Política

El Plan de Recuperación en el ámbito sanitario, a debate entre los expertos

Analizar las implicaciones en la industria farmacéutica y el sector sanitario del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia ha sido el eje principal del segundo día de celebración en las Jornadas ‘II Health Economic Evaluation Summit’.

Analizar las implicaciones en la industria farmacéutica y el sector sanitario del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia ha sido el eje principal del segundo día de celebración en las Jornadas ‘II Health Economic Evaluation Summit’ cuyo objetivo principal ha sido servir de punto de encuentro de especialistas en la evaluación económica de las políticas de precio y financiación de medicamentos a nivel internacional. Carlos Lens, exsubdirector general de Calidad y de Medicamentos del Ministerio de Sanidad, moderador de la mesa, ha destacado que este Plan tiene como objetivo la superación de la crisis generada por la pandemia, transformando el tejido productivo y la economía española de forma que en sucesivas crisis económicas o de orden sanitario puedan ser abordadas con mayores garantías que la actual. 

Lens ha criticado que “el Plan dedica muy poco a la salud en general y al sector farmacéutico, en particular”. Según dijo, “es un plan muy voluntarista, pero le falta abordar cuestiones clave como el diagnóstico y las razones por las que España ha sufrido tanto”. Además, hizo referencia a la “importante ausencia de medidas reales en política industrial”, por este motivo, aseguró que “si las medidas de ciencia e innovación no van acompañadas de un trasfondo que nos permita que esos avances en ciencia y conocimiento redunden en un incremento en la riqueza del país, quizás no sea lo más acertado”, por todo ello, según él, “el plan tiene “aspectos francamente mejorables”.

El encuentro, organizado por la Cátedra de Economía de la Salud y Gestión Sanitaria de la Universidad Politécnica de Valencia y Esteve, contó con la participación del profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública, José Martínez Olmos; la directora general de Biosim, Encarna Cruz; el profesor y economista de la Salud de la Universidad Carlos III, Jorge Mestre y la Thought Leadership director de IQVIA, Laia Aguilar.

En su intervención, Martínez Olmos destacó que es importante abordar la respuesta que da Europa “en esta ocasión” para salir de la crisis, apostando por un impulso de la inversión en vez de la restricción presupuestaria que impuso en 2010. Por ello, debe afrontarse como “una oportunidad” para los diferentes sectores productivos en España, y en concreto, para el sector farmacéutico. Este experto señaló como relevante el papel de este sector y subrayó su comportamiento extraordinario para asegurar la disponibilidad y suministro de medicamentos, no solamente en relación a la covid-19, sino también en otras áreas. 

En este contexto matizó que esta oportunidad debería servir para “aprovechar la experiencia y los retos que ha planteado la pandemia con el fin de ganar en nuestro país, no solo presencia en investigación, desarrollo y de plantas” de producción mayor que la actual, sino, también con mayor presencia de capital español, para que contribuyan a la modificación del modelo productivo. Además, según él, debe servir para “dar visibilidad a la aportación que tiene la industria farmacéutica” y que el beneficio que se obtenga para el sector salud, “sea aún mayor”. 

Martínez Olmos aseguró que “el Plan debe ser capaz de responder a los desafíos de la propia innovación en el ámbito de los medicamentos”. Y, señaló que se requiere un “rediseño de la organización, por tanto, una visión estratégica, tanto desde la perspectiva de la gestión como de la incorporación del conocimiento que se pueden aportar desde otras áreas de la organización sanitaria”, como empresas y sociedades científicas, que, según dijo “tienen mucho que aportar en este rediseño, y que en algún momento serán imprescindibles”.

Otro de los aspectos que fueron destacados por el ex secretario general de Sanidad, fue la digitalización del SNS que se contempla en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. Y, a este respecto, concretó que, la posibilidad de contar con esta información y la gran cantidad de datos relativos a la salud, posibilita que se pueda realizar “análisis mucho más precisos de la efectividad y de las intervenciones farmacológicas, que influyen también en el diagnóstico en la vida real”. Además, según él, sería una oportunidad para rediseñar los procesos de investigación previos.

Visión desde la industria 

Por su parte, Encarna Cruz expuso la importancia de los biosimilares y las ventajas de su utilización, En concreto, recordó que en el periodo comprendido entre 2020 a 2022 generó un ahorro aproximado de 1.000 millones de euros anuales. No obstante, también explicó que la utilización de estos medicamentos aporta otras ventajas y entre ellas destacó que “permiten tratar a más pacientes”. La directora general de Biosim destacó que el sector farmacéutico es un sector estratégico y la pandemia ha puesto de manifiesto la importancia de disponer de un “sector farmacéutico localizado y fuerte”. Además, recalcó la necesidad de poder fabricar en el territorio europeo los medicamentos para obtener “el suministro a tiempo”. 

En este contexto, Cruz puso sobre la mesa que “los biosimilares pueden contribuir a manejar la situación sanitaria, económica y social”, tal y como ha quedado constando en los diferentes informes, como el Dictamen de la Comisión de Reconstrucción Social y Económica, el Spending Review de gasto hospitalario de la Autoridad Independiente (AIReF) y la Estrategia Farmacéutica para Europa 2025.

Por último, esta experta destacó la necesidad de replantearse si el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia y las medidas que recoge, realmente “responden a las necesidades que tiene la industria de biosimilares” y crea un entorno atractivo para la industria y sobre todo “si sirve como incentivo para investigar y fabricar biosimilares”. De esta forma Cruz, aseguró que “de nada sirve si luego solo se utiliza para bajar el precio, no solo del biosimilar sino también del medicamento de referencia”.

Desde su punto de vista, aunque valoró positivamente el Plan, refirió que este debería diferenciar entre genéricos y biosimilares, ya que de otra forma, se genera incertidumbre. Además, el Plan debería incluir objetivos y medidas concretas que permitan su monitorización y favorecer las actuaciones a medio y largo plazo, así como desarrollar en mayor medida la compra pública sostenible.  

Por su parte Jorge Mestre explicó el funcionamiento de la National Institute for Health and Care Excellence (NICE) y su Plan Estratégico que se acaba de publicar para el periodo 2021-2026. Dentro de este contexto, Mestre destacó la complejidad del mercado, en el que hay que tener en cuenta que “se encuentra dentro de un maremagnum de alto riesgo e incertidumbre”. Este economista señaló que existen “muchos agentes que deciden y decisiones a tomar a lo largo del ciclo de de la vida del producto y los diferentes agentes cuentan con distintas necesidades”.

Este experto expuso los valores de este organismo y resaltó su independencia, su permanencia en tiempo y, además destacó que su evaluación es “robusta, rápida y buena”, siendo estos aspectos clave que deben valorarse. Y, es fundamental destacar que “su evaluación es dinámica y se actualiza de forma regular”. Por este motivo, es un organismo que cuenta con “liderazgo en ciencia e investigación”, recalcó.

Mestre señaló que es esencial poner sobre la mesa que el panorama del sector del medicamento “siempre está en constante evolución”. Además, explicó que el medicamento es un ‘input’ dentro del sistema sanitario. Según expuso, debe tenerse en cuenta que los sistemas sanitarios deben de recuperarse del impacto de la pandemia y lograr transformarse en sistemas ágiles y dinámicos, siendo más resilientes. Y en este sentido, apuntó que “se debe hacer en colaboración y partenariado con todos los agentes involucrados en la industria farmacéutica'', concluyó este economista.

Por su parte, Laila Aguilar explicó el último informe de la Federación Europea de Asociaciones e Industrias Farmacéuticas (Efpia) sobre tiempos de acceso y destacó sus principales resultados. En concreto, hizo referencia a que “se observan muchas diferencias en cuanto a la disponibilidad de la innovación en los diferentes países de Europa”. Para esta experta, eso significa que “muchos pacientes no reciben los tratamientos más novedosos y adecuados para su patología”. 

Aguilar expuso que uno de los grandes retos en España, respecto al proceso de aprobación de los productos innovadores, en sintonía con Lens, “es la falta de transparencia para poder entender las causas por las que determinados productos no están disponibles”. Además, destacó que conocer estos motivos “ayudaría a encontrar estrategias y soluciones”. Según dijo, las causas pueden ser “múltiples y no se precisan” en las resoluciones.

Para esta experta, es esencial adoptar medidas para mejorar esta disponibilidad y, más allá de la transparencia, “es necesario repensar los procesos y adaptarlos al tipo de innovación que está llegando, además de implementar formas alternativas de financiación”. Aguilar hizo referencia a la importancia de la colaboración público-privada para poder aunar capacidades y gestionar los datos con los que se cuentan, ya que, según dijo, “la aprobación de más medicamentos aumentaría la competencia”.

Aguilar concluyó su intervención destacando que estamos ante “una oportunidad para aprender a hacer las cosas de forma diferente y mejorar”. Y, aseguró que, es necesario “valorar las eficiencias de los fármacos” y, más allá de estos, “valorar la eficiencia sobre el sistema de salud en general y sobre la sociedad en su conjunto”. Por ese motivo, según ella es esencial apostar por la digitalización y el uso de los datos para mejorar el sistema con el fin de avanzar hacia “una sanidad mucho más preventiva y poder ser capaces de diagnosticar de manera más temprana a los pacientes”, concluyó esta experta.

HispaNICE, ¿sí o no?

En el debate posterior los ponentes ofrecieron su punto de vista sobre la puesta en marcha en España de un Instituto de Evaluación de Tecnologías Sanitarias, el llamado “Hispanice” y si tendría engarce con la asignación de fondos y aplicación de estos programas. En este sentido, Martínez Olmos señaló que “es un camino que hay que recorrer”. No obstante, matizó que “es contrario a hacer fetiches”. Para este experto, es importante avanzar en la idea de fuerza de los que defienden esta propuesta, en el sentido de “dar más inputs técnicos a la toma de decisiones, además de explicar el porqué se asumen o no determinadas decisiones desde la parte política sanitaria o farmacéutica”. Además, matizó que “el cómo se formalice dependerá de muchas situaciones, ya que ”no estamos acostumbrados en España a que existan organismos técnicos que den soporte a la toma de decisiones pero, debemos trabajar en esa línea”. Por su parte, Cruz señaló que, en la línea estratégica 18 del Plan de Recuperación, donde se establecen las mejoras de capacidades de evaluación de las tecnologías sanitarias, podría tener encuadre. Para la directora general de Biosim es necesario reflexionar para aportar propuestas de mejora en los procedimientos de evaluación de las tecnologías sanitarias, siendo clave, según dijo “que deben permanecer en el tiempo”. Por ello, “no se debe pensar solo en su aportación inicial, sino como consolidarlo y que perdure en el tiempo”. 

En esta cuestión, Mestre, como firmante del manifiesto que lo propuso, aseguró que es esencial que se implante este organismo, y se implemente el concepto de evaluarnos y reevaluarnos, que cuente con criterios transparentes y con una reglas de juego consensuadas.

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