El Informe de Posicionamiento Terapéutico (IPT) hecho público por la Agencia Española de Medicamentos (Aemps) esta semana es prácticamente el mismo documento que el ministerio lleva manejando desde el pasado mes de mayo, no se ha actualizado según evidencias clínicas publicadas desde entonces y solo incorpora una de las sugerencias propuestas por la Sociedad Española de Cardiología (SEC). Ignacio Fernández Lázaro, secretario general de la SEC, se ha referido al documento como “caducado antes de su publicación” y asegura que representa la pérdida de una oportunidad de oro para facilitar la equidad en el acceso a los medicamentos en las Comunidades Autónomas.
Para Fernández Lázaro, es una vergüenza que en la elaboración del IPT se hayan ignorado, por ejemplo, evidencias sobre cardioversión publicadas en agosto. A su modo de ver, la única explicación de esta demora son “motivos políticos”.
La única sugerencia de los especialistas españoles que aparece en el IPT es el empleo de la escala CHA2DS-VASc para la evaluación del riesgo de ictus.
Madrid y Cataluña, a la zaga
A pesar de las trabas de la Administración al uso de estos medicamentos, que la SEC ha venido protestando, hay comunidades en las que el empleo de ACOD es más acorde con los hallazgos recientes, como Extremadura. “En Cataluña y Madrid los datos sobre empleo de ACOD son pésimos”, indica. De acuerdo con un análisis de QuintilesIMS, en estas dos comunidades el empleo de ACOD en pacientes candidatos es de 18,13% y 17,5%, respectivamente.
En un comunicado conjunto, la SEC y la SEMI (Sociedad Española de Medicina Interna) denuncian la “flagrante inequidad” que sufren los pacientes anticoagulados respecto al acceso a este tratamiento en las diferentes CCAA (38,52% en Cantabria vs 14,34% en Baleares), situación contraria a la ‘Ley de Cohesión’ de nuestro Sistema Nacional de Salud. Cada paciente debe recibir el fármaco más adecuado a su situación clínica, advierten.
El ministerio ha desaprovechado una excelente oportunidad para contribuir al mejor acceso a los fármacos en condiciones de igualdad entre Comunidades Autónomas, lamenta este especialista.
Rusia, por delante de España
Rusia, Turquía, Portugal y Grecia son algunos de los países en los cuales el empleo de anticoagulantes es superior al de España.
Según un análisis de la situación en 20 países de Europa realizado por QuintilesIMS, solo Finlandia (22.1%) y Holanda (17.4%) están por detrás de España en empleo de ACOD. En España el índice es del 23,9%.
Los países en los que más de la mita de los pacientes anticoagulados recibe ACOD son Alemania (64,4%), Austria 65,5%), Bélgica (69,3%), Suiza (63,2%), Portugal (57.0%), Suecia (50,6%), Noruega (62,8%), Dinamarca (56,8%), Grecia (66,1%), Polonia (54,2%) y la República Checa (64,3%). En Reino Unido (29,8%), Francia (43,4%), Italia (43,9%), Irlanda (46,4%), Rusia (27,3%) y Turquía (47,6%) menos de la mita de los pacientes reciben dichos tratamientos.
Reacción de la SEC y la SEMI
Los antagonistas de la vitamina K han sido durante décadas la única opción disponible para la terapia anticoagulante oral en la prevención de las complicaciones tromboembólicas de la fibrilación auricular, “logrando un buen control de la anticoagulación solo en el 60% de los casos”, reza el comunicado de la SEC y la SEMI.
Afortunadamente a día de hoy existen alternativas para este tipo de pacientes gracias a la aparición de los nuevos anticoagulantes orales de acción directa (dabigatrán, rivaroxabán, apixabán y edoxabán) que no requieren monitorización del paciente y han logrado mejorar la prevención del ictus y de la embolia sistémica (complicaciones que se dan cinco veces más en estos pacientes que en la población general) con un mejor perfil de seguridad. “Se trata, pues, de unos beneficios nada desdeñables para el 8,5% de la población mayor de 60 años que sufre fibrilación auricular en España (unas 912.000 personas)”, razonan.
El IPT ignora, aseguran, evidencias tan relevantes como el estudio ENSURE publicado en The Lancet, y las nuevas guías de la Sociedad Europea de Cardiología en fibrilación auricular.
Ambas sociedades propusieron en un documento de consenso la retirada del visado para la prescripción de estos fármacos y la modificación del IPT en siete puntos clave, de los cuales únicamente uno ha sido tenido en cuenta.