Terapéutica

Patología cardiovascular, un reto social para España

El informe Hacia una mejor salud cardiovascular en España’ propone un cambio de paradigma en las ECV basado en la prevención, el uso de datos sanitarios y la equidad en la atención

“La salud cardiovascular es un reto social y sanitario de primer orden” y su abordaje “requiere contemplarlas desde la óptica de la salud públcia”. Así lo ha asegurado el ministro de Sanidad, José´Miñones en la presentación, este  miércoles del informe ‘Hacia una mejor salud cardiovascular en España’, elaborado por diversos expertos que abogan por un cambio de paradigma en la atención a estas enfermedades basado en la prevención, el uso de datos sanitarios y la equidad en la atención.

El informe, presentado por Farmaindustria, Efpia y PwC, ahonda en la situación actual de la patología cardiovascular  y propone una ampliación de perspectiva, que el ministro asegura compartir. ““No se trata solo de desarrollar la atención a las afecciones, sino a la salud en conjunto y desde el comienzo, evitando tanto el aumento de enfermedades como de los factores que predisponen a su desarrollo”, asegura.

Los datos que mueven a la elaboración de este informe resultan elocuentes. Durante2021, 326 personas murieron cada día en Españas a causa de alguna enfermedad cardiovascular (ECV). En total, fueron 119.196 los fallecimientos ese año, según los datos del Instituto Nacional de Estadística, que convierten estas patologías en la primera causa de hospitalización y muerte en España.

Estas cifras, señala el informe “son la muestra del gran desafío que supone el abordaje de estas enfermedades, que implican además un coste creciente para el sistema sanitario”. Según cifras señaladas en el trabajo, entre 2014 y 2020, el incremento del coste económico total relacionado con las ECV fue del 20%, hasta alcanzar un total de 7.700 millones de euros.

Aunque España es uno de los países con mayor longevidad del mundo y cuenta con la segunda tasa de mortalidad estandarizada por edad más baja de la Unión Europea, el impