El abordaje de la vacunación frente al Herpes Zoster por parte de las comunidades autónomas se está desarrollando con “desigual en el criterio de indicación y financiación de las vacunas”. Así lo recoge el informe publicado por el Comité Científico sobre la covid-19 del Colegio Oficial de Médicos de Madrid (ICOMEM).
El documento parte de las recomendaciones de obligado cumplimiento para todas las CC.AA. que en marzo de 2021 aprobó el Consejo interterritorial del SNS y que establece la edad y la elección demográfica (grupos de riesgo a los que debe inmunizarse con la vacuna de HZ) como pautas para la vacunación del Herpes Zoster (HZ). Sin embargo, y el Comité Científico investigación (CCIP) considera que “no existe una explicación clara en el mismo sobre el motivo de elección de la edad de inmunización; a partir de los 65 años; y no de los 50, momento en el que se produce un incremento significativo de la incidencia”.
Según explica Emilio Bouza, presidente del citado comité, es a los 50 años “cuando se produce la dramática inflexión en la curva de crecimiento del HZ”. De hecho, asegura, “los CDC recomiendan la vacunación frente al HZ para todos los adultos inmunocompetentes mayores de 50 años, hayan tenido o no un episodio previo de HZ y hayan o no han recibido vacunación previa frente a varicela. Por lo tanto, deberíamos revisar el criterio de vacunación para el Herpes Zoster a partir de los 50 años y no de los 65 años”
Según el CCICP, más de uno de cada cinco hombres y una de cada cuatro mujeres padecerán la enfermedad entre los 50 y 85 años, con un riesgo de sufrirlo a los 85 años del 50%. Además, a los 80 años, se estima que el 33% de los que han padecido HZ desarrollarán la temida e invalidante neuralgia post herpética (NPH). Por tanto, aseguran, “tampoco hay un criterio único en nuestro país sobre los grupos de población a los que habría que administrar la vacuna: los mayores de 65 y a partir de 80 años”. En este sentido, el informe plantea que “se reconsidere no excluir a la población de 70-75 años, en los que la incidencia es también elevada”.
Por último, en el análisis del CCIP se reflejan las discrepancias en los tiempos y en la inmunización en los inmunodeprimidos. A finales de noviembre de 2022, solo Madrid, Cataluña y Asturias aplicaban la vacunación tanto en inmunodeprimidos como en inmunocompetente (cuando la respuesta autoinmune es la apropiada); aunque, otras seis comunidades y las ciudades de Ceuta y Melilla han anunciado que lo harán a lo largo de 2023. Para Bouza, habría que estudiar “disponer de una misma indicación y financiación para las vacunas del Herpes Zoster en las distintas comunidades autónomas de nuestro país”.
Ahora mismo, indican, la vacuna que puede adquirirse en farmacia bajo prescripción médica, aunque de manera no financiada por el Sistema Nacional de Salud (SNS). Las dosis necesarias superan los 400 euros, un alto coste, que en muchos casos “es inasumible por la población a la que va dirigida”.
En España existen dos vacunas aprobadas por las agencias reguladoras y comercializadas para prevenir la aparición del HZ y sus complicaciones, esencialmente la NPH. Ambas tienen un buen perfil de seguridad. No obstante, la primera no puede ser administrada a inmunodeprimidos, mientras que la segunda puede administrarse a cualquier grupo de personas.
Finalmente, el Comité Científico sobre la COVID-19 y patógenos emergentes del ICOMEM también insiste que la escasa información que la población posee sobre la vacuna del herpes zoster lo que dificulta la inmunización de los grupos de población en edad de riesgo.
En España, al menos 60.000 personas desarrollan HZ, y aproximadamente 3.000 de ellas se hospitalizan cada año por esta causa. Entre sus frecuentes complicaciones se encuentra la neuropatía post herpética (NPH), que se traduce en pérdida de calidad de vida y en discapacidad, en buena medida derivadas del dolor acompañante.