El European Centre for International Political Economy (Ecipe), entidad de investigación independiente centrada en el análisis la política económica y comercial en el ámbito internacional, publicó la semana pasada un informe que muestra cómo la protección de la propiedad industrial supondría un impulso para el PIB, la productividad, las inversiones y las exportaciones en Europa al tener un efecto directo sobre los sectores intensivos en este terreno, como es el caso del farmacéutico.
El estudio avala que políticas más sólidas en los Acuerdos de Libre Comercio de la UE conducirían a crecimientos anuales de 63.000 millones de euros en el PIB y 74.000 millones de euros en exportaciones; significarían 17.000 millones de euros más en inversiones, y un impacto positivo en los salarios de 245 euros por familia.
“Los derechos de propiedad industrial son cada vez más importantes para las economías basadas en el desarrollo del conocimiento. Su protección no sólo fortalece la economía de la Unión Europea y de los Estados miembros, sino que también las hace más resistentes, al fortalecer las exportaciones, la productividad y las inversiones, un objetivo de la política de la Unión para la estrategia industrial en la era posterior a la Covid-19”, recuerda la directora del Departamento Internacional de Farmaindustria, Iciar Sanz de Madrid.
“Y no hay que olvidar que, además del estímulo para las economías, una sólida protección de la propiedad industrial en el ámbito farmacéutico es esencial para asegurar la investigación y el desarrollo de nuevos medicamentos que permitan avanzar en la lucha contra las enfermedades, mejorar la salud de las personas y reducir los costes de los sistemas sanitarios, como ha venido ocurriendo en las últimas décadas en Europa”, añade Sanz de Madrid.
El estudio del Ecipe hace un seguimiento de la evolución de las disposiciones sobre la propiedad industrial incluidas en los acuerdos de libre comercio para analizar si el estándar actual de dicho marco permite que Europa aproveche al máximo sus oportunidades de crecimiento. Asimismo, el informe también proporciona estimaciones cuantitativas sobre la relevancia de la propiedad industrial para cada Estado miembro, y concluye que todos se beneficiarían.
“La UE debería incorporar disposiciones de propiedad industrial más estrictas en los acuerdos de libre comercio, en particular con los países desarrollados. Esto conduciría a un PIB y unos salarios más altos, y Europa mejoraría a la hora de atraer inversiones en innovación de vanguardia”, afirmó Fredrik Erixon, autor principal del estudio, en la presentación telemática. “Actualmente, la defensa de la propiedad industrial no es una prioridad para los Estados miembros en sus políticas comerciales. Estos resultados demuestran que debería estar en el centro de una nueva estrategia comercial europea para el crecimiento, la competitividad y la resiliencia”, declaró.
Entre las conclusiones del informe también destaca el positivo efecto sobre las pymes, ya que muchas empresas emergentes dependen en gran medida de su propiedad industrial, y su protección eficaz las ayudaría a impulsar sus exportaciones y conectarse con las cadenas de valor globales.
Del mismo modo, los sectores intensivos en I+D son responsables del 68% del total de las exportaciones de la UE. Por lo tanto, la protección de la propiedad industrial es esencial para la buena marcha de este capítulo económico en el continente y para atraer inversiones en innovación. Por otro lado, las once industrias con mayor uso intensivo de la propiedad industrial generan el 51% de todas las inversiones en Europa, suponen el 44,8% del PIB y crean el 38,9% del empleo, lo que conduce directamente a un mayor desarrollo económico y bienestar, dice el estudio.
“El desafío actual reside en abordar qué factores determinan las decisiones de inversión en I+D tanto para las grandes como para las pequeñas empresas, e implementar las más competitivas. Esto es lo que están haciendo todos los países y regiones que compiten por las inversiones farmacéuticas y la innovación”, explicó Nathalie Moll, directora general de la Federación Europea de Asociaciones de la Industria Farmacéutica (Efpia, a la que pertenece Farmaindustria), invitada a la presentación del estudio. “Si Europa decide apostar por marcos de propiedad industrial fuertes y exentos de incertidumbres en sus estrategias farmacéuticas y comerciales -dijo-, nuestra región podría recuperar la posición dominante que disfrutó en la década de los 90 y que ha ido perdiendo ante Estados Unidos o China, mejorará el acceso de los pacientes a la innovación y fortalecerá la resiliencia estratégica general de la UE, que sabemos que es un objetivo clave”.