El 12º Congreso de Oncología Médica, Hematología y Farmacia Oncohematológica “Tendiendo Puentes”, reunió a destacados expertos para analizar cómo los avances tecnológicos están transformando el abordaje del cáncer. La mesa redonda ¿Qué hay de lo prometido?, moderada por José Antonio Pérez Simón, del Servicio de Hematología del Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla, contó con la participación de Javier de Castro, del Servicio de Oncología del Hospital Universitario La Paz de Madrid, José Tubío, del Centro de Investigación en Medicina Molecular y Enfermedades Crónicas (CIMUS), y José Luis Poveda, gerente del Hospital Universitario y Politécnico La Fe de Valencia, quienes desgranaron las novedades más relevantes en diagnóstico, prevención y tratamiento oncológico.
Un panorama global desafiante
Javier de Castro advirtió sobre el preocupante incremento global de casos de cáncer, que podrían superar los 35 millones anuales para 2050 según estimaciones de la OMS. Este aumento se atribuye, en parte, a factores como el envejecimiento de la población y los hábitos de vida poco saludables.
“El cáncer sigue siendo una de las principales causas de mortalidad. Aunque estamos reduciendo la tasa de mortalidad relativa, el número absoluto de fallecimientos sigue siendo alarmantemente alto”, afirmó. “El cáncer sigue en aumento, la incidencia va aumentando de forma progresiva y esta situación se va a proyectar de una forma espectacular los próximos años”, aseveró. La pregunta, según él, es ¿cómo podemos mejorar la supervivencia y cómo poder curar a un mayor número de pacientes?
De Castro destacó la importancia de la prevención, indicando que hasta un 40% de los casos podrían evitarse mediante hábitos saludables como la reducción del consumo de tabaco y alcohol, el control de la obesidad y la vacunación contra infecciones relacionadas con ciertos tipos de cáncer, como el virus del papiloma humano (VPH) y la hepatitis. “Si logramos evitar el desarrollo del cáncer, reduciremos no solo el impacto clínico, sino también la carga económica y social que implica esta enfermedad”, señaló.
Tecnología para la detección temprana y precisión terapéutica
En el ámbito del diagnóstico, el especialista destacó el papel emergente de la inteligencia artificial (IA) y la secuenciación genética para predecir el riesgo de cáncer y facilitar la detección temprana. “La inteligencia artificial nos permitirá identificar patrones en técnicas de imagen y secuenciación genética que podrían anticipar el desarrollo del cáncer antes incluso de que aparezcan síntomas”, explicó. Este enfoque, según De Castro, podría revolucionar el diagnóstico oncológico, permitiendo intervenciones más tempranas y eficaces.
La medicina de precisión también ha transformado el tratamiento del cáncer, avanzando desde la quimioterapia no selectiva hacia terapias dirigidas. Estas incluyen pequeñas moléculas inhibidoras y anticuerpos monoclonales, así como la inmunoterapia. “Estamos viendo cómo tratamientos como lorlatinib, un inhibidor de tercera generación para el cáncer de pulmón ALK positivo, están logrando tasas de supervivencia libre de progresión del 65% en cinco años. Esto es un cambio de paradigma”, afirmó.
En este sentido, destacó que la medicina de precisión ha mejorado y ha podido llegar a ser lo que es gracias a los avances tecnológicos. De esta forma, se ha avanzado en campos como la cirugía, diagnóstico y radioterapia, todo ello, sin lugar a duda, ha mejorado mucho la calidad de vida de los pacientes.
Este experto concretó que desde el punto de vista del tratamiento médico, los dos grandes avances han sido el desarrollo de terapias dirigidas y la inmunoterapia. Para él, es necesario un plan de desarrollo de estudio genético. “Ya no nos vale el diagnóstico sino que es necesario profundizar en el interior del tumor y ponerle nombre y apellidos”. Según dijo, es esencial el desarrollo de la secuenciación masiva. En este sentido, puso de manifiesto la implementación de programas de medicina de precisión en las diferentes comunidades autónomas y que están centradas en la secuenciación genética de algunos tumores. No obstante, introdujo que “no es estático” y por tanto, cada año se “pedirá más y posiblemente se hablará de contar con programas donde se incluyan no sólo afectación metastásica sino también la afectación en estadios iniciales y se tenga que incluir otras patologías como cáncer de mama, cáncer colorrectal o tumores ginecológicos”.
Para concluir, este experto señaló que todos los avances vienen de la mano de la IA y planteó que ¿cómo lo vamos a pagar? Este es el gran problema, apuntó. No obstante, tenemos que congratularnos ya que, a día de hoy, el programa europeo se ha centrado en la lucha contra el cáncer y para los próximos seis años tenemos que aprovechar estos 44.000 millones de euros para intentar salvar la vida de aquí a 2030 de 3 millones de europeos, aseveró.
Genómica y equipos interdisciplinarios: una revolución en marcha
José Tubío abordó el impacto de los avances genómicos y tecnológicos en la investigación del cáncer. En este sentido, puso como ejemplo el editor genético CRISPR, capaz de generar un impacto significativo en la curación de enfermedades. Según afirmó, el diagnóstico con IA se utiliza principalmente en el análisis de imágenes para la detección temprana. Sin embargo, subrayó que estos avances en innovación tecnológica no serían posibles sin la colaboración humana. La participación de genetistas, bioinformáticos y bioquímicos ha sido crucial para el desarrollo de herramientas como CRISPR.
