La innovación que se está generando en el área de la inmuno-oncología está siendo bien acogida por los especialistas, que ven con esperanza los resultados de la aplicación de estas terapias en el aumento de la supervivencia de algunos pacientes. No obstante, estos nuevos medicamentos tienen detrás una intensiva labor de investigación que eleva su coste para los sistemas sanitarios. De ahí que los participantes en el Encuentro de Expertos 'Los retos que plantea la inmuno-oncología', organizado por Diariofarma con el apoyo de la alianza en inmuno-oncología Merck-Pfizer, coincidieran en la necesidad de una buena previsión, la aplicación de nuevas fórmulas de financiación y unos presupuestos adecuados y suficientes para garantizar a los pacientes el acceso a estos tratamientos.
En lo que respecta a la posibilidad de predecir el impacto presupuestario de todos los medicamentos que aterrizarán en el mercado dentro de esta área, Raúl Díez, del Grupo Gedefo de la SEFH, hizo referencia a las previsiones que apuntan a un incremento de entre el 5 y 15% del gasto en Oncología. No obstante, el portavoz socialista de Sanidad en el Senado, José Martínez Olmos, restó importancia a estimaciones de este tipo, a la vista de lo que ha ocurrido en el pasado con las grandes innovaciones que se han incorporado al SNS lo largo de la historia, e insistió en la necesidad de que el Ministerio de Sanidad “comparta la información y genere mayor transparencia en todo el proceso de innovación y fijación de precios".
En este sentido, Martínez Olmos consideró relevante conocer cuáles han sido los costes de desarrollo de los medicamentos para remunerar la innovación en función del esfuerzo que hay detrás. Sobre este asunto, Enrique Espinosa, oncólogo médico del Hospital Universitario La Paz, reconoció que es "un problema de base el hecho de que no se sepa cuánto cuesta desarrollar un fármaco", y restó credibilidad a quienes dicen, sin apoyarse en casos reales, que el coste medio asciende a los 1.000 millones de dólares. Sin entrar en detalles, la responsable de Corporate Affairs de Merck, Ana Polanco, señaló que "el esfuerzo inversor para desarrollar las nuevas moléculas en el ámbito de la inmuno-oncología es elevado y en tiempo suele ser un año más que para el resto de moléculas”. Además, precisó que su compañía destina ya el 75% de la inversión en I+D a inmuno-oncología, oncología e inmunología.
No obstante, la representante de Merck consideró que habría que dar un paso más en el modelo de fijación de precios y financiación, para superar el modelo actual, que consiste en pagar por "la presentación, el vial o el comprimido sin tener en cuenta el valor que aporta el nuevo medicamento en cada una de las indicaciones". En su opinión, "la inmuno-oncología abre un nuevo camino en el tratamiento de tumores y está cambiando el paradigma del cáncer, supone una esperanza para muchos pacientes, por lo que es una innovación a la que no se puede renunciar solo por una cuestión de costes”. Para solucionarlo, planteó la búsqueda “de fórmulas dialogadas e innovadoras de financiación para encontrar la forma de dar acceso a los pacientes a la innovación. En este sentido, hizo referencia a las experiencias de esquemas de pago basados en resultados, acuerdos de riesgo compartido o techos de gasto que hay en España, acuerdos que, en todo caso, exigen el desarrollo de registros para conocer lo que ocurre en la práctica clínica.
En opinión de Natacha Bolaños, responsable del Área de Atención al Paciente y Relaciones Institucionales deI Grupo Español de Pacientes con Cáncer (Gepac), los registros van a ser importantes para ofrecer la base sobre la que implementar esos esquemas de pago, además de contribuir a "saber cuántos pacientes van a tener que ser tratados". En todo caso, Martínez Olmos definió el pago por resultados como "una moda" que, en su opinión, tenderá a extinguirse si no se produce una convergencia internacional hacia ella. Aunque no quiso entrar en cuestiones relacionadas con precio y financiación, César Hernández, jefe del Departamento de Medicamentos de Uso Humano de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps), consideró que la información es fundamental para la toma de decisiones tanto de los reguladores como de los pagadores.
Suficiencia presupuestaria
Más allá de la fórmula para establecer los precios de los medicamentos, los participantes en el encuentro hicieron referencia a la necesidad de dotar al sistema sanitario con más fondos, ya que si no cualquier método podría resultar insuficiente. A este respecto, Bolaños se preguntó "si es suficiente dedicar menos del 6% del PIB para financiar la Sanidad", y llamó a entrar en el debate sobre si la ciudadanía "preferiría financiar aeropuertos u otras infraestructuras antes que tratamientos que pueden beneficiar a los pacientes de una enfermedad como el cáncer". Díez, por su parte, ofreció como solución intermedia la desinversión en actuaciones ineficientes para después apuntar la necesidad de "concienciar a la población de que la Sanidad dispone ahora de más avances que antes y a lo mejor tenemos que pagar todos un poco más para poder sostenerla". Dicho esto, recordó que el Sistema Nacional de Salud (SNS), pese a su escasez presupuestaria, financia hoy "tratamientos que no cubre la sanidad americana ni ningún seguro privado".
En lo que respecta a la necesidad de dotar al SNS de una mayor suficiencia financiera, Martínez Olmos advirtió de que "el hecho de que el Gobierno sea el que decide, pero no el que paga, puede estar dando lugar a diferencias entre comunidades". Por eso, llamó a establecer un marco en el que "la insuficiencia presupuestaria no sea la que condicione la decisión y el motivo de las diferencias entre autonomías". Para ello, llamó a introducir "cambios en el modelo de financiación autonómica que se está discutiendo actualmente". También defendió la creación de fondos específicos para costear determinadas innovaciones, una solución que para su grupo sólo es "coyuntural".