El Informe Draghi, elaborado por el ex presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, contiene un análisis de la situación de la competitividad de la Unión Europea y eligió diez sectores sobre los que sería necesario actuar para recuperar el terreno perdido a lo largo de las últimas décadas. Uno de estos sectores es el farmacéutico y, con el objetivo de conocer de primera mano la visión de los expertos, Diariofarma organizó una jornada donde se desgranaron las diferentes propuestas y se valoró el impacto que podrían tener en España.
Los expertos que participaron en la jornada ‘Informe Draghi: propuestas para recuperar la competitividad farmacéutica europea’, organizada por Diariofarma, coincidieron en una valoración positiva del informe y destacaron la oportunidad del mismo, considerando las recomendaciones como una oportunidad que plantea diferentes retos. No obstante, se plantean dificultades para su implementación, tanto a nivel europeo como nacional.
El encuentro se dividió en dos mesas redondas y una exposición para abordar distintas temáticas del informe. La presentación inicial fue llevada a cabo por Magda Rosenmöller, directora académica del Center for Research in Healthcare Innovation Management del IESE, que impartió una ponencia que, bajo el título ‘¿Es el informe Draghi la palanca que necesita la industria farmacéutica en Europa?’, explicó de forma exhaustiva su contenido y los diferentes retos que deben abordarse.
Además, la jornada contó con la participación de Jordi García Brustenga, director general de Estrategia Industrial y de la PYME del Ministerio de Industria; Jaume Puig-Junoy, profesor distinguido de la Universidad Pompeu Fabra (UPF) - Barcelona School of Management; Susana Solís, diputada del Partido Popular en el Parlamento Europeo; y Javier Urzay, subdirector general de Farmaindustria, en la primera mesa. En la segunda participaron Eva Ortega-Paíno, secretaria general de Investigación del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades; Carlos Camps, patrono de la Fundación ECO; Enrique Castellón, consejero de Cross Road Biotech; e Ion Arocena, director general de Asebio. La jornada contó con la colaboración de Amgen, Johnson & Johnson y Merck, y las diferentes mesas celebradas fueron moderadas por José María López Alemany, director de Diariofarma.
Magda Rosenmöller destacó la importancia de que el informe, elaborado por Mario Draghi, haya contado con la participación de multitud de expertos, además de compañías farmacéuticas, instituciones europeas y otras organizaciones. Según dijo, el informe se elaboró y presentó en un momento muy importante, debido a los cambios que se están produciendo en Estados Unidos y Reino Unido.
Esta experta puso de manifiesto que la Unión Europea avanza lentamente y no se puede continuar en esta situación, por lo que es “una llamada a la acción”. Asimismo, destacó que en el documento se contemplan retos y oportunidades muy importantes, por lo que queda claro que al día de hoy existen “muchas cosas pendientes de hacer”, aseveró.
En concreto, hizo hincapié en que el informe expone que Europa se está quedando atrás en materia de competitividad respecto a Estados Unidos y China y, aunque en Europa “están haciendo las cosas bien, las empresas que tienen éxito se marchan”. En este contexto, Rosenmöller ahondó en las diferentes acciones que se deben abordar para la implementación de las diferentes medidas que plantea el Informe Draghi y planteó las diferentes dificultades a las que se debe enfrentar la UE y los diferentes países para su implementación.
En relación al sector farmacéutico, puso de manifiesto la importancia que el informe le reconoce. En este sentido, matizó que en Europa “somos muy buenos en crear conocimiento, lo que falta es traducir este conocimiento en oportunidades de mercado”. Aspectos como la marcha de startups a otros países fuera de la UE; la inversión “mucho menor” en la UE en relación con EEUU; o el crecimiento de inversión en medicamentos biológicos y huérfanos, que se producen mayormente en EEUU, son, entre otros, aspectos que deben analizarse y “mirar con ojo crítico”.
Para esta experta, es clave la colaboración entre los diferentes países, avanzar en la aceleración de los procesos y abordar que el mercado europeo se encuentra muy fragmentado, existiendo discrepancias entre los diferentes países. Por ello, es necesario organizar y facilitar la puesta en el mercado de medicamentos nuevos.
Para finalizar, Magda Rosenmöller señaló que el Informe Draghi es “complejo y no se establecen priorizaciones”. Por ello, consideró importante ayudar a los políticos a establecerlas.
Fomentar la previsibilidad empresarial a largo plazo
Durante la primera mesa celebrada en la jornada se abordó la previsibilidad a largo plazo ya que esta, tal y como destacó el moderador del encuentro, es un pilar esencial para garantizar la competitividad y estabilidad del sector farmacéutico europeo. Mario Draghi muestra en su informe la importancia de esta cuestión, al dedicar de forma directa o indirecta algunas de sus propuestas a materializar un horizonte de estabilidad.
