rápida”, ha explicado Davenport.

Remdesivir, que se desarrolló para tratar el ébola, es una de esas posibilidades. También hay datos preliminares esperanzadores de anticuerpos monoclonales, “pero son fármacos cuya producción es más cara y por tanto más difíciles de proporcionar a gran escala”, indican los investigadores.

Steve Alexander, de la Universidad de Nottingham, y coautor, sugiere que mientras se espera a una vacuna, las nuevas indicaciones son la apuesta más segura.

A su modo de ver, lo más probable es que se necesiten diversos medicamentos en combinación.

El equipo ha dicho que es necesario acelerar el trabajo para identificar los fármacos ya existentes que, por medio de ensayos clínicos, puedan demostrar su eficacia contra la nueva infección. Por otro lado, advierten que durante los periodos en los que haya menor número de contagios también será más difícil reclutar pacientes para los estudios. 

Más de 300 estudios en marcha

Según sus cálculos, hay más de 300 ensayos clínicos en marcha en todo el mundo, muchos de los cuales, con nuevos medicamentos, es poco probable que alcancen la eficacia necesaria para su aprobación “ya que no está claro a qué fase de la enfermedad se dirigen o por sus efectos secundarios”.

Por otro lado, han recomendado paciencia en cuanto al desarrollo de una vacuna, que va a ser un reto.

“Hay muchas vacunas en desarrollo, y esperamos que tengan éxito, pero habrá que esperar mucho antes de que muestren su eficacia y puedan fabricarse en cantidad suficiente”, ha insistido Alexander. 

Ejecutivos de Bayer opinan

En el encuentro World Medical Innovation Forum, organizado en Boston por los hospitales Brigham and Women’s y el Hospital General de Massachusetts, el responsable de I+D de Bayer, Joerg Moeller, ha hecho hincapié en las ventajas de la investigación de nuevas indicaciones para fármacos ya conocidos. 

Mike Devoy, el responsable de la división médica de la compañía, se mostraba de acuerdo, añadiendo que la colaboración entre compañías no tiene precedentes: “Compartir las bibliotecas de compuestos, que hace poco era inconcebible, es algo que estamos viendo como parte de los esfuerzos para combatir la pandemia”.

De hecho, ambos destacaban el nuevo espíritu colaborativo como un cambio que sería deseable mantener cuando haya pasado la crisis.

Moeller tuvo palabras de agradecimiento para Stephen Hahn, director de la agencia estadounidense del medicamento (FDA), por su disposición a colaborar en acelerar los procesos necesarios para la llegada de un tratamiento, con una predisposición a la cooperación y la flexibilidad que se ha visto en compañías del sector, gobiernos y reguladores de todo el mundo.

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