El Sistema Nacional de Salud necesita de una reorganización de calado para afrontar los retos del futuro. Desde una gobernanza ejercida por el Ministerio de Sanidad mucho más profesionalizada y con medios que garanticen una correcta coordinación del sistema federal de salud que tenemos, hasta cambiar la manera en la que se relacionan con el sistema tanto los profesionales como los proveedores.
Estas son algunas de las recetas de Jesús María Fernández, ex portavoz de Sanidad del PSOE en la Comisión de Sanidad del Congreso y ex viceconsejero de Sanidad del País Vasco en su participación en la Comisión de Reconstrucción Económica y Social que se esta desarrollando en el Congreso de los Diputados.
Para Fernández, la pandemia del covid-19 ha servido como alerta para “darnos cuenta de que el sistema sanitario español es un buen sistema, pero necesita medidas para mejorarlo y para abordar los problemas de salud”, unos problemas que ya teníamos previamente al covid y que tendremos después.
Este experto ha querido poner en dimensión la gravedad del covid-19 en relación con otras enfermedades. Mientras que en el mundo han muerto 200.000 personas por esta pandemia, el cáncer ha provocado diez veces más muertes en el mismo tiempo, según Fernández, por lo que ha querido llamar la atención acerca del resto de enfermedades. Unas enfermedades que, además, por la falta de atención en estos últimos meses, podrán empeorar el pronóstico a corto, medio y largo plazo de quienes las sufren.
Gestión y provisión de servicios
Entrando en materia de la era postcovid, Fernández ha considerado necesario introducir modificaciones en la gestión y provisión de los servicios. A este respecto, ha explicado que es necesario “innovar y evaluar de modo transparente”. Igualmente, ha considerado necesario “internalizar la inteligencia y externalizar el trámite”, así como cambiar las condiciones del empleo del sistema sanitario para permitir su diversificación y flexibilización. “Necesitamos cambiar el modelo de gestión pública, no sirve para el sector sanitario la administración tradicional. Los sistemas de concurso, remuneración, no pueden ser los mismos”, ha señalado. En este sentido, ha considerado que el sistema retributivo y de carrera profesional en el sistema sanitario no da respuesta a los mejores profesionales.
En materia de gobernanza, el actual director de la consultora Hiris Care, ha señalado que es necesario un Ministerio de Sanidad fuerte y, a este respecto ha reclamado que la Secretaría General de Sanidad se convierta en Secretaría de Estado que, aunque pueda parecer similar “no es lo mismo, ni se está en los mismos niveles de decisión, ni tiene la misma capacidad de iniciativa política”. Además, instó a organizar un amplio sistema de agencias adscritas al Ministerio de Sanidad en temas tan diversos como salud pública, investigación, calidad y evaluación de tecnologías, salud alimentaría, digitalización y transformación tecnológica. Por otro lado, reclamó reforzar los medios del Ingesa y de la Aemps.
Para Fernández, la estructura a través de agencias tiene como una de sus ventajas el impulso a la colaboración público-privada, algo “imprescindible en la transformación de la sanidad y otros sectores ya que se pueden realizar proyectos cofinanciados y se puede remunerar adecuadamente a científicos o expertos de manera temporal que ayuden a poner en marcha estrategias de transformación”. A este respecto, recordó que esta forma de trabajo es la que se está utilizando en otros países de nuestro entorno ya que “es la más adecuada”.
En relación con la colaboración público-privada el ex diputado fue tajante a la hora de plantear que “España necesita un industria farmacéutica fuerte” y quiso quitar de la cabeza de los diputados la necesidad de generar en nuestro país una industria de equipos de protección y mascarillas. “Eso se improvisa rápidamente a partir de industria de tejidos”, pero lo que necesitamos es “industria de vacunas y de medicamentos, que eso no se improvisa en unas pocas semanas”.
Además, según Fernández, necesitamos un “sistema de gobernanza del SNS que entienda que es un sistema federal y en el que puedan participar todos los actores que tienen que ver con la sanidad, como pacientes, corporaciones profesionales”. A este respecto, recordó que el Ministerio de Sanidad tendría que estar “al servicio” del SNS federal, pero en las competencias propias, Sanidad debe tener “organismos centrales fuertes”.
Información y datos
En materia de sistemas de información y datos, instó a repensar la legislación europea en la materia. Se trata de una normativa que deja a la Unión en inferioridad de condiciones con respecto a Estados Unidos y los países asiáticos en materia de investigación. “Necesitamos repensar ese marco legal. A veces somos demasiado estrictos y creo que necesitamos una regulación para desarrollar en el espacio común europeo”, aseguró al tiempo que puso de manifiesto que Europa está “perdiendo la carrera” del desarrollo sanitario y económico por no permitir que esos datos puedan ser utilizados, con todas las garantías, pero facilitando su aplicación.
En lo que se refiere a Salud Pública propiamente dicha, lamentó que no se haya desarrollado la Ley General de Salud Pública, así como que las comunidades autónomas tengan su propia normativa. A día de hoy, “solo seis comunidades tienen una ley de Salud Pública propia”, explicó. Por ese motivo, pidió que se refuerce ya que esta disciplina, “no ha estado a la altura”, lamentó.
Además, entre sus recetas ha señalado que hay que recuperar el Instituto de Salud Carlos-III para el Ministerio de Sanidad y que hay que modernizar los sistemas de información de vigilancia epidemiológica.
Financiación del sistema
En lo que se refiere a la financiación del sistema y la cartera de servicios, ha reclamado una mayor financiación, pero no para “regar con dinero” las mismas actividades. “Hay que introducir reformas” y, entre ellas, ha citado la salud bucodental.
En materia de financiación también consideró necesario poner en marcha “más recursos y nuevos instrumentos de financiación que vayan en beneficio de la cohesión y la transformación y colaboración del SNS”. Entre ellos, citó el fondo de cohesión, el de garantía asistencial, pero también fondos finalistas destinados a innovaciones terapéuticas o a estrategias de transformación del sistema como en el ámbito de la genómica o la digitalización.
En materia de cohesión ha reclamado eliminar las carteras suplementaria y accesoria y reformar los copagos farmacéuticos para que sean fijados exclusivamente en función de renta y con topes para que los pacientes crónicos y que más servicios demanden no tengan una presión económica demasiado alta. Además, en materia de acceso a la cartera de servicios, puesto encima de la mesa que sería necesario que se controlasen las condiciones de calidad y acceso a esa cartera, “igual que se hace con las listas de espera”, ya que es importante evaluar “las condiciones en las que acceden las personas a las distintas prestaciones en cuanto a tiempo, calidad, resultados, etc.”.
Para cerrar su intervención, Fernández quiso establecer la hoja de ruta de cómo llevar a cabo las recomendaciones recogidas en el dictamen que realizará la Comisión. Según él es importante encargar cuantos estudios fueran necesarios para ampliar aspectos concretos de las recomendaciones en materia “sobre financiación, profesionales, transformación digital, integración socio-sanitaria”, al menos. Igualmente, recomendó la puesta en marcha de una Comisión Mixta Congreso-Senado para realizar seguimiento de las medidas a poner en marcha y que en el Consejo Interterritorial del SNS también se generen espacios de debate para “acompañar y coordinar la estrategia de reconstrucción del SNS”.
Por último, también reclamó un “acuerdo social político y profesional por la sanidad: partidos, sindicatos, corporaciones profesionales, pacientes, sociedades científicas e industria. Que nos pongamos de acuerdo con las bases que deben surgir tras el covid-19”.
