La Comisión de Sanidad del Senado ha protagonizado en este mes de enero la escenificación de la puesta en marcha de conversaciones para alcanzar un Pacto por la Sanidad. Los dos principales partidos, PP y PSOE parecen dispuestos a conseguirlo y a que se sumen el resto de fuerzas políticas. Tras haber conversado con el portavoz del PP, Antonio Alarcó, Diariofarma ha entrevistado al portavoz del PSOE, José Martínez Olmos, para analizar cómo ve él la situación y las posibilidades de fraguar el pacto, así como las dificultades existentes.
Pregunta. ¿Cómo ve el entorno político en el ámbito sanitario?
Respuesta. En esta legislatura la composición parlamentaria condiciona que se tiene que pactar. El PSOE es un grupo determinante para cualquier legislación que se quiera sacar. Ha cuajado que tenemos problemas estructurales de la sanidad que tienen que ver con los recortes y las políticas de austeridad, así como con los factores demográficos, evolución de las enfermedades crónicas y nuevas tecnologías, etc. Si se quiere que la sanidad pueda responder a estos desafíos se necesita una política de reformas y cambios que, lo ideal sería que fuera pactada.
P. ¿Por eso es importante el Pacto?
R. Creemos que hay un consenso de sociedad y profesionales en relación a universalidad, financiación pública y suficiente, equidad y calidad y si queremos que la Sanidad evolucione ganando al futuro los desafíos que tiene, deberíamos hacerlo de una manera que estuviéramos de acuerdo en cómo abordarlo. Creemos que, al igual que en Pacto de Toledo de las pensiones, hay base para alcanzar un acuerdo sobre ese modelo de Sanidad. No obstante, nosotros tenemos escepticismo. Aunque hay una situación parlamentaria diferente, el discurso del PP es demasiado optimista y no reconoce ninguno de los problemas de infrafinanciación, listas de espera y otras desigualdades.
P. ¿En qué se parecería al Pacto de Toledo?
R. En el año 1995 se pacta que el sistema de pensiones sea un sistema universal, público y financiado con las aportaciones de los trabajadores y empresarios, así como una forma de monitorizar que según evolucione la demografía y la economía para que las medidas se tomen de forma pactada, si es posible y si no, que se tenga que dar cuenta para evaluarlo. Hoy tenemos un gran consenso en relación a las pensiones y tenemos un método aunque haya desacuerdo en las medidas. La inmensa mayoría de los ciudadanos quieren un modelo con unas características. Si queremos representarles debería ser fácil adoptar ese modelo y remangarnos para adoptar las medidas necesarias para hacerlo viable
P. ¿Es escéptico porque no hay acuerdo en el diagnóstico?
R. Soy escéptico porque, de momento, el diagnóstico no es compartido y hay que trabajar en ello. Pero además, el peso del Ministerio de Sanidad tiene que ser demostrado en una situación como la actual en la que se va a debatir la financiación autonómica. La ministra no me respondió cuando le propuse que hiciera un pleno monográfico del Consejo Interterritorial sobre financiación para aportar la los requisitos como sistema sanitario a la Conferencia de Presidentes. Por eso, el peso político del Ministerio de Sanidad está por demostrar. Además, hay una cuestión que tiene que ver con la necesidad que tenemos de modificar el modelo de sistema ya que creemos que el derecho a asistencia tiene que ser por derecho de ciudadanía. El Ministerio de Sanidad tendrá que pelearlo también, si lo ve conveniente, dentro del Gobierno.
P. ¿Es una línea roja?
R. Es un requisito.
P. ¿No hay líneas rojas?
R. Si estamos en un momento en el que estamos tratando de alcanzar un acuerdo, prefiero hablar de requisitos que de líneas rojas. Pero sí, el Gobierno tiene que rectificar algunos planteamientos del RDL 16/2012, derogarlos con otra ley para que no haya un vacío. La modificación de aspectos que se habían acordado en la Ley de Cohesión o la de Salud Pública de 2011 es un tema conceptual y con la crisis cambiaron por la razón que fuera. Espero que se arregle porque no tiene impacto económico. También hay que evaluar cómo está afectando a la salud de la gente las decisiones que se han tomado ya que puede estar dañando la salud de la gente, como es el caso del copago.
P. El PP no ha cerrado la puerta a posibles cambios, según el portavoz en el Senado, Antonio Alarcó, ellos no tienen ‘líneas rojas’ … ¿Es un paso en el camino de alcanzar un pacto?
R. Sí, claro. Es lo lógico. Si se llegara a un pacto aparecería una nueva normativa. Está claro lo que queremos desde el PSOE y el de enfrente no puede decir que es una línea roja.
P. ¿Fue un problema el turismo sanitario?
R. Creo que es una falacia y que se utilizó como excusa. Los ciudadanos europeos tenemos el derecho de que se nos atienda en el país en el que estamos. El problema viene si luego no se genera la factura para reclamar el pago por el servicio prestado.
