El establecimiento de incentivos, en forma de ganancias compartidas, se ha visto por los gestores como una herramienta útil para impulsar la utilización de biosimilares en el ámbito del Sistema Nacional de Salud. Esta es una de las principales conclusiones que se han alcanzado a lo largo de la mesa ‘Experiencias de éxito en la incentivación del biosimilar como medida de gestión clínica’ que se ha llevado a cabo en la III Jornada Nacional de Biosimilares organizada por la Asociación Española de Biosimilares (Biosim).
En la mesa han participado el consejero de Hacienda de Madrid, Javier Fernández Lasquetty, el director general de Asistencia Sanitaria de Extremadura, Vicente Alonso, y la gerente del Hospital Reina Sofía de Madrid, Rosa Bermejo, además del economista y catedrático emérito de la Universidad Carlos III, Félix Lobo.
La mesa se ha iniciado con la presentación por parte de Lobo de un libro elaborado por él junto a la subdirectora de Biosim, Isabel del Río, bajo el título Gestión Clínica, incentivos y biosimilares. Durante su intervención, el economista ha señalado que “los incentivos que mueven a las personas no son estrictamente económicos y, desde luego, no son solo monetarios”. De este modo, Lobo ha realizado un repaso por los distintos tipos de incentivos que se pueden establecer y también ha realizado un repaso, según lo recogido en el libro, de lo que, se entiende por gestión clínica y su aplicación al ámbito de los biosimilares.
El documento incorpora también una revisión sobre las experiencias internacionales en la incentivación al uso de biosimilares y la gestión clínica.
Entre las recomendaciones que ha establecido para ser adoptadas, la más importante para incentivar la utilización de biosimilares en los servicios sanitarios, según Lobo, sería “dar preferencia a las fórmulas de ganancias compartidas, como revertir una parte de los recursos ahorrados a favor de la unidad o servicio que los ha conseguido para mejorar la calidad de la asistencia y de las condiciones de trabajo”.
El resto de los participantes en la mesa coincidieron en la idoneidad de estos incentivos. A este respecto, Fernández Lasquetty afirmó ver “con simpatía” las ganancias compartidas ya que, según él es muy importante ganar en eficiencia en el ámbito de la farmacia hospitalaria que, en los últimos dos años ha crecido un 15%. “No veo razones de fondo o concepto por las que una consejería de Hacienda pudiera poner pegas a algo que tienda a favorecer una mayor penetración de biosimilares. Se me ocurren, más bien, 20, 100, 1000 razones por las que todas estemos deseando que esto ocurra”, afirmó.
Además, el consejero de Hacienda de Madrid quiso recordar que, si bien en 2021 las administraciones públicas mantendrán su capacidad económica, “en 2022 y 2023 va a ser lo contrario” debido a la crisis económica que se avecina a consecuencia de la covid-19.
Un sistema rígido
Lasquetty también quiso poner el foco en las rigideces del sistema sanitario español y reclamó cambios ya que nuestro sistema “funciona de forma diferente al de países como Canadá, Alemania, Francia o Reino Unido”. Según él, “se puede tener un sistema sanitario público, de la máxima calidad, modernidad, equidad, etc con normas basadas casi en derecho privado”.
En relación con el uso de los incentivos, Félix Lobo también quiso señalar que si la aplicación de los incentivos se encuentra algún problema legal, como por ejemplo en la incorporación de personal, de debería eliminar. “Si la normativa no permite incorporar personal vinculado a los incentivos, que se cambie la normativa. Este es uno de los problemas de nuestro sistema, la rigidez del sistema en el ámbito de recursos humanos”, afirmó. Ante estas palabras, el consejero madrileño se mostró totalmente de acuerdo: “son música para mis oídos”, exclamó.
Por su parte, Vicente Alonso también defendió el uso de biosimilares y la introducción de incentivos. Para él, “es fundamental alinear a los profesionales con la política de nuestro centro o los servicios de salud” y, en este sentido apostó por los incentivos no monetarios destinados a los clínicos.
Además, el director general de Asistencia Sanitaria de Extremadura, consideró que las cuantías de lo que revierta en los servicios de hospitales y primaria debe ser “atractivo” y también se mostró conforme con que se pudieran destinar a la contratación de personal “pero destinado a necesidades concretas” ya que, tal y como explicó, “no puede incrementarse la dotación de personal de forma definitiva”, ya que crearía problemas en caso de reducción de los incentivos.
Por último, la gerente del Hospital Infanta Sofía estimó “importante pensar en inventivos, no son fáciles, hay que hacerlo cuidadosamente”. Según Bermejo, tienen que estar “prefijados, ser consensuados, transparentes, claros para profesionales y pacientes”. La gerente señaló también la importancia que deben ser ganancias compartidas y no incentivos económicos para evitar malentendidos. Según ella, los incentivos “deben revertir en el hospital, bien en personal, reinversión, o todo aquello que estimule la calidad de la asistencia o las condiciones de trabajo y que estimule a los profesionales”.