Ricardo Carapeto, coordinador en el área de medioambiente del Plan Nacional frente a la Resistencia a los Antibióticos, considera que “dadas las abundantes interrelaciones entre salud humana, animal y medioambiente” la resistencia a los antibioóticos debe tener enfoque One Health.
Así lo ha asegurado este martes este experto en la presentación del nuevo informe del Observatorio de Salud y Medio Ambiente, en el que DKV y Ecodes abordan la resistencia a los antimicrobianos en. El trabajo, cuyo título es ‘La resistencia a los fármacos antimicrobianos desde la perspectiva One Health’, analiza cómo se ha transformado la forma de relacionarse de personas, plantas, animales y medio ambiente, de qué manera estos cambios han favorecido la transmisión de enfermedades entre animales y personas y cómo usar responsablemente los antimicrobianos.
Este informe se realiza a las puertas de la Semana Mundial de Concienciación sobre el Uso de los Antimicrobianos 2022 (del 18 al 24 de noviembre), que llevará el lema ‘Prevengamos juntos la resistencia a los antimicrobianos’ y ha contado con la participación de Miguel García, director de Comunicación y Negocio Responsable de DKV; José Ángel Rupérez, presidente de ECODES; Carmen Ferrer, presidenta del Comité de RSC del Hospital Central de la Cruz Roja, Madrid y vocal de la Red de RSC Hospitales Públicos; Ricardo Carapeto, coordinador en el área de medioambiente del Plan Nacional frente a la Resistencia a los Antibióticos; y Jesús Pérez-Gil, miembro de la Junta Directiva de la Plataforma One Health y representante de la Conferencia Española de Decanos y Decanas de Biología, en una mesa redonda moderada por Marta Pahissa, responsable de Transformación Ambiental de DKV.
Esta resistencia es un proceso natural que ocurre cuando los microorganismos que causan la infección sobreviven a la exposición de un fármaco, que normalmente los mataría o detendría su proliferación. Esto permite que las cepas que son resistentes a un medicamento crezcan y se propaguen.
El uso inadecuado de antimicrobianos en plantas, animales y humanos; la falta de higiene, agua limpia, saneamiento y de acceso equitativo a recursos sanitarios; o la liberación de contaminantes en el medio ambiente y el cambio climático, son factores que han aumentado la presencia de bacterias resistentes a los antibióticos, hasta el punto que se está comprometiendo la eficacia de estos fármacos como herramienta terapéutica. Así, los expertos advierten que, si no se toman medidas urgentes, podríamos estar ante una era post-antibiótica.
La RAM, aseguran los expertos, no está comprometiendo solamente la lucha contra las enfermedades infecciosas, sino que también pone en riesgo la lucha contra enfermedades crónicas como el cáncer, o cardiopatías y diabetes, donde los antibióticos son cruciales para evitar infecciones. Intervenciones quirúrgicas rutinarias como cesáreas o trasplantes de órganos de relativo bajo riesgo podrían convertirse en un factor peligroso en un escenario de bacterias resistentes.
Así, el grupo de coordinación de interorganismos sobre resistencia a los antimicrobianos de las Naciones Unidas advierte que, si no se toman medidas, las enfermedades farmacorresistentes podrían causar 10 millones de defunciones anuales en 2050. Además, ese periodo podría haberse acortado por el uso masivo de antibióticos durante la pandemia por el Covid-19. La actuación para frenar la resistencia a los antimicrobianos es urgente para que no vuelvan a ser la primera causa de muerte para la humanidad.
La búsqueda de soluciones y desarrollo de nuevos antimicrobianos es especialmente complicado, requiere entre 8 y 18 años, y un soporte económico de más de 100-500 millones de euros. Aun así, se ha encontrado una vía en la investigación en nuevos antibióticos: la aplicación de técnicas de inteligencia artificial sobre el genoma humano. De momento, se han encontrado 2.603 péptidos antimicrobianos encriptados en proteínas no relacionadas con el sistema inmune y con capacidad para destruir bacterias patógenas por distintos mecanismos.
Carmen Ferrer, presidenta del Comité de RSC del Hospital Central de la Cruz Roja en Madrid y Vocal de la Red de RSC Hospitales Públicos, amplía esta idea explicando que “los ciudadanos deben de tomar conciencia de que “pequeñas acciones traen grandes consecuencia”, y que la automedicación o el abandono de un tratamiento con antibióticos demasiado pronto traen consigo un problema grave de resistencias. Al hablar de antibióticos se habla mucho de la prescripción y muy poco de la necesidad del cumplimiento terapéutico, del destierro de prácticas inadecuadas como la automedicación y la necesidad de disponer de información sanitaria, veraz, adaptada, adecuada para el ejercer el autocuidado eficaz”.
