El Gobierno catalán ha aprobado hoy las memorias preliminares de los anteproyectos de ley de creación de la Agencia Catalana de Medicamentos y Productos Sanitarios, y de la Agencia de Salud Pública. Según ha destacado el consejero de salud, Antoni Comín, estos dos organismos, una vez terminados, permitirán que Cataluña “esté en condiciones de asumir las competencias plenas en políticas de salud”.
Este trámite supone “el primer paso” para convertir la Agencia Catalana de Medicamentos y Productos Sanitarios en "la autoridad sanitaria que asumirá todas las competencias de la Generalitat en materia de medicamentos, productos sanitarios y cosméticos”. “Hacemos una Agencia dentro del marco competencial actual pero que está preparada en el futuro para asumir todo el ciclo del medicamento”, ha precisado Comín.
Está pensado como un organismo autónomo adscrito al Departamento de Salud, y centralizará en una entidad única todas las actividades relacionadas con el medicamento y el personal que las lleva a cabo. “La Agencia deberá garantizar que cualquier medida que pueda afectar a estos productos se ajuste a las necesidades de la sociedad y bajo los criterios de eficacia, de calidad y seguridad clínica, de interés público en el marco del sistema de salud y de estímulo de la generación de conocimiento”, apunta la Generalitat en un comunicado.
Entre sus funciones, se encuentra el fomento del uso racional y eficiente de los medicamentos, así como el diseño e implementación de las políticas farmacéuticas de compra y sistemas de acceso a los medicamentos con los diferentes proveedores del sistema sanitario integral de utilización pública de Cataluña. También garantizará el acceso a los medicamentos, ordenará la prestación farmacéutica y hará cumplir la normativa sobre vigilancia de la seguridad y gestión del riesgo de los medicamentos.
Por otro lado, velará por que la información, promoción y publicidad de los medicamentos y productos sanitarios se ajusten a criterios de veracidad y no induzcan a consumo. También se encargará de la inspección y control de los medicamentos.
Según se expresa en un comunicado, “Cataluña entiende que la política farmacéutica y del medicamento debe abarcar toda la cadena del medicamento desde una visión asistencial y de salud y debe considerarlo como una inversión en resultados en salud desde una perspectiva terapéutica y de gestión clínica, y no sólo como gasto”.
La política farmacéutica catalana también pasa por garantizar la sostenibilidad de la prestación sanitaria, considerando factores como los cambios demográficos, la progresiva cronificación de numerosas patologías y la incorporación de innovaciones terapéuticas con grados variables de influencia.
También se hace hincapié en la necesidad de garantizar una correcta coordinación con el ámbito privado, “con el fin de que la disponibilidad de nuevos tratamientos y herramientas diagnósticas se produzca de manera racional, ágil y con el nivel más alto de seguridad posible para los ciudadanos”, señala el comunicado.
Así mismo, la Generalitat ha subrayado la importancia de que la industria farmacéutica tenga un único interlocutor, que facilitará su trato con la Administración. “Es necesario establecer procedimientos que garanticen que las decisiones que regulen el acceso a los medicamentos autorizados estén basadas en los principios de objetividad, equidad, independencia y transparencia, y en criterios científicos y clínicos de racionalidad”, indica el comunicado.