Los expertos que participaron en esta primera mesa comenzaron con una valoración inicial del informe y, en este sentido, Jordi García Brustenga señaló que para Europa es “no solo una necesidad sino una oportunidad”. En los últimos años, “el dejar que cada uno decida dónde producir ha provocado deslocalizaciones”. Por lo tanto, según él, es necesario contar con una autonomía estratégica industrial de tal forma que se realice la producción dentro de la UE. Además, el director general aseguró que debemos contar con un modelo europeo en el que, sin perder la ventaja competitiva del mercado internacional, “se tengan en cuenta las capacidades productivas propias en tiempos de crisis y de no crisis”.
Asimismo, el director general de Estrategia Industrial destacó que es necesario invertir en I+D no solo para salvaguardar las empresas estratégicas, sino también para impulsar la innovación que conlleve una mayor competitividad, además de ofrecer alternativas y reducir la dependencia que actualmente se tiene en relación con otros países.
Jordi García Brustenga señaló que es necesario “ser más Europa” en un momento que calificó de “muy interesante y oportuno” para dar un paso más en la construcción europea. Según señaló, Europa apuesta por la regulación, y aunque “se odia un poco, ya que frena muchas cosas, por otro lado, nos gusta el efecto de esta regulación”. García Brustenga argumentó que esta apuesta busca asegurar ciertos “estándares sociales, ambientales, de impacto, de calidad, de seguridad industrial”, entre otros. En su opinión, es fundamental entender que “en nuestro modelo quizás se tarde unos meses o días más, pero aseguramos calidad y seguridad”. En este sentido, planteó que, si queremos competir frente a grandes zonas como EEUU y China, será necesario actuar manteniendo esa esencia, algo que, según él, “es rápido de decir, pero muy lento y farragoso de conseguir”.
Por su parte, Jaume Puig-Junoy destacó que lo mejor del informe en relación con el sector farmacéutico es su propia existencia. Este experto se declaró “fan” del documento elaborado por Mario Draghi y expuso que el informe sirve para poner el foco en la “necesidad ineludible de aumentar la productividad y la producción en Europa”, así como en diferentes países.
Puig-Junoy destacó como aspectos relevantes que “se pone el foco en el impacto económico del sector biofarmacéutico que, aunque es un sector líder, debe aumentar muchísimo”. Por otro lado, explicó que nos encontramos ante un sector geoestratégico, no solo en I+D, sino también en producción. Por ello, este experto insistió en que es “fundamental contar con una mayor producción” y señaló que nuestro país está muy retrasado respecto a la Unión Europea en este aspecto, donde incluso Italia o Grecia superan a España. Por ese motivo, reclamó a los representantes de la industria actuar para incrementar las inversiones en España de plantas de producción, ya que la aportación económica de la producción farmacéutica al Producto Interior Bruto (PIB) “no es tanta como debería”.
Asimismo, este economista destacó que el sector cuenta con dos barreras: en concreto, la “fragmentación del mercado y la necesidad de agilizar la regulación”. En este contexto, apuntó que debe tenerse en cuenta que “una cosa es la regulación y otra es gestionar la cobertura aseguradora y la correspondiente capacidad de compra”.
Por otro lado, señaló el enfoque clásico de economía industrial del informe y, en este sentido, matizó que al día de hoy el bienestar social no se mide solo por la diferencia o el gap en puntos del PIB o del PIB per cápita, sino también en impacto o en medidas de bienestar. Por ello, expuso que es necesario compaginar la política industrial con la política sanitaria.
La visión del Parlamento Europeo
La eurodiputada Susana Solís aportó una perspectiva desde el Parlamento Europeo y destacó el consenso existente en torno a la necesidad del informe y su valoración positiva desde esta institución. Según explicó, el informe cuenta con un buen diagnóstico sobre la pérdida de competitividad en Europa. Aseguró que “todo el mundo está encantado con las 136 medidas que se recogen”, aunque reconoció que “la dificultad estará en la implementación y en cómo se priorizan”. Además, Solís insistió en que la competitividad marcará la hoja de ruta de la nueva Comisión Europea para los próximos años. En este sentido, destacó que todos los Comisarios Europeos han analizado y desmembrado este informe en sus presentaciones ante el Parlamento para validar su elección. Centrándose en el comisario de Salud, Oliver Várhely, Solís explicó que este recogió todo lo que se pedía en el informe.
La eurodiputada coincidió con la llamada a la acción recogida en el Informe Draghi, pero fue más allá al afirmar: “Urge no solo despertarse, sino levantarse ya que despertar ya no es suficiente”, aseveró.
