La innovación, las nuevas tecnologías, o la importancia de las evaluaciones económicas, fueron entre otros, los principales temas abordados en la primera mesa debate celebrada en el I Encuentro de expertos en gestión sanitaria y economía de la salud, moderada por José María López Alemany, director de Diariofarma y que congregó a especialistas en gestión sanitaria y economía. Los expertos analizaron en profundidad la innovación farmacéutica y las recientes experiencias internacionales.
En el inicio del debate, que tuvo lugar en la Universidad Pompeu Fabra y que ha contado con la colaboración de Almirall, se expuso por los participantes “qué debemos entender cuando hablamos de innovación”. En este sentido, Antonio García, profesor titular de farmacología y terapéutica clínica de la Universidad de Málaga, señaló que, “cuando se habla de innovación, lo importante es hablar de innovación en el paciente”. En este sentido, subrayó que cuando se habla en términos como precio basado en el valor, es frecuente olvidar al paciente.
Nieves Martín Sobrino, directora técnica de asistencia farmacéutica de la Junta Castilla y León, por su parte, puntualizó a este respecto que en el ámbito sanitario “no todo lo nuevo es innovador”. Para la experta “innovador es aquello que aporta la terapéutica, de interés para el paciente, fundamental para el paciente , pero también pueden considerarse innovadores aspectos como el manejo del producto y la seguridad, es decir, otras cuestiones que acompañan a los medicamentos.
Desde otra perspectiva, Néboa Zozaya, directora Health Economist de Fundación Weber, coincidió con el resto de los asistentes en la importancia de la innovación, y señaló que hablando de eficiencia debería incorporarse “la calidad de vida”. Además, para esta experta, hay un factor importante que se encuentra fuera del paciente, como es “la liberación de recursos”.
Y por último, Jorge Mestre, economista y consultor freelance, recalcó que hablando de innovación “el paciente es central”. Para el experto se puede decir que algo es innovador en función de muchos atributos, por lo que hay que utilizar definiciones más amplias. Como punto de partida explicó que según la teoría económica, “la innovación la decide el usuario final”, pero en este sector, existe un conglomerado de actores, prescriptores, pagadores, pacientes que toman decisiones y actúan. Por ello, el determinar si existe o no innovación variará dependiendo del punto de vista de quien se mire.
A este respecto, los ponentes debatieron en relación a si los fármacos me-too son o no innovación, algo que en muchas ocasiones se ha negado. En este apartado la representante de Sacyl explicó que hoy en día muchos de los me-too que se lanzan sí que ofrecen una innovación dado que fomentan la competencia en precios y, por tanto, ahorran costes.
Efecto compensación de la innovación
Entre las cuestiones que se abordaron en el debate se analizó lo que aporta la innovación. En este sentido, Zozaya abordó el efecto de “compensación de la innovación” haciendo un repaso sobre uno de sus últimos trabajos, donde se recoge un estudio y análisis en profundidad sobre los grandes avances que han aportado los medicamentos. Según estos estudios, la incorporación de la innovación genera importantes ahorros tanto sanitarios como indirectos que llegan a superar en algunos casos la inversión realizada.
No obstante, tal y como reconoció la propia Zozaya, este efecto ha generado controversias por algunas corrientes que apuntan que los medicamentos recogidos en estos análisis son antiguos e incluso critican la metodología utilizada.
Por su parte, Martín Sobrino expuso que el valor de los medicamentos es innegable y a lo largo del tiempo está perfectamente documentado. No obstante, señaló que nuestra realidad no es comparable con la americana, ya que existen diferencias muy importantes. Además, también aseguró que estos estudios tenían “carencias”, por lo que habría que revisar y profundizar en los trabajos para tenerlos en cuenta.
En relación a la visión de la administración en cuanto al retorno de los ahorros que se generan, la existencia de departamentos estancos en el ámbito presupuestario y el horizonte temporal en el que esperan el retorno de las inversiones, Martín Sobrino aseguró que en las administraciones “no se intenta ser demasiado cortoplacista, es un segmento muy dinámico en el que no te puedes dormir mucho”. Además, según indicó “se toman decisiones con la mayor solvencia y evidencia posible”.
