Si no se invierte en AP y vacunas, es falso que sean las prioridades del SNS

Artículo de opinión de José María López Alemany, director de Diariofarma.

¿Cuántas veces hemos oído que el sistema sanitario se tiene que dirigir hacia los pacientes crónicos? ¿Cuántas veces que es necesario impulsar la Atención Primaria? ¿Y que prevenir es curar? ¿O que hay que impulsar el uso de vacunas? Cientos. Pero como todo en la vida, las palabras se las lleva el viento y, al final, lo que quedan son los hechos.

Y los hechos son que desde 2002 el dinero adicional que se ha invertido en el Sistema Nacional de Salud (SNS) no ha ido a parar ni a la Atención Primaria ni a la Salud Pública de forma significativa. Así se refleja en un estudio elaborado por Diariofarma a partir de los datos de la Estadística de Gasto Público Sanitario (ESGP), publicados por el Ministerio de Sanidad y que recoge distintos aspectos del gasto sanitario, clasificado por las diferentes administraciones que tienen competencia en la materia y recopilando datos desde 2002 hasta 2016.

Los datos son claros. El SNS ha tenido en 2016 un total de 27.075 millones de euros más de gasto que en 2002. De ese dinero, el 76,3% se ha dirigido al ámbito hospitalario y los especialistas. Por su parte, a Atención Primaria se ha destinado un 12,4% de ese incremento de gasto, a Farmacia un 8,2% y a Salud Pública, es decir, entre otras cuestiones, a vacunas, un 0,9%. Creo que esta radiografía muestra claramente dónde se ha puesto el foco de la inversión en este tiempo. Y no ha ido ni a vacunas ni a Atención Primaria, por lo que no parece muy acorde a las prioridades de las que se habla.

Esta situación es común a todas las comunidades autónomas. La que menos porcentaje de ese gasto adicional de 27.000 millones ha destinado al ámbito hospitalario ha sido Murcia y Canarias, con cifras que están en torno al 76,3%. La que más Andalucía, que destinó el 82,2% de los recursos adicionales de su sanidad al ámbito hospitalario.

¿Apuesta por AP y la prevención? La evolución del gasto dice lo contrario

En Atención Primaria, la región que más recursos nuevos destinó fue Cantabria, con un 26,5%. El resto casi no superaron el 15%. Las más alegadas, Aragón con un 8,2% y Andalucía con un 9,8%. Y Salud Pública no es, lamentablemente ninguna excepción. Algunas regiones como La Rioja o Asturias dedican ahora menos inversión que en 2002 y, en general, no se han destinado importantes cantidades de recursos a esta materia. La que más, Castilla y León, que destinó el 3,1% del incremento de gasto de estos 15 años a materias de Salud Pública.

Creo que poner encima de la mesa estos datos, ya conocidos por otra parte, es el primer paso a dar de cara a iniciar la necesaria transformación del sistema sanitario. De otro modo, podremos pasar otros quince años metiendo la cabeza en el agujero como un avestruz y perdiendo un tiempo precioso de transformación que, más adelante, echaremos en falta.

En cualquier caso, lo que sí que es necesario es el análisis y la evaluación para determinar el coste-oportunidad de cada inversión que se haga en salud. Y para ello, como es lógico, lo primero es medir y evaluar. Sin ello, estaremos dando palos de ciego y tomando decisiones contrarias a nuestros intereses simplemente porque parecía lo mejor, sin que hubiera el más mínimo dato que lo dijera.