Las comorbilidades, el estado clínico del paciente y el retraso que sufren los pacientes en el proceso de detección y derivación son las principales causas por las que un porcentaje significativo de pacientes europeos, con cáncer sanguíneo candidatos a terapia CAR-T finalmente no la reciben. En el caso concreto de España, una encuesta realizada entre más de 70 hematólogos españoles revela que un 67% de ellos conoce bien los procesos de derivación, aunque persisten dudas en centros no cualificados.
Estos datos se han dado a conocer en un reciente seminario de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH), en el que se ha puesto en valor la guía de recomendaciones que ha editado esta sociedad, en colaboración con Gilead-Kite y cuyo objetivo es “garantizar la equidad en el acceso a esta innovadora terapia y fortalecer los circuitos logísticos y organizativos”.
Armando López-Guillermo, presidente electo de la SEHH y del Comité Científico del Geltamo (Grupo Español de Linfomas y Trasplante Autólogo de Médula Ósea), la terapia CAR-T ha supuesto una auténtica revolución en el tratamiento de los linfomas. Esta guía “busca facilitar un consenso que permita a los centros derivadores y a los centros infusores de CAR-T coordinarse de forma eficiente y garantizar un acceso rápido y equitativo”.
Mariana Bastos Oreiro, hematóloga del Hospital General Universitario Gregorio Marañón, de Madrid, y coordinadora del Subcomité de Linfomas Agresivos del GELTAMO, ha subrayado la importancia de las herramientas de consenso: “Hemos trabajado para reflejar las necesidades de cada comunidad autónoma, asegurando que la guía sea aplicable a nivel nacional. Es fundamental anticiparse en el manejo de pacientes de alto riesgo para evitar retrasos y maximizar el impacto de la terapia CAR-T”, afirma.
Leyre Bento de Miguel, hematóloga del Hospital Universitario Son Espases, de Palma de Mallorca, y secretaria del GETH-TC (Grupo Español de Trasplante Hematopoyético y Terapia Celular), ha resaltado que “la formación continuada y la comunicación fluida entre los centros son esenciales. En hospitales más pequeños, los comités de linfomas pueden apoyarse en los centros CAR-T para consensuar estrategias terapéuticas y garantizar la mejor atención posible de estos pacientes”.
A pesar de los avances, existen comunidades autónomas que dependen de centros CAR-T en regiones vecinas. “Aunque el acceso ha mejorado con la ampliación a 25 centros acreditados en 2022, sigue siendo un reto en zonas rurales o con menor infraestructura. La guía es un paso clave para garantizar que ningún paciente se quede atrás”, comenta la doctora Bento de Miguel. “Es necesario seguir optimizando procesos y explorar nuevas herramientas terapéuticas. Con esta guía, buscamos que España sea referente en el manejo de la terapia CAR-T,” concluye el doctor López-Guillermo. Además, la guía aborda la introducción de terapias complementarias, como los anticuerpos biespecíficos, que amplían las opciones para pacientes en recaída tardía.