“Estamos en un momento más que transformador, una auténtica biorrevolución gracias a las ciencias ómicas y las nuevas tecnologías digitales que puede cambiar la vida de los pacientes”. Con estas palabras ha definido el momento actual el director general de Farmaindustria, Juan Yermo, en la inauguración de la Jornada de Innovación Ciencias ómicas, medicina personalizada y de precisión, organizada por el Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad IDIS, con la colaboración de Farmaindustria y Fenin, la Federación española de empresas de tecnología sanitaria.
“La creciente colaboración entre distintas disciplinas científicas, la colaboración público-privada, los avances tecnológicos, como el análisis de datos a nivel masivo gracias a la digitalización y la inteligencia artificial, están permitiendo mejorar la atención a los pacientes, abordar enfermedades que antes no podíamos y de forma más precisa y ajustada”, ha incidido Yermo.
Las ciencias ómicas, ha subrayado, “están permitiendo ampliar el horizonte de la medicina de precisión y desarrollar más y mejores medicamentos”. Un área donde el papel de la industria farmacéutica innovadora en este ámbito está siendo crucial, ha recordado Yermo, ya que más de un 70% de los ensayos clínicos en terapias génicas están patrocinados por la industria, como reflejó un reciente estudio de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps).
No sólo hablamos de nuevas terapias, el impacto de estos avances también se ve ya a través de la implantación de biomarcadores y el diagnóstico genómico para algunas enfermedades, que permiten tanto mejorar la diana terapéutica de los tratamientos como implementar nuevas políticas de prevención.
Evidencia en vida real
Otro de los pilares de esta revolución es la evidencia en vida real (RWE, por sus siglas en inglés), generada a partir de los datos recopilados en el día a día de los pacientes a través de historias clínicas o dispositivos electrónicos, entre otras fuentes, y que después son analizados a nivel masivo. “Su uso como complemento a los ensayos clínicos ya está siendo útil para entender mejor algunas enfermedades, el impacto de los medicamentos en los pacientes o sistemas sanitarios o para optimizar los servicios sanitarios”, ha explicado Yermo en su intervención.
Aunque estamos al inicio de este camino, España se está posicionando como uno de los países europeos más avanzados en el uso secundario de los datos sanitarios, tal como reflejaba un estudio del Open Data Institute en colaboración con Roche en 2021.
En este sentido, Yermo ha valorado la propuesta de Reglamento para la creación del Espacio Europeo de Datos Sanitarios como “una gran oportunidad para la transformación digital de la asistencia sanitaria y para el desarrollo de la investigación biomédica”. Si bien ha apuntado a su potencial para contribuir al posicionamiento de Europa como un hub de innovación y fabricación de medicamentos a nivel global, Yermo ha recordado que para ello se necesitan “políticas industriales y de innovación que mejoren el marco regulatorio de incentivos, algo que desde luego no está consiguiendo la versión de la legislación farmacéutica europea propuesta por la Comisión Europea en abril”. Y es que China lanzó el año pasado más productos oncológicos que Europa y se lanzaron tres veces más ensayos clínicos en terapias avanzadas.
Es por ello que urge, como ha apuntado Yermo, la acción conjunta de todos los actores del sistema para hacer frente a estos nuevos desafíos biotecnológicos. “Si lo hacemos, la recompensa será muy alta para el conjunto de la sociedad en forma de nuevos medicamentos, sistemas sanitarios más eficientes, pacientes más y mejor atendidos y una sociedad más saludable y próspera”, ha concluido.
Nicolas Gonzalez Casares: