Terapéutica

IMID: el abordaje holístico favorece los resultados clínicos y económicos

Diariofarma ha organizado en Madrid un Encuentro de Expertos para evaluar el abordaje de las enfermedades inmunomediadas y las claves para alcanzar los mejores resultados tanto desde el punto de vista clínico como económico.

La necesidad de una apuesta firme por la innovación farmacéutica y la gestión, educar a los pacientes, reforzar la atención primaria y realizar una evaluación holística de los costes que genera el tratamiento de las enfermedades inmunomediadas (IMID, por sus siglas en inglés), son algunos de los aspectos clave que deben protagonizar el abordaje futuro de estas enfermedades.

Estas son algunas de las conclusiones alcanzadas en el marco del Encuentro de Expertos organizado por Diariofarma con el título ‘Enfermedades Inmunomediadas e Innovación’ y que ha tenido lugar en Madrid, en el que además ha quedado de manifiesto la necesidad de evaluar qué aportan los fármacos al sistema, no sólo en términos de salud sino también de limitación de otros costes.

En esta ocasión el encuentro ha contado con la participación del director general de Gestión Económico-Financiera y Farmacia del Servicio Madrileño de Salud (Sermas), Pedro Irigoyen; el director del Centro de Enfermedades Inflamatorias Mediadas por la Inmunidad del Hospital Gregorio Marañón, Carlos González; el jefe de la Unidad de Enfermedad Inflamatoria Intestinal del Hospital San Carlos, Carlos Taxonera; el jefe de Servicio de Farmacia del Hospital Universitario La Princesa, Alberto Morell; el delegado ConArtritis-Madrid y presidente Fundación Instituto InMunes, Antonio Torralba y el director de Valor y Acceso de Galapagos España, Rubén de la Fuente. El debate ha sido moderado por el director de Diariofarma, José María López Alemany y ha contado con la colaboración de Galapagos.

Los expertos coincidieron al considerar que los análisis que se realicen sobre la inversión realizada en estos pacientes deben agrupar “el coste global del paciente”, tal y como explicó Irigoyen, quien para lograrlo apostó por el impulso a las tecnologías de la información y el big data desde una perspectiva en la que el dato es del paciente. No obstante, aún queda mucho por avanzar ya que como denunciaron los clínicos “las estadísticas no existen”.

Los ponentes también pusieron de manifiesto la existencia de innovaciones que reducen el coste farmacológico respecto de otros fármacos actuales, al tiempo que destacaron que, junto a una buena organización de recursos humanos, pueden ofrecer mejores resultados clínicos y económicos en el manejo de las IMID. Tanto Taxonera como González abogaron por abandonar los análisis de costes en términos de gasto/paciente/año ya que este parámetro no evalúa el resultado obtenido para pasar a considerar el coste por proceso. Igualmente alertaron de los riesgos de tratar de reducir más el coste farmacéutico asociado a un paciente controlado y que, a consecuencia de un cambio, por ejemplo, a un biosimilar, podría desestabilizarse.

Por ello, el jefe de la Unidad de Enfermedad Inflamatoria Intestinal del Hospital San Carlos aportó lo que para él debería ser básico en la gestión de las IMID. Más allá de utilizar nuevos fármacos, que son “muy buenos y tienen unos beneficios indiscutibles”, desde su punto de vista, debe contemplarse los beneficios que supondría el “cambio de la estructura organizativa”. Según Taxonera, incrementar ligeramente la plantilla de enfermería propiciaría “una revolución total”, con beneficios clínicos y ahorros en asistencia a cambio de un coste comedido.

Con ellos coincidió el director general madrileño, que se mostró convencido de que, en un entorno con déficit de recursos humanos, demanda inelástica y dificultades económicas, “las soluciones van por la innovación, la tecnología, la organización y la eficiencia”. Por ese motivo, consideró que, aunque “se cuenta con recursos suficientes, es necesario gestionarlos y racionalizarlos mejor”. A este respecto, consideró importante aliviar la carga burocrática de los clínicos, por ejemplo, gracias a la tecnología, para que puedan dedicar su tiempo a tareas de valor.

