La colaboración de la farmacia con los sistemas sanitarios, mediante la puesta en marcha de programas y proyectos de atención farmacéutica concertada y acordada con las comunidades autónomas ha sido una constante en los últimos años que, últimamente, se está impulsando de manera importante tanto por el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos (CGCOF) como por parte de algunas comunidades autónomas.
Durante el debate sobre ‘Experiencias de éxito de las CCAA para facilitar el acceso’ celebrado en el curso de verano ‘Experiencias de éxito en el acceso a la Innovación en los Sistemas Sanitarios’ organizado por la Cátedra Extraordinaria Salud, Crecimiento y Sostenibilidad impulsada por MSD y la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), celebrado en Santander, se dieron algunas de las claves y visiones que tienen las comunidades autónomas acerca de la farmacia asistencial.
Para el director general de Farmacia del País Vasco, Jon Iñaki Betolaza, el éxito se basa en tres elementos: querer, saber y poder. La clave está en que “no se obliga a nadie a participar en los proyectos”, pero se exige una formación “y se certifica a los profesionales”. Pero para participar, también se tiene que poder y, el farmacéutico, como empresario, “tiene que evaluar si el coste marginal que le supone, le compensa” en relación a sus circunstancias y los beneficios que obtiene para él y para sus pacientes.
Betolaza puso en valor “la inquietud de los profesionales de la farmacia comunitaria en farmacia asistencial” que observa en muchos de los farmacéuticos de su región, algo que “también ayuda” y es parte de ese querer y saber necesarios. Otra de las claves para el director general de Farmacia vasco es que “hay que establecer relaciones con socios, basadas en la proximidad y la confianza”.
Por su parte, la jefa del Servicio de Efectividad y Seguridad Asistencial del Servicio Navarro de Salud, Cristina Ibarrola, explicó que en Navarra tienen programas de asistencia ofrecidos por las farmacias de la región. Según explicó, dadas las características propias de ordenación existentes allí, que dan lugar a un alto número de farmacias, participar en estos programas “es algo competitivo para ellas”. La financiación de los servicios, sería algo a analizar en un futuro, pero no está decidido ya que “habría que redimensionar otros servicios”.
La subdirectora de Asistencia Sanitaria del Servicio Cántabro de Salud, Ana Tejerina, destacó la amplia relación que tienen con el colegio de farmacéuticos. En este sentido, señaló los programas que han puesto en marcha con diagnóstico de VIH, conciliación, etc. Además, anunció que se han puesto en marcha protocolos para regular la dispensación en farmacia de medicamentos que ahora mismo están en el hospital. El primero de ellos, quetiapina en mayores de 75años, fuera de ficha técnica, que pasa a dispensación en farmacia comunitaria con un protocolo.
Más allá, Tejerina señaló que se han pilotado estudios sobre adherencia y revisión de la medicación y aseguró que sería necesario valorar el papel de cada profesional en estas actividades ya que se trata “de una labor prioritaria del primer nivel asistencial”.
El papel de la farmacia en Madrid también fue destacado por la subdirectora general de Farmacia de la región, María José Calvo, que aseguro que “trabajamos mucho con las farmacias”. En lo que no se mostró muy favorable fue en el pago por los servicios ya que entendía que “ya hay cierto pago por los márgenes de las oficinas de farmacia” por la dispensación de medicamentos.
Más allá de este asunto, los diferentes representantes autonómicos destacaron algunos proyectos innovadores que han puesto en marcha en sus regiones. En este sentido, Betolaza expuso los diferentes programas de colaboración que han puesto en marcha con los farmacéuticos. “Hemos tenido una relación directa con la farmacia asistencial. La integración de las farmacias es una línea estratégica” y, en este sentido, valoró de forma muy importante el apoyo institucional al máximo nivel, dada la implicación del propio Lehendakari.
La representante de Madrid expuso dos programas: el de polimedicados y el de atención farmacéutica en centros sociosanitarios. En relación con el primero, destacó que el 87% de los pacientes polimedicados están incorporados al programa en el que participan todos los profesionales de los centros de salud del Servicio Madrileño de Salud (Sermas), así como 1.009 oficinas de farmacia. En relación a la atención a centros sociosanitarios, destacó que han contratado a cinco farmacéuticos con los fondos de uso racional que transfiere el Ministerio de Sanidad (por la tasa a la industria) y que el 100% de las residencias tienen un farmacéutico que colabora con el equipo multidisciplinar, aunque aún no se ha llegado a la compra de los fármacos.
En este sentido, Calvo explicó que la clave en este tipo de atenciones es la revisión de la medicación. “La revisión del tratamiento es la base fundamental, por encima de la adherencia. Hay que asegurarse de que los medicamentos que tiene prescritos sean los que de verdad necesita. Hay que trabajar la conciliación. Y una vez conseguido, pasar a la adherencia”.
Por su parte, Ibarrola fue clara al asegurar que había que “enfocar el sistema hacia la aportación de valor”, incluso en lo que se refiere al sistema retributivo de los profesionales. Para ella es clave la evaluación para “dar pasos hacia la financiación por valor así como desinvertir en aquellas que no aporten valor”. Para ello, analizar toda la información existente y cruzar registros ofrecen claves para la toma de decisiones que permitirían evaluar intervenciones que tienen un gasto mucho mayor que el de farmacia.
La subdirectora de Asistencia Sanitaria del SCS, expuso que toda la política de farmacia se realiza en red, “como garantía de equidad, calidad y seguridad”, ya que es una forma de trabajo en la que “se comparte y se avanza en objetivos comunes”. De este modo, tal y como explicó, han “alienado la prestación farmacéutica con las líneas estratégicas de la consejería”, lo que ha permitido “garantizar la equidad”.