La terapéutica del cáncer de mama está ofreciendo en los últimos años avances muy importantes que han permitido incrementar de forma relevante la esperanza de vida de las pacientes. No obstante, aún hay algunas lagunas terapéuticas, como en el cáncer de mama triple negativo, para el que la innovación terapéutica es una de las pocas esperanzas.
Mientras la innovación terapéutica llega, como ya está sucediendo con las terapias conjugadas, uno de los aspectos que más preocupan a los expertos es la falta de equidad que se observa en nuestro país, así como los prolongados plazos existentes para acceder a las innovaciones terapéuticas.
Estas han sido algunas de las cuestiones que más preocupan a los participantes en el encuentro “El futuro del abordaje del cáncer de mama” en el que han participado Julio Sánchez Fierro, abogado especialista en Derecho Sanitario; Álvaro Rodríguez Lescure, jefe de Servicio de Oncología Médica del Hospital General Universitario de Elche (Alicante) e investigador de la Fundación Grupo Español de Investigación en Cáncer de Mama (Geicam); José Manuel Martínez Sesmero, jefe de Servicio de Farmacia Hospitalaria del Hospital Clínico San Carlos de Madrid; Isabel Pineros, directora del departamento de acceso de Farmaindustria y Paula González Peña, representante de la Federación Española de Cáncer de Mama (Fecma). El acto, organizado por Europa Press, ha contado con la colaboración de Daiichi-Sankyo y AstraZeneca.
Sánchez Fierro considera que “la digitalización de la información, el acceso a la innovación y la equidad en el acceso” son cuestiones esenciales que, como tal, vienen recogidas en el Plan europeo de lucha contra el cáncer y estrategia española contra el cáncer de 2021 . Este experto considera que nuestro país tiene un cuerpo legislativo relevante en materia de asegurar la equidad y establecer “garantías” de no discriminación, por lo que “erradicar las discriminaciones y cumplir con lo que dicen las leyes” es algo esencial.
Por su parte, Rodríguez Lescure también puso el acento en evitar la “inequidad en el acceso” ya que puso de manifiesto la existencia de diferencias en función de “dónde vives y cuál es tu hospital o el oncólogo que te ve”. Además, aprovechó para relatar la evolución que ha habido en la terapéutica del cáncer de mama en los últimos años y destacaba lo micho que se ha avanzado especialmente con la medicina de precisión y personalizada. “Se sigue avanzando y revolucionando el resultado en enfermedad metastásica con resultados que no se veían hace décadas”, ha señalado en referencia a los nuevos tratamientos inmunoconjugados que revolucionarán de nuevo el cáncer de mama.
El farmacéutico hospitalario reclamó un abordaje multidisciplinar del cáncer de mama y puso de manifiesto la existencia de farmacéuticos especializados en oncología que participan de forma habitual en los comités de tumores y, más recientemente, en los de biología molecular de tumores. Sesmero destacó la importancia del farmacéutico para impulsar aspectos con la adherencia, reducir interacciones y “contribuir al concepto global de resultados en salud, con especial visión hacia la calidad de vida y los PROs”.
La representante de Farmaindustria destacó las aportaciones “pequeñas y grandes” que han tenido los tratamientos farmacológicos en el abordaje del cáncer de mama en los últimos años. Además, relató un futuro halagüeño al recordar que están en desarrollo más de 8.000 moléculas, gran parte de ellas en oncología, de las que el 69% serían ‘primeros de clase’, por lo que “abrirán nuevas familias terapéuticas en un futuro”. Pineros también destacó que en 2021 la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) aprobó 11 principios activos oncológicos, pero planteó la necesidad de mejorar en acceso, que sería “el último escalón en avanzar”. Para Pineros, la aceleración observada en desarrollo y evaluación regulatoria de los medicamentos “no es bien vista, no es favorable” para los financidores, por lo que “en la parte de acceso no tenemos buenos indicadores” tal y como se recoge en los datos del Estudio WAIT, que relató.
Por su parte, Paula González consideró la innovación como “una oportunidad para la enfermedad”, por lo que explicó que desde las asociaciones de pacientes ven la investigación como “la mejor garantía para desarrollar métodos de diagnóstico, terapias menos agresivas y más eficaces”. La representante de Facme también aseguró que innovación y eficiencia “no son opciones que se opongan” y, por ello afirmó que “el reto de la innovación sostenible pasa por entender el valor de la propia innovación y acceder a ella de forma equitativa”. Esta paciente, que defendió la participación de los afectados en coordinación con los profesionales, reclamó “un acuerdo de estado para que el acceso a los tratamientos innovadores sea igual en todo el sistema sanitario”.
Mejora de los procesos
Los participantes también ahondaron en la necesidad de mejorar los procesos asistenciales, donde el trabajo en equipo es “fundamental”, según explicó Sánchez Fierro, que aprovechó para reclamar que se considere al paciente “un sujeto activo que debe participar en cada fase”.
Por su parte, Martínez Sesmero también consideró necesaria la innovación más allá de los productos farmacéuticos. Se refería, especialmente a los “servicios, procedimientos y nuevas maneras de atención y enfocado siempre en personas”.
Rodríguez Lescure también puso el acento en la importancia del abordaje multidisciplinar del cáncer, algo que “tiene implicaciones en términos de supervivencia”. Por ese motivo, llamó a reconsiderar las prácticas en aquellos lugares donde aún no se actúa de este modo y también aprovechó para reclamar “más recursos para investigación y equidad en el acceso a fármacos, biomarcadores y diagnóstico genómico para que haya una atención homogénea de calidad y excelencia en todo el país”.
Pineros también consideró necesario establecer una colaboración entre todos los agentes implicados en el acceso a las innovaciones terapéuticas. Según explicó, hay que “seguir trabajando en que mejorar el proceso de financiación” con el objetivo de “acelerar la disponibilidad del medicamento porque si no, todo lo que ha ocurrido antes no tiene sentido”. Además, la representante de Farmaindustria puso el foco sobre el diferente trato que se da a los biomarcadores respecto de los medicamentos. “Cada una de las 17 comunidades autónomas buscan sus propias estrategias, que al final resultan diferentes”, explicó Pineros. Por ese motivo, echó en falta “un paraguas que unifique todo y que apueste por la equidad” ya que medicamentos y biomarcadores “no pueden estar separados ni coordinarse por separado”.
Un último aspecto abordado en la sesión fue la importancia de asegurar una buena adherencia a los tratamientos. Para Rodríguez Lescure está claro que “una peor adherencia va acompañada de una mayor tasa de recaídas”, por lo que reclamó innovación para “mejorar los tratamientos especialmente cuando la falta de adherencia está condicionada con efectos adversos que afectan al día a día”.
Por su parte, Sesmero destacó que el problema de la adherencia es “multifactorial y que puede variar en el tiempo en un mismo paciente”, pero puso el acento en que, más allá de que el propio esquema de tratamiento puede facilitar o comprometer la adherencia, se establezcan los procedimientos para que “todo el equipo esté atento y con sistemas de alerta”.