Para Alberto Morell las necesidades, tanto para estos pacientes como para el Sistema Nacional de Salud (SNS), tienen que “estar enfocadas hacia un mejor resultado, que viene de la mano de realizar una buena selección de pacientes”. Por ello, es necesario conseguir “una toma de decisiones de forma escalonada, buscando la eficiencia en el paciente y la enfermedad a largo plazo”. A este respecto, recordó que la supervivencia de estos pacientes y el coste de los tratamientos dependerá en gran medida del éxito de las terapias. En este sentido, explicó que habitualmente “los fármacos novedosos incrementan costes, pero no se observan los gastos que desaparecen”, por lo que consideró como “necesaria una valoración global y recuperar la contabilidad analítica para afrontar los nuevos retos”. Igualmente, consideró esencial iniciar los tratamientos lo antes posible para evitar que la enfermedad avance.

Por su parte, el representante de los pacientes señaló que debe entenderse que la innovación y la utilización de los fármacos biológicos es vital para estos pacientes y su uso “no es un gasto el sistema, sino una inversión” que posibilitan una mayor calidad de vida y evita otros gastos al sistema.

El director de Valor y Acceso al mercado de Galapagos apostó firmemente por la innovación, a la que definió como “imaginación con talento”. Según él, “hace falta mucha innovación en todos los ámbitos de atención al paciente”, algo que conlleva un impacto económico “casi siempre positivo”. Según De la Fuente, el problema de la aplicación de la innovación en la gestión es que la causa-efecto es mucho más lenta e implica muchísimo esfuerzo que no es reconocido en muchas ocasiones dentro del sistema y debido a ello muchas veces es más fácil incidir en el coste del tratamiento.

Impacto económico

A lo largo del debate también surgieron las cifras de impacto económico que estas enfermedades tienen en Madrid. De acuerdo con los datos ofrecidos por Irigoyen, los fármacos utilizados en las IMID supusieron en 2021 un total de 292 millones de euros, cifra que supera el 10% del gasto total en medicamentos y productos sanitarios de la región (2.700 millones) y cerca de un 25% del gasto en farmacia hospitalaria (1.222 millones). “Es una cuantía francamente importante”, señaló el director general, por lo que reclamó de los prescriptores, dispensadores y los servicios de farmacia hospitalaria en conexión con los jefes de servicio cooperación para buscar mecanismos que permitan la sostenibilidad del sistema.

A este respecto, Taxonera trasladó a Irigoyen la realidad de su servicio, que atendiendo a un mayor número de pacientes con respecto a 10 años atrás, tiene su gasto total más contenido que en otros centros gracias a las políticas integrales puestas en marcha con el objetivo de evitar la progresión de la enfermedad en cada uno de sus pacientes. Por su parte, el director del Centro de Enfermedades Inflamatorias Mediadas por la Inmunidad (CEIMI) del Hospital Gregorio Marañón también apostó por la conveniencia de un centro de asistencia integral. Es esencial cambiar el paradigma de cómo se “ve al enfermo crónico en los hospitales”, aseguró Carlos González.

En este mismo sentido, Morell señaló que echa de menos una evolución hacia medir valor. Es necesaria una evolución en los sistemas de información, ya que “es fundamental que pasen de ser contables y clínicos a ser un sistema que nos facilite una contabilidad clínica y cómo han evolucionado las estrategias implementadas y los recursos utilizados”. Toda esta información con la que se cuenta debería ser utilizada para establecer estrategias económicas basadas en evidencia clínica lo que ayudaría a predecir, aseguró.

Por todo ello, los participantes profundizaron en la necesidad de un abordaje holístico del impacto económico de las IMID así como en la conveniencia de la utilización de los sistemas de información. En este sentido, Torralba destacó que es esencial conocer cuántos pacientes no están controlados y comenzar a trabajar en la gestión de datos con el fin de que el sistema sea coste-eficiente y, por ende, lograr la sostenibilidad del sistema. Por su parte, González señaló que a la hora de dar atención al paciente y sus familiares “se debe ser muy imaginativo” siendo fundamental la implantación de las nuevas tecnologías.

Rubén de la Fuente también quiso señalar que los fármacos “cuestan lo que aportan”, por lo que reclamó avanzar en términos de evaluación que aborden de forma amplia las enfermedades. Además, abogó por la introducción en la terapéutica de forma temprana para evitar “pérdida de oportunidades” en pacientes. A este respecto, consideró esencial acelerar los tiempos de evaluación, informes de Posicionamiento Terapéutico (IPTs) o incorporación en la cartera común y de forma efectiva en los hospitales.

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