Martín, también, destacó que “aspectos como la mejora de la calidad de vida, la carga de la enfermedad, la mejora de la productividad y el acortamiento de los periodos de baja laboral de los pacientes, son aspectos que, aunque no obliguen a modificar la decisión, sí se tienen en cuenta” ya que tienen una “importancia relevante”.
Evaluación económica en la toma de decisiones
Por su parte, Mestre explicó a los asistentes al debate las diferencias existentes entre el modelo español y el inglés. En este sentido, hizo referencia a la existencia de precios libres, control de beneficios, aclarando que este es un control de costes, y además los incentivos a la prescripción, ya que en Reino Unido no existen precios de referencia. Por otro lado, también explicó la existencia de techos de gasto de medicamentos de marca, que se negocian cada cinco años. El experto, también, aclaró que existen grados de libertad en la ponderación de los AVAC.
Mestre, apuntó que “cuando el NICE te dice que no, es decir que no te recomienda porque no eres competitivo, existen otras puertas de entrada, como Patient Access Scheme.
Así, explicó que si el NICE dice que si , pero si el impacto presupuestario potencial de ese medicamento es de 20 millones de libras durante los tres primeros años, hay que negociar la entrada con el NHS, que es el pagador, y es más duro negociaciones que el NICE.
La representante del Servicio de Salud de Castilla y León (Sacyl) señaló que “le parece muy interesante” todo lo que se hace en el NICE, pero el carácter confidencial, es decir, no son publicados, hace que “a pesar de la transparencia del NICE no son fácilmente trasladables a otros sistemas”.
Conciliación del valor social e innovación
En cuanto a la conciliación del valor social e innovación, García expuso que “no se tiene en cuenta el valor social para nada”. No obstante, para él existe un problema de entrada que debido a que “no sabemos los precios”. Por ese motivo, y con respecto al coste-efectividad, consideró dificultosa su elaboración puesto que se desconocen los costes reales, únicamente cuentan con los precios oficiales, por ello no se pueden realizar un estudio real. Así, “únicamente se puede ver la eficacia relativa del ensayo clínico, pero no la efectividad real”, aseguró.
Respecto a la necesidad de la evaluación de las tecnologías, la representante de la administración expuso que “son necesarias, cuando se tiene que decidir, si tienes un referente respecto a lo que aporta y qué valor tiene, se puede decidir de una manera más racional”. En el ámbito sanitario, considera que son muy importantes, tener datos comparados y con referentes es fundamental, aseguró.
Además, apuntó que “no existen facilidades en el ámbito sanitario para realizar ese tipo de estudios e informes”. En este sentido cree que decir que “las evaluaciones son vinculantes” es una afirmación desafortunada, deben tenerse en cuenta como referente en la toma de decisiones, pero no vinculan. Las necesidades del paciente, es el primer objetivo que debe tener un servicio de salud, aseguró.
Martín concluyó que “la evaluación económica es muy limitada” por lo que las tecnologías tienen que mejorar bastante, hay que invertir más en tecnología, para hacer más fácil a los profesionales la obtención de datos y lograr mejorar resultados en salud. Es decir, para poder explotar dichos datos, y facilitar los procedimientos. Pero todo eso, no es fácil ni se está haciendo en la suficiente medida. Y esto contribuiría a conocer lo que está pasando en la realidad en la práctica clínica. Deben incluirse los datos en la historia clínica, subrayó.
En relación a lo que aportará el Big data en su aplicación a la evaluación de innovaciones, Martín destacó la importancia de las preguntas que se realizan y luego analizarlas, así la experta considera que “hay que ponerles sentido común y conocimiento, para saber dónde estamos y dónde queremos ir”. “No debemos simplificar las cosas”, subrayó la responsable de Castilla y León. A este respecto, Mestre apuntó que “debemos saber para qué queremos los resultados obtenidos a través del Big data”.