Además, añade que la implicación de todos los sectores es esencial: “la Corresponsabilidad es un concepto que se ha incluido como esencial en la Estrategia de Abordaje de la Cronicidad del SNS y que propone la importancia que tiene que ciudadanos y profesionales compartan los mismos objetivos para trabajar sumando.” “Este es un problema de todos y requiere de un liderazgo compartido real donde pacientes, profesionales: médicos y enfermeros, escuelas de salud o asociaciones…tengamos una estrategia común para luchar juntos contra las resistencias antibióticas y lo que son las consecuencias de uso inadecuado de los antibióticos. Si este liderazgo no existe, fracasaremos. Estamos todavía a tiempo”.
Enfoque On Health
El enfoque “One Health”, o “Una salud”, reúne a diferentes sectores y partes que intervienen en la salud de los seres humanos, los animales acuáticos y terrestres y las plantas, en la producción de alimentos humanos y piensos, y en el medio ambiente para establecer lazos de comunicación y colaborar en el proyecto y puesta en marcha de programas, políticas, legislación e investigaciones para lograr mejores resultados de salud pública.
Además, esta visión permite abordar la salud humana desde una perspectiva más amplia que considere también los determinantes socioeconómicos y ecológicos, apoyando acciones de promoción de la salud y el estilo de vida saludable. El problema de las bacterias resistentes a los antibióticos no afecta del mismo modo a toda la población: las personas con patologías crónicas, los ancianos y los grupos más vulnerables son aquellos que se ven más perjudicados.
Jesús Pérez-Gil, miembro de la Junta Directiva de la Plataforma One Health y representante de la Conferencia Española de Decanos y Decanas de Biología, ha explicado que “la Plataforma One Health es una red de ámbito nacional que agrupa ya más de 130 entidades adscritas (entre ellas DKV y Ecodes) y pretende trabajar por un posicionamiento sobre la necesidad de aplicar este enfoque: contribuir a que las políticas relacionadas con la salud humana, la de los animales y la del medio ambiente se coordinen e interconecten. Sólo con una mirada integral, y con nuevas dinámicas de trabajo multidisciplinar y multisectorial, podremos abordar los enormes desafíos a los que se enfrenta la salud global."
En esta línea, Miguel García, director de Comunicación y Negocio Responsable de DKV, ha señalado: “Si nos preocupa de verdad el bienestar y la salud de la humanidad, hemos de cambiar algunas prácticas y esto pasa por un mayor respeto a la naturaleza. Es un reto tan estimulante como difícil que solo podremos afrontar con altos niveles de cooperación, de implicación de gobiernos, empresas y ciudadanía, de coraje y de la colaboración de todos. Para lograrlo, es importante actuar, por supuesto, pero también concienciar y sumar activistas a la causa. Es lo que pretendemos con este informe del Observatorio de Salud y Medio ambiente: informar, remover las conciencias y movilizar en esta dirección para garantizar el uso responsable de los antimicrobianos bajo el enfoque “One Health”.
Desde Ecodes, su presidente José Ángel Rupérez destaca: “El papel del medio ambiente es clave en el incremento de la resistencia de las bacterias a los antibióticos ya que actúa como reservorio y vía de propagación. La resistencia a los antibióticos también genera problemas ecológicos con complejas interacciones. Por ejemplo, los antibióticos y bacterias de procedencia agraria o ganadera son absorbidos por las plantas, los cultivos y los animales. La resistencia se va trasladando a lo largo de la cadena alimentaria hasta llegar a los productos que finalmente ingerimos. También el cambio climático es un factor crítico: el aumento de las temperaturas favorece el crecimiento de microorganismos, la contaminación del aire favorece la movilidad de las bacterias suspendidas en el polvo y los movimientos poblacionales de los animales a distintos ecosistemas debidos a cambios en su entorno facilitan la diseminación de la resistencia. Desde ECODES estamos convencidos de que lo que es bueno para la salud del planeta y para la salud del resto de seres vivos que nos acompañan, es bueno para la salud de las personas”.
La Organización Mundial de la Salud ha declarado que la resistencia a los antimicrobianos (RAM), el grupo de fármacos que luchan contra una serie de infecciones como las causadas por bacterias (antibióticos), virus (antivirales), hongos (antifúngicos), y parásitos (antiparasitarios), es una de las 10 principales amenazas de salud pública a las que se enfrenta la humanidad.