"Por primera vez en la historia, el sistema sanitario va a ser la primera defensa para la economía, para la recuperación económica. Y eso es muy importante para la Sanidad". Ésta es, para Beatriz González, catedrática de Economía de la Universidad de Las Palmas y reconocida experta en Economía de la Salud, una de las principales moralejas de la pandemia por Covid-19. Así lo expresó durante su comparecencia ante el Grupo de Trabajo de Sanidad y Salud Pública de la Comisión de Reconstrucción Económica y Social.
En su intervención, destacó cómo "la Sanidad ha saltado a la agenda política". "El SNS, de repente, se ha revelado como un gran activo del país y esto es muy positivo", añadió. Y es que, explicó, "la evolución de la economía depende de la Sanidad. Solo si somos capaces de impedir, a través de la Atención Primaria y la vigilancia epidemiológica, que los pequeños brotes se masifiquen y haya que volver a confinar, podremos recuperar la actividad económica". Y no parece un tema menor, teniendo en cuenta, como dijo, el coste fiscal de ocho meses de confinamiento ha ascendido a unos 36.000 millones de euros, entre incrementos del gasto y pérdida de ingresos por caída de la actividad. Estos datos negativos sirven para alimentar las previsiones que hablan de un incremento del déficit hasta el 12% y de la deuda hasta el 120% en este 2020.
Otras dos lecciones importantes, según González, son que "no estábamos preparados", ni en términos de suministros ni de personal ni para la gestión del drama en las residencias y, a la vez, que existe una "enorme capacidad de adaptación" frente a las contingencias sobrevenidas, lo cual ha sido posible, dijo, gracias a "un liderazgo clínico eficaz, coordinación, y capacidad de gestión flexible, saltando trabas", para aplicar los nuevos conocimientos que se han ido generando, a ritmo vertiginoso, durante la pandemia.
A partir de aquí, y para conseguir que el sistema sanitario puede ejercer como ese muro defensivo frente a rebrotes y futuras pandemias del que hablaba, esta economista expresó una batería de propuestas a corto plazo y otra serie de medidas de corte estructural.
En el primer grupo incluyó el refuerzo de la Atención Primaria, lo que implica, a su juicio, "la incorporación de personal con capacitación específica" para trabajar en colaboración con Salud Pública en la vigilancia epidemiológica. Y es que, opinó, "las app no pueden hacer seguimiento, una labor que requiere empatía e interactuación". La popular Carmen Riolobos le preguntó por el que, a su juicio, es el país modelo en AP, y no dudó al señalar a Dinamarca: "En ese país, esta prestación la ofrecen grupos de prácticas que trabajan de forma independiente, con formación autofinanciada ajena a la industria. Existen cátedras de Medicina Familiar en las universidades", muestra de la relevancia adquirida por esta especialidad.
Su apuesta por reforzar los recursos humanos en Primaria está vinculada a una de sus medidas más estratégicas, que implica avanzar "hacia un nuevo modelo de relación profesional que sirva para captar talento y retenerlo, incentivar la buena praxis y fomentar la conciliación". Apostó por acabar con el modelo de propiedad sobre las plazas y abogó por otro que sirva para incentivar a los profesionales, especialmente en Medicina de Familia, donde la escasez es cada día más evidente. Guillermo Díaz, de Ciudadanos, le pidió que concretara algunos de esos incentivos y se refirió expresamente a "pagar salarios más altos en Atención Primaria", pero también a fomentar la posibilidad de promoción y de realizar investigación, así como la flexibilidad para conciliar la vida laboral y la familiar.
Aglutinar demanda para la compra de vacunas
Además del refuerzo a corto plazo de la Atención Primaria, propuso, también con la mayor urgencia posible, la elaboración de un Plan para epidemias, que trascienda a la actual por Covid-19 y que incluya "una reserva estratégica" de material de protección. Siguiendo con los suministros, González se refirió a la adquisición de vacunas para la Covid-19, una vez que se consiga el éxito con algunos de los proyectos de investigación en marcha. Consideró, a este respecto, que lo más razonable es "hacer una coalición de demandantes" para que los 20 millones de dosis que podría necesitar España no sobrepasen el 1% del gasto sanitario. "Si costara 300 euros cada tratamiento, como cuestan algunas de las últimas vacunas aprobadas, el gasto se nos iría a los 6.000 millones, lo que supondría en torno al 8% del gasto sanitario público".