P. ¿Y el problema de la emisión de tarjetas que se puedan utilizar para facturar a cargo de España?
R. Eso es fácil. Se pueden emitir tarjetas que no sean de derecho europeo, como no lo son las de la comunidad que reconoce el derecho a los inmigrantes que estén allí y no son utilizables en otras comunidades. Es un problema salvable desde el punto de vista legal y jurídico. En cualquier caso, es equivocado vincular turismo sanitario y universalidad.
P. ¿Por qué es importante que el pacto se impulse en el Senado?
R. Es importante porque la gestión de la sanidad está transferida y lo lógico es que se involucre a las comunidades autónomas. Hay dos formas: A través del Consejo Interterritorial, que debe de estar, pero no es suficiente ya que hay algunas decisiones que competen a los Gobiernos. La otra es que aquí, en la Cámara, están representadas las comunidades autónomas, con los senadores y los grupos parlamentarios y es un sitio extraordinario para este tipo de acuerdos.
P. ¿Cree que hay que despolitizar la Sanidad?
R. Es normal y tiene que seguir siendo normal que desde la acción de los partidos se cuestiones la actividad de los Gobiernos. Un pacto no puede eliminar todas las críticas y tampoco se pueden acordar todas las políticas. Otra cosa es que pidamos coherencia y que no se critique en un sitio lo que se hace en otro. No se trata de despolitizar sino de estar a la altura de las circunstancias. Hay desafíos como la demografía, las nuevas tecnologías o la genómica que es mejor abordarlas con un pacto.
P. Algunos partidos (Podemos, PNV, ERC) no se han querido sumar al pacto, al menos en su primer acto. ¿Cómo lo valora?
R. Creo que es consecuencia de lo ocurrido en la legislatura pasada. Al PP le va a costar trabajo quitarse la imagen de su actuación con la mayoría absoluta. Yo comprendo las reticencias de los otros grupos, nosotros las tenemos pero creemos que hay que dar una oportunidad al diálogo. Lo ideal sería que estuvieran todos los grupos, sería una magnífica noticia. Pero creo que está más en la mano del PP poder conseguirlo ya que se ha ganado a pulso esa imagen y esa desconfianza.
P. ¿El PSOE firmaría un acuerdo solo con el PP?
R. Nosotros firmaremos si estamos de acuerdo con lo que se establezca, pero haremos un esfuerzo porque estén más grupos. Si se incorporan los principios que consideramos imprescindibles, firmaremos.
P. En la comisión de Sanidad, la senadora del PNV, Nerea Ahedo, rechazó participar al entender que había un intento de recentralización. ¿Hay algo de eso?
R. No, eso es imposible. Ni políticamente, porque nosotros no estamos en esa tesitura, ni jurídicamente se puede contemplar nada que lo posibilite. Las competencias están recogidas en la Constitución y en los Estatutos de Autonomía y tampoco nos lo ha planteado el Partido Popular.
P. ¿Cree que el PP va en serio?
R. Creo que sí, que es sincero. Pero también tengo que decir que van pasando las semanas y no se ha dado ningún paso sobre el calendario, método, etc.. El grupo parlamentario mayoritario es el que tiene que avanzar y no tiene mucho sentido esperar mucho más tiempo.
P. Hay que aprovechar la ventana temporal sin elecciones, en principio, a la vista…
R. Claro. Además, creo que lo que hay que hacer primero es un diagnóstico por las fuerzas políticas y ver cuánto compartimos. A ese diagnóstico también que contribuyan los agentes del sector y expertos. Pero nos tenemos que poner de acuerdo.
P. ¿Pero desde el día 25, hace ya 20 días no se ha avanzado nada?
R. No, no ha habido conversación, avance, nada. Tampoco lo digo como queja radical, pero creo que hay que empezar cuanto antes.
P. Ud. ha conocido en primera línea varios intentos anteriores de alcanzar el Pacto. ¿Por qué cree que ahora será diferente?
R. Hay varias razones. La principal para que no saliera adelante un pacto sanitario era la situación de la economía, que no permitía hacer frente a las necesidades financieras del sistema. En 2010 estuvimos negociando, vimos muchos espacios de entendimiento en medidas de gestión o farmacia, pero no fue posible ya que el equipo del PP, liderado por Ana Pastor, reclamó poner encima de la mesa 12.000 millones de euros. La insuficiencia financiera del sistema es crónica y estructural y eso condiciona y genera desigualdades. Esta fue la razón fundamental por la que no se alcanzó. Ahora hay un crecimiento de la economía y la Conferencia de Presidentes ha acordado revisar el sistema de financiación. Si somos hábiles y lo aprovechamos podríamos solucionar el problema de financiación de la sanidad. Habrá cosas que se puedan pactar en corto, medio y largo plazo. Si pedimos toda la financiación ya es no querer llegar a un acuerdo.