Este experto destacó el proyecto Pan-Cancer Analysis of Whole Genomes, que permitió secuenciar el genoma completo de más de 3.000 pacientes, revelando que el 25% de las mutaciones conductoras se encuentran en regiones no codificantes del ADN. “Esto nos obliga a ir más allá del exoma y explorar todo el genoma para entender el cáncer desde una perspectiva más amplia”, explicó.
Tubío introdujo el concepto de las Super Crews, equipos multidisciplinares de élite que combinan expertos en inteligencia artificial, genómica y biología estructural para abordar problemas complejos. Estos equipos tienen metas ambiciosas y un enfoque innovador. “Este carácter interdisciplinario va un paso más allá, buscando un entrelazado mucho mayor entre los diferentes enfoques de las distintas disciplinas”, detalló. Según Tubío, las Super Crews trabajan bajo un liderazgo colaborativo y orientado a la innovación disruptiva, considerando la tecnología no como un subproducto, sino como el objetivo principal.
Además, citó el desarrollo de AlphaFold, una herramienta de IA capaz de predecir estructuras tridimensionales de proteínas con una precisión sin precedentes. “AlphaFold no solo facilita el diseño de nuevos fármacos, sino que también permite entender cómo ciertas mutaciones genéticas impactan en la funcionalidad de las proteínas”, añadió.
Integración tecnológica y terapias avanzadas en la práctica clínica
Por su parte, José Luis Poveda reflexionó sobre los retos organizativos que plantea la integración de estas innovaciones en los sistemas de salud. La transformación digital debe ir acompañada de una revisión profunda de los procesos hospitalarios”. De lo contrario, la automatización puede amplificar ineficiencias preexistentes, advirtió.
Defensor del papel de la inteligencia artificial, Poveda enfatizó que “nos ha llevado aquí la inteligencia natural”. Criticó que el sistema sanitario se enfoque excesivamente en la tecnología sin dedicar el mismo esfuerzo a retener talento, generar procesos, o modificar la organización y la cultura.
Poveda destacó los avances en terapias avanzadas, como las CAR-T y las vacunas de ARN mensajero, subrayando el papel de la Comunidad Valenciana como referente en centralización de recursos tecnológicos y genómicos. “Contamos con nodos de secuenciación genética que nos permiten ofrecer medicina de precisión a pacientes de toda la región, garantizando acceso equitativo a estas tecnologías”, afirmó.
El Hospital La Fe lidera iniciativas de integración tecnológica en la práctica clínica, como sistemas avanzados de secuenciación genética, terapias celulares adaptativas y plataformas de IA para la toma de decisiones clínicas. “Hemos avanzado hacia un modelo de medicina personalizada, integrando la secuenciación genómica como herramienta clave para el diagnóstico y tratamiento de tumores sólidos, como el cáncer de pulmón metastásico y el colangiocarcinoma”, explicó.
En la Comunidad Valenciana, la creación de nodos de secuenciación genética y agrupaciones sanitarias integradas ha permitido centralizar recursos y garantizar acceso equitativo a la medicina de precisión en los hospitales públicos. “Nuestra estructura asegura que cada paciente, independientemente de su lugar de residencia, pueda beneficiarse de las tecnologías más avanzadas”, explicó.
Poveda destacó el papel de la Oficina Autonómica de Medicina Predictiva y Terapias Avanzadas, liderada por un farmacéutico hospitalario, como un ejemplo de cómo la planificación estratégica puede mejorar la coordinación y eficiencia de estos recursos. Además, mencionó la acreditación del Hospital La Fe como centro de referencia en terapias avanzadas, destacando la importancia de estándares de calidad como la certificación ISO en la gestión de estas terapias.
Terapias avanzadas y el papel del farmacéutico hospitalario
El desarrollo de terapias avanzadas, como las CAR-T, las vacunas de ARN mensajero y los anticuerpos conjugados, representa una revolución en el tratamiento del cáncer, aunque plantea desafíos organizativos y económicos. “Estos tratamientos son complejos y costosos, pero su impacto en la supervivencia y calidad de vida de los pacientes justifica el esfuerzo de integración en nuestros sistemas de salud”, afirmó Poveda.
El farmacéutico hospitalario desempeña un rol esencial en este contexto, tanto en la gestión logística de estas terapias como en la personalización de tratamientos mediante estudios farmacocinéticos y genómicos. “Hemos implementado herramientas como el control visual inteligente para garantizar la seguridad y calidad en la preparación de tratamientos, reduciendo errores y optimizando recursos”, explicó.
Además, subrayó la importancia de proyectos innovadores como los gemelos digitales, que permiten simular la respuesta de un paciente a diferentes tratamientos, y el uso de radiómica para mejorar la precisión del diagnóstico por imagen. “La inteligencia artificial está marcando una diferencia real, no solo en la investigación, sino también en la práctica clínica diaria”, concluyó.