Estas referencias al gasto sanitario público fueron constantes durante su intervención, y enlazan con su idea de que "aumentar el gasto en salud no es necesariamente bueno". De hecho, se mostró en contra de una propuesta a la que aludió la representante de Unidas Podemos, Rosa Medel, consistente en elevar al 25% el gasto en Atención Primaria. Esta economista considera que las cifras pueden convertirse "en una trampa", y apeló en diversas ocasiones a una realización del gasto basada en el valor social de las intervenciones. Para ello, el avance en la utilización de los sistemas de información, otra de sus propuestas estratégicas, resultaría fundamental. De hecho, consideró que no aprovechar todos los datos que se generan hoy en el SNS "es un despilfarro".
Además del aprovechamiento de los datos, la garantía de que la cartera de prestaciones aporta el valor social esperado depende, a su juicio, de la aplicación de "criterios de coste-efectividad e impacto presupuestario, con desinversión en lo que no aporta y aumento de inversión en lo que sí". "No vale dejar entrar todo lo que aparece por la puerta", añadió, apelando a "la creación de un HispaNICE" como solución. Defendió, en este sentido, la labor de entidades independientes como la Airef, que estarían realizando una importante contribución social, opinó.
Además de para medir el valor de las intervenciones, la economista defendió que la interconexión y explotación de los sistemas de información puede ser muy relevante para avanzar en investigación biomédica. La socialista Ana Prieto le preguntó por la relevancia que ésta puede adquirir en un país como España. González aseguró que "es la gran palanca de sostenibilidad que puede aportar la Sanidad", teniendo en cuenta, dijo, "que en España podemos hacerlo bien, porque tenemos mucho talento y grandes hospitales donde ya se hacen muchos ensayos clínicos".
Miedo a una posible 'latinoamericación' de la Sanidad
Volviendo al concepto de valor, dentro de un sistema sanitario público, como el que es objeto de análisis, éste debe medirse, según González, en términos sociales, es decir, por "lo que aporta a la salud", lo que, subrayó, difiere del que aplica la sanidad privada, donde hay que "crear valor para el accionista, lo que no casa con el valor social, que se basa exclusivamente en aumentar la salud". A este respecto, mostró su "preocupación" por la posible "latinoamericación del sistema sanitario público" a la que puede llevar el desplazamiento de las clases medias a los seguros privados para evitar listas de espera, generando con ello rechazo al pago de impuestos con los que se financia el sistema público.
Eso a lo que denominó latinoamericación consistiría en mantener "una Atención Primaria para pobres, una cobertura pública total de las intervenciones más costosas, como las oncológicas y los transplantes, y un amplio catálogo de intervenciones intermedias cubiertas exclusivamente por los seguros privados". "Me preocupa mucho más esto que la atención sanitaria se pueda concertar con centros privados", dijo, reconociendo la necesidad de vigilar, en estos casos, que se produzcan transferencias pacientes de la pública a la privada por profesionales que operan en ambas esferas.
Finalmente, González defendió la necesidad de impulsar una profesionalización de la gestión, dotada con "autonomía y con las herramientas adecuadas". "Que se valoren los criterios de capacidad y no de lealtad política" para la selección de estos responsables, añadió. También defendió "introducir la competencia por comparación, para aprender del otro, incluyendo a centros públicos y privados, y también comparando entre CCAA".
Puso el broche a su intervención haciendo una mención a la necesidad de desarrollar la Ley General de Salud Pública y conseguir que su espíritu impregne de forma transversal la gestión del país. "Igual que estamos diciendo que el hospital no debe ser el centro, hay que decir que la Sanidad no es el centro de la creación de salud. Están los transportes, están las desigualdades, porque la pobreza mata. Hay que saber que la Sanidad es solo un elemento más y que lo importante es poner a la salud en el centro de todas las políticas", culminó.