Por otro lado, la diputada del Parlamento Europeo incidió en la importancia de abordar la realización de un marco regulatorio ágil y atractivo. En este contexto, precisó que en el informe se recoge una inversión anual necesaria de 600.000 millones de euros, pero más del 50 % de las medidas que se contemplan no requieren inversión pública. Según dijo, estas medidas están relacionadas con los caminos regulatorios, la coordinación de los stakeholders y el rediseño de propuestas existentes. Para ella, es muy importante la priorización que se tiene que realizar desde la UE y apostó por “concretarse en lo que realmente se puede realizar a corto plazo”. En este sentido, planteó la necesidad de no quedarse con las buenas palabras, sino de “realmente conseguir un sistema innovador y ágil en Europa”, aseveró.
Javier Urzay también planteó que el Informe Draghi “es realmente una llamada de atención” y consideró “importante que se adopte a diversos niveles”. Según dijo, Europa necesita invertir de forma selectiva y sensata, por lo que “debe contar con un plan de acción”. El subdirector general de Farmaindustria recordó que, a lo largo de los últimos años, “se han perdido muchas oportunidades”. Sin embargo, añadió que en la actualidad existen otras, especialmente en ámbitos como el sector biofarmacéutico, que “debemos aprovechar y trabajar para conseguirlo”.
Asimismo, Urzay señaló que el principal incentivo para cualquier compañía, en cualquier sector, es el mercado. Por ello, consideró necesario explotar la capacidad del mercado europeo de medicamentos, especialmente en el sector farmacéutico, que calificó como “fragmentado, inexistente en muchos casos, y que a menudo languidece y no tiene ni mucho menos el tamaño ni la tasa de crecimiento que tienen EEUU y China”. Por este motivo, destacó que “si se empieza a contemplar la inversión en medicamentos como lo que es, y no como un gasto, la cosa puede empezar a cambiar”. Según explicó, “no es un reto sencillo, pero es necesario. Al igual que se invierte en defensa, hay que invertir en salud”.
Regulación europea frente a regulaciones nacionales
La implementación de las medidas recogidas en el informe y la regulación nacional de los diferentes Estados miembros fue otra de las cuestiones abordadas durante la primera mesa de la jornada. En este sentido, Jaume Puig-Junoy señaló que, una vez que se cuenta con este informe, lo importante es que “debe permear en las decisiones legislativas”. En concreto, destacó que en España es necesario incorporar estas recomendaciones en materia de medicamentos y evaluación de tecnologías sanitarias. Según explicó, el informe incluye un mecanismo de evaluación “muy interesante y necesario” en materia de evaluación de políticas. Para este experto, la evaluación del impacto de la innovación debe tener en cuenta no solo los aspectos industriales, sino también los sanitarios, por lo que “se debe conciliar la política industrial y la política sanitaria”. En este sentido, subrayó la necesidad de tener en cuenta la mejora incremental o comparada en la salud, así como la relación coste-efectividad.
Puig-Junoy afirmó que la mayoría de las medidas contempladas pueden llevarse a cabo fomentando adecuadamente la colaboración entre el sector privado y público. Además, señaló que es esencial incluir criterios explícitos y especialmente predecibles respecto a lo que sucederá con la innovación. Según su perspectiva, esto solo puede lograrse mediante un trabajo conjunto entre ambos sectores.
Al hilo de estas cuestiones, Susana Solís expuso la importancia de contar con predictibilidad y concretó que, en relación con el paquete legislativo farmacéutico, es fundamental establecer incentivos suficientes para la innovación, una de las propuestas incluidas en el Informe Draghi. Esta cuestión, según dijo, está en pleno debate en el seno del Consejo de la UE y será abordada próximamente, a mediados o finales de 2025, en los trílogos. En cualquier caso, para Solís, es evidente que no se puede dar marcha atrás en cuestiones como la protección a la innovación. Además, explicó que el Parlamento Europeo ya ha anunciado la necesidad de contar con una ley de biotecnología que permita a Europa competir y fomentar la creación de hubs que integren la academia, la industria y la asistencia.
Por su parte, Javier Urzay insistió en que España debe alinearse con los países “pro-innovación”. Aunque reconoció que en España se ha avanzado significativamente, afirmó que aún se necesita dar un gran salto para, al menos, mantener los incentivos actuales. Respecto al acceso, señaló que el mercado europeo está fragmentado y no parece haber apetito político para avanzar hacia una integración mayor. Los sistemas de salud, según explicó, son muy dispares, pero enfatizó que “España tiene que hacer los deberes”. En este sentido, destacó que la regulación española, incluida la reforma de la Ley de Garantías, debe facilitar el acceso temprano a medicamentos que aporten un mayor valor terapéutico.