El Gobierno andaluz, presidido por Susana Díaz ha contado con los apoyos de Ciudadanos para ser investida presidenta. No obstante, de ahora en adelante tendrá que pactar una a una todas las leyes que quiera sacar. Solo puede ayudarse por Ciudadanos o Podemos. Para analizar cuál es la visión del partido Podemos en Andalucía en materia Sanitaria, Diariofarma ha realizado una entrevista a Juan Antonio Gil, portavoz de la formación en la Comisión de Sanidad del Parlamento Andaluz.
Pregunta. ¿Cuáles son las principales preocupaciones de Podemos Andalucía en materia Sanitaria?
Respuesta. Los ejes vertebradores de la política sanitaria de Podemos, son siete puntos. Primero una integración de la política sanitaria y social; segundo una mayor inversión en Atención primaria; tercero, incrementar el gasto sanitario por persona; cuarto, crear un observatorio estatal de la desigualdad y armonización de la legislación sanitaria en todo el territorio nacional; quinto, evaluar el impacto de los servicios; sexto, mejor gestión de los profesionales y séptimo la política farmacéutica.
P. Empezando por este último, ¿cómo ven la subasta de medicamentos?
R. Tenemos que analizar y evaluar qué líneas de actuación llevar a cabo. Ciudadanos quiso apostar por la abolición del sistema de subastas de medicamentos, pero en nuestro grupo parlamentario, estamos hablando con los profesionales de forma coordinada a nivel estatal, porque creemos que la subasta no es mala de por sí, si se realiza de forma coherente con una serie de medidas e intervenciones del Estado. Por ejemplo, fomentar la centralización de las comparas a nivel autonómico y estatal través de la economía de escala. Ahora bien, el nuevo modelo productivo nacional de la industria farmacéutica tiene que pasar por que las empresas fabriquen productos en el territorio para fomentar el empleo, ligar el modelo productivo a la investigación y desarrollo o a sectores económicos de mayor valor añadido. En este sector buscamos un mayor control y efectividad de los medicamentos. Lo que puede ocurrir es que la industria farmacéutica se desmantele y luego es muy difícil volver atrás.
P. Pero el modelo actual de subastas en Andalucía es todo lo contrario a lo que está comentando, son empresas indias, eslovacas, etc. que no fabrican en España, vienen aquí, descargan el medicamento y se van, ¿harían un frente común con PP y Ciudadanos para que el Gobierno andaluz dé marcha atrás a las subastas?
R. Sí, por supuesto, que sí. Entiendo que es una cosa de sentido común. Ahora mismo el PSOE quiere exportar este modelo a otras comunidades autónomas y la forma con la que está explicando este modelo es totalmente falsa. Sólo se han reducido el 25% de los costes que tenían previstos. A lo mejor esos 45 millones de euros son importantes para invertirlos en otras partidas que tengan valor añadido, pero no se evalúan los sobre costes en pacientes crónicos que no tiene adherencia adecuada y que puede repercutir en mayor coste sanitario. Están cifrando y evaluando una pequeña parte de a lo que realmente afecta la subasta de medicamentos, es un sinsentido.
P. ¿Qué otros aspectos les preocupan de las subastas?
R. Apostar únicamente por principio activo sin tener en cuenta más factores, es un error. Cuando ha habido subastas a las que concurren varias empresas por un mismo producto, sea optado, por unos céntimos de diferencia, por aquellos que los prospectos viene en otro idioma. El principio activo no representa la realidad del medicamento, hay que tomar otras consideraciones como comprar productos generados aquí y apostar por un nuevo modelo productivo que coordine la investigación y desarrollo, coordinado con las universidades con las compras, mayor empleo, etc.
P. Andalucía, junto a Cataluña y País Vasco es de las pocas comunidades que no participa en ninguna de las compras centralizadas organizadas desde el Ministerio, como lo ven?
R. Mal, porque si se está buscando esa fórmula para mayor eficiencia y ahorro, no tiene sentido no sumarse a esas compras.
P. ¿Se prima, tal vez, el aspecto político antes que los ahorros?
R. Por supuesto, el aspecto político prima más. Se quiere abanderar una independencia o que el sistema andaluz sea de los mejores de España y después ves que tiene 1.044 euros de gasto por persona, uno de los más bajos. La realidad desmiente lo que el PSOE abandera.
P. Una de las primeras actuaciones del gobierno andaluz ha sido aprobar el anteproyecto de Ley de Garantías de Sostenibilidad del Sistema Sanitario, ¿han analizado ya el texto?
R. Podemos resumirlo en ambigüedades y palabras vacías. Primero, porque no tiene un proyecto financiero que lo respalde y, segundo, porque está lleno de generalidades. Utilizan la ley para una pose política y la redactan de forman ambigua para después hacer lo que ellos quieran. No es una ley a la que se puedan ceñir y llevarla a cabo. Sólo hay ambigüedades para poder dar marcha atrás.
P. En la ley, blindan aspectos como las subastas o las alternativas terapéuticas equivalentes, que son temas que están en los tribunales, ¿cómo lo ve?
R. Yo creo que principalmente es la soberbia de no dar marcha atrás sobre una política que no está teniendo resultados, falta de escuchar a los profesionales, a las farmacias o a los pacientes, que son los acores principales. Si tú haces leyes, políticas sin escuchar a esos actores principales, te salen leyes incongruentes. No hay canalización de información entre el servicio que se presta, la legislación que se realiza y los resultados sobre los usuarios.
P. En otras comunidades, Podemos propone crear una industria farmacéutica pública que provea de medicamentos al sistema…
R. Consiste en recuperar sectores estratégicos, como el de la energía, la banco pública y, por supuesto, el de la salud. Todo gira entorno a recuperar las externalizaciones y conseguir un mayor control e intervención del Estado, en tanto en cuanta el sistema neoliberal falla y se descabalga, no se autorregula y no cumple con las necesidades de la ciudadanía y hace que primen los intereses puramente económicos.
P. ¿Cómo valoran el modelo de oficina de farmacia, piensan que es necesario algún cambio?
R. En cuanto al modelo de farmacia, hay que sentarse con los profesionales, acercarlo más a la ciudadanía y ver de qué manera se pueden potenciar los servicios de la farmacia para que no se saturen otros centros, como los ambulatorios.
P. Y en cuanto a su ordenación, ¿en qué línea se moverían?
R. Si se autorregula de forma satisfactoria, no habría necesidad de abusar de normativas para regular algo que de forma natural a lo mejor tiene más sentido. Creo que tiene que haber un equilibrio, en cierto sentido. Ayudaría si a determinadas farmacias se las dotara de algunos servicios, hicieran, entre comillas, de ambulatorios y los pacientes se beneficiaran de esos servicios. Esta parte de intervención, junto con el equilibrio auto-regulador del sector farmacéutico teniendo en cuenta las necesidades y los objetivos que se persigan.
P. ¿Entonces, son partidarios de abrir la puerta a cambiar lo que hay ahora mismo?
R. Sí. Abrir la puerta no significa que donde funciona haya que cambiarlo, sino dar la opción. Para eso hay que crear consejos ciudadanos con diferentes colectivos y que sean ellos los que participen y tomen las decisiones, que los profesionales, pacientes y el sector de la farmaindustria se sienten juntos. Si se impulsa una farmaindustria pública, se sentaría con todos los demás. No se trata de crear una empresa paralela, a lo mejor significa impulsar las ya existentes y competir teniendo en cuenta otros factores con empresas externas que no pasan los controles o no tienen la función social que se busca.