La 15ª edición del Congreso de la EACPT (European Association for Clinical Pharmacology and Therapeutics) ha tenido lugar recientemente en Atenas, bajo el lema 'Farmacología clínica, ahora más que nunca’. Tras volver al formato semi-presencial, la edición ha reunido a más de 400 especialistas, que han compartido sus conocimientos y debatido sobre cómo utilizar herramientas innovadoras para resolver los numerosos desafíos a los que se enfrenta la atención médica moderna.
Entre otros temas de actualidad, se han abordado las estrategias de previsión de riesgo en farmacovigilancia de productos, las mejoras en el acceso a los medicamentos innovadores, las novedades en terapias avanzadas o la búsqueda de nuevos enfoques y tratamientos personalizados frente al aumento progresivo de la esperanza de vida en la población mundial, particularmente en Europa. Igualmente, se ha discutido sobre los medicamentos en desarrollo o de reciente autorización para el manejo de la Covid-19, así como las oportunidades que plantean las vacunas de ARNm en otras áreas terapéuticas.
“En este 15º Congreso de la EACPT se han presentado las experiencias de diferentes grupos de farmacólogos clínicos que dan soporte al desarrollo de investigación clínica con terapias avanzadas y otro tipo de medicamentos innovadores, y se ha puesto de manifiesto que el papel del farmacólogo clínico en el diseño metodológico de ensayos clínicos, la coordinación de los ensayos clínicos y el apoyo regulatorio es crucial”, explica Lucía Arellano, farmacóloga clínica del Hospital Clínic de Barcelona y miembro del grupo de comunicación de la Sociedad Española de Farmacología Clínica (SEFC).
Los farmacólogos clínicos abarcan áreas de trabajo muy diversas, desde la perspectiva molecular con la que se evalúan las interacciones entre el fármaco y su objetivo, hasta la atención individual del paciente y las consideraciones epidemiológicas y globales para el uso seguro y eficaz de los medicamentos. Para ello, los farmacólogos hacen uso de herramientas y tecnología puntera, para poder aplicarlas a la medicina. En este sentido, la reunión de este año ha puesto el foco en los avances en el uso de biomarcadores en la lucha contra el cáncer, las aplicaciones basadas en inteligencia artificial y el diseño innovador de ensayos clínicos, para poder hacer frente, entre otras cuestiones, a una población presente y futura con una esperanza de vida cada vez más alta.
“A nivel europeo ya existen diversos programas formativos de prescripción de fármacos e iniciativas para homogeneizar el diseño y desarrollo de ensayos clínicos”, apunta la Dra. Arellano. Por su parte, Joaquín Sáez, farmacólogo clínico del Hospital Clínic de Barcelona y miembro también del grupo de comunicación de la SEFC, comenta que “es fundamental que los profesionales estén preparados para atender a pacientes cada vez más longevos y con más comorbilidad y polimedicación, debido al incremento progresivo en la esperanza de vida media”. Por ello, la tecnología y la innovación biomédica juegan un papel muy importante en nuevos avances farmacológicos que ayudarán a mejorar la calidad de vida de la población envejecida.
La Farmacología Clínica es una especialidad muy presente en el día a día de la sanidad española, y esto se ha hecho especialmente patente durante la pandemia, época de obligados avances médicos en la que se establece la necesidad de dar una respuesta inmediata a las peticiones de los pacientes. Más allá de la Covid-19, los avances tecnológicos aplicados a las mejoras farmacológicas se han visto reflejados en el desarrollo de nuevos proyectos en terapias avanzadas a nivel europeo, entre ellos ORTHOUNION y ARI-0001, presentados durante el congreso.
El primero es un ensayo clínico ortopédico aleatorizado con implantación de células madre mesenquimales (CMM) expandidas, provenientes de médula ósea y biomaterial. El proyecto, financiado con 6 millones de euros por el programa EU H2020, está integrado por 11 socios y 3 terceros de países como Francia, Alemania, Italia y España, bajo la coordinación de la Universidad Autónoma de Madrid. ARI-0001, por su parte, es un medicamento de terapia avanzado para pacientes con leucemia linfoblástica resistentes a los tratamientos convencionales. Ha sido desarrollado en España por el Hospital Clínic de Barcelona, y es el primer CAR-T íntegramente desarrollado en Europa aprobado para su uso en pacientes.
Según Sáez, “es importante que desde la Administración se tenga más en cuenta el papel imprescindible de la Farmacología Clínica en competencias como la selección de medicamentos, el acceso razonable a nuevas tecnologías sanitarias, el diseño y ejecución de ensayos clínicos, la farmacogenética, la farmacovigilancia y en general, la innovación y uso racional de nuevas tecnologías sanitarias”. Además, para que todo esto pueda llevarse a cabo se necesita dar soporte a los jóvenes farmacólogos clínicos, y conseguir su acceso a puestos estables de trabajo, en Hospitales, Universidades y Agencias Regulatorias. “Los jóvenes médicos especialistas en Farmacología Clínica son el futuro”, concluye el doctor.