La presidenta de MSD ha retomado el planteamiento de Rainer Becker, director general adjunto de Productos Médicos e Innovación de la Dirección General de Salud y Seguridad Alimentaria de la Comisión Europea, que intervino en la primera jornada del encuentro, para animar a que la renovación de la legislación europea quede cerrada este año, durante la presidencia de Dinamarca. “Creo que tenemos ciertos apoyos para proteger las patentes, ya que la protección de datos es algo absolutamente fundamental. Ocho años deberían ser un mínimo, pero se puede llegar a algo más”, ha planteado.
Asimismo, ha hecho un llamamiento para la recuperación de los incentivos al desarrollo de nuevos antimicrobianos, que parece haber caído en el olvido en un entorno de preocupación por otras áreas, como la de oncología y cardiovascular. “El desarrollo de resistencias a los antibióticos es clave”, ha añadido.
En cada una de estas cuestiones, ha recordado que los procesos son largos y tediosos, y ante ellos “hay que establecer prioridades para ir zanjando los temas, los grandes logros se consiguen capítulo a capítulo”.

Argelich había sido la primera participante en responder a la pregunta del moderador sobre cómo se están asumiendo las políticas del gobierno de Donald Trump. En su análisis, el ‘modus operandi’ de esa administración es anunciar públicamente medidas drásticas y, a medida que se cierran los plazos para su implantación, aceptar un cierto retroceso sobre sus intenciones iniciales que “puede parecer favorable respecto al anuncio inicial, pero que no eran los términos del punto de partida”.
A su modo de ver, resulta particularmente preocupante la incertidumbre que afecta a los nuevos lanzamientos, ya que dificulta enormemente la planificación. En ese marco de incertidumbre considera irrenunciable, y clave, la protección de datos.
Sandra Orta ha añadido que las dificultades en planificación son un reto hace años, y se ha referido a la necesidad de proteger la innovación en Europa y España. Reino Unido y Alemania son algunos de los países que ya han puesto en marcha medidas para incentivar el desarrollo de ensayos clínicos en sus respectivos territorios. Mientras RU ha pasado de perder la mitad de ellos (en el periodo inmediatamente anterior a la pandemia) a incrementarlos en un 12%, en Alemania está pendiente de valorar el impacto de estas medidas.
La actual “tormenta” a la que se enfrentan tanto España como Europa “es un momento que puede servir para reinventarnos”.
Sergi Aulinas ha recordado que la balanza se inclina, de momento, en favor de Europa en términos de fabricación, una posición que Estados Unidos amenaza, con el agravante de que no se ha materializado aún una respuesta en forma de plan definido y decidido.
Aulinas ha recordado las ocasiones en las que compañías con sedes fuera de nuestro entorno han forzado desplomes de precios de medicamentos esenciales (se centró en uno para el cáncer de próstata) para luego desaparecer de un día para otro, no sin antes dejar al fabricante en suelo español fuera del margen de rentabilidad.
“Si no protegemos el tejido industrial europeo, veremos más situaciones de este tipo en el futuro, la falta de confianza conduce a la desinversión, y es en momentos difíciles como el actual cuando hay que actuar, desde la confianza de nuestros logros anteriores y sin miedo”, ha asegurado.
De la noción de orgullo partía también en sus consideraciones Rodrigo Bonilla: “Partimos de algo muy sólido, y a partir de esa fortaleza debemos negociar”. En su opinión, un buen ejemplo de esta ‘ventaja’ inicial es la posición de fortaleza de España en cuanto a desarrollo de ensayos clínicos, producto de que en el pasado se realizaron esfuerzos para conseguir el liderazgo actual.
A preguntas del moderador, Bonilla ha abordado la normativa de aguas residuales subrayando que el compromiso del sector con la protección del medio ambiente es claro y decidido, y por eso mismo se niega a aceptar la enorme disparidad aplicada por la Unión Europea sobre el principio de ‘quien contamina, paga’. La directiva atribuye a la industria farmacéutica un 80% del coste de la directiva, mientras que los estudios sugieren que la proporción correspondiente sería de un 16%.
Sergi Aulinas ha considerado positivo el futuro reglamento de medicamentos críticos de la UE como instrumento para proteger la capacidad de producción del Viejo Continente, aunque ha insistido en la necesidad de que la política de precios acompañe a la normativa “o habremos pasado años debatiendo medidas legislativas sin alcanzar resultados prácticos”.
Por otro lado, Sandra Orta ha lamentado que aún exista un cierto miedo o reticencia a la colaboración público/privada, que es en realidad una herramienta fundamental para fomentar la I+D.
Ana Argelich ha añadido que Europa haría bien en simplificar regulaciones, con mínimos acordados, para que la máquina de la UE funcione con mayor agilidad.













César Hernández, director general de Cartera y Farmacia del Ministerio de Sanidad:
Kilian Sánchez, secretario de Sanidad del PSOE y portavoz de la Comisión de Sanidad del Senado.:
Rocío Hernández, consejera de Salud de Andalucía:
Nicolás González Casares, eurodiputado de Socialistas & Demócratas (S&D - PSOE):
Juan José Pedreño, consejero de Salud de Murcia: