El documento ‘106 medidas que mejoran el sector de la salud en España tras la pandemia de Covid-19’, condensa las propuestas de medio centenar de expertos para ofrecer al Sistema Nacional de Salud “respuesta a sus necesidades, mejorar sus resultados en salud y además hacerlo de la manera más eficiente posible”.
La Fundación Economía y Salud ha presentado una nueva edición de uno de sus documentos ‘corales’ que ya se han convertido en una referencia para el mundo de la salud. La nueva obra, que se une a las ediciones realizadas ya en los años 2017 y 2018, aporta nuevas medidas concretas y consensuadas por expertos mara mejorar el conjunto del Sistema Nacional de Salud, desde una visión al margen de la ideología y con el objetivo de aportar eficiencia al conjunto del sistema sanitario.
El presidente de la Fundación, Alberto Giménez Artés resumía en la presentación oficial de la obra, que España “ha aprendido mucho durante la pandemia”, pero igualmente indicaba que “nos queda mucho por hacer”. Giménez Artés recordaba que efectivamente, en España, la sanidad recibe prácticamente el 6,5% del PIB nacional y que “debe incrementarse” al menos en un punto más de ese indicador para alcanzar la media de la Unión Europea. También recordaba que la sanidad española “puede ganar otro punto más del PIB siendo más eficiente y aprovechando mejor sus recursos”.
Trabajar en la prevención y la promoción de la salud; ordenar los recursos en función de las necesidades, ajustar la gestión a la realidad, trabajar en resultados en salud, medir y evaluar las actuaciones son algunas de las acciones propuestas.
Cambios ineludibles
“Los cambios que proponemos deben hacer el sistema sanitario no es que sean nuevos, pero ahora son ineludibles”, explicaba Mercedes Martínez- Novillo, una de las coordinadoras de la obra y directora del Instituto de Medicina del Laboratorio del Hospital Clínico San Carlos. Esta experta, que analizó las medidas asistenciales que contiene el documento indicó que, “estamos hablando de un cambio de modelo asistencial del que ya se hablaba antes de comenzar la pandemia” y que esta “no ha hecho sino acelerar”.
Martínez-Novillo considera que “la herramienta de transformación esencial es la transformación digital” y que con ella de la mano, el sistema debe establecer un sistema de buenas prácticas basado en resultados en salud, a través de estrategias que aporten salud y que cuente con la opinión del paciente.
Asimismo, reconoce la necesidad de mejorar los modelos analíticos para perfeccionar la toma de decisiones y se muestra partidaria de ampliar, redistribuir y dar elasticidad a los recursos asistenciales. “El domicilio del paciente, ha quedado demostrado en esta pandemia, es un dispositivo asistencial más”. Es preciso, indicaba, “evitar salidas y entradas al paciente que no aportan nada”, pero para ello, aseguraba es preciso definir de forma adecuada tanto la formación de los profesionales para hacer este tipo de atención, como la cartera de servicios que tiene que contener.
Martínez-Novillo indicó también la necesidad de trabajar en una política de incentivos a todos los profesionales basada en la transparencia y que no se centre exclusivamente en cuestiones económicas, sino que dé cabida al reconocimiento profesional y de trabajo de equipo.
Atención primaria y empoderar al paciente
De la misma manera, la transformación de la Atención Primaria y el empoderamiento del paciente son cuestiones fundamentales en el documento de la Fundación Economía y Salud.
Alicia Negrón, enfermera del Servicio Madrileño de Salud, y coordinadora de este documento señalaba que es preciso dotar al paciente de herramientas tecnológicas que permitan su participación en el proceso. Apostaba por la redefinición del papel de la Atención Primaria en el conjunto del Sistema Nacional de Salud y señalaba como puntos principales de actuación el desarrollo de la teleasistencia de un modo global, la priorización de procesos la estratificación de la población en función de los factores de riesgo, la creación de una reserva estratégica de material de protección y el desarrollo de sistemas de vigilancia epidemiológica.
Para Negrón es fundamental la creación de un Plan Estratégico de Atención Sociosanitaria por parte del Ministerio. Los aspectos sociales y sanitarios a nivel ministerial deberían unirse, y si no lo están al menos deberían coordinarse de manera muy estrecha, ha añadido.
“Es preciso hacer vigilancia epidemiológica en los centros sociales y establecer indicadores que midan la eficacia, también en estos centros”, aseguraba.
Evaluación y comparación
Y todo ello debe ser evaluado y comparado. Así lo explicaba otro de los ponentes, Jesús Aranaz, jefe del Servicio de Medicina Preventiva y Salud Pública del Hospital Ramón y Cajal, y otro de los coordinadores del documento. A su entender, solo desde la evaluación y la comparación, “podemos contribuir a la sostenibilidad del sistema”.
Aranaz se inclina por evaluar el impacto económico de las epidemias y pandemias y su el coste de las situaciones de riesgo. Considera que es fundamental contar con agencias públicas dedicadas a esta labor de evaluación de resultados.
De la misma manera, abogó por la introducción de programas de seguimiento y buenas prácticas en los centros de atención social y por la estandarización de riesgos. “Los centros sociosanitarios son también sanitarios y requieren por tanto una especial atención de coordinación, porque allí están los pacientes con más riesgo”, aseguró.
Aranaz también defendió la renovación en los sistemas de compras e indicó que es preciso incrementar su seguridad y crear entornos innovadores que permitan una mayor agilidad. Es preciso -indicó- “recuperar las actuaciones que se habían venido desarrollando en la gestión de compras y la creación, tanto de reservas como de alianzas estratégicas con proveedores que permitan la gestión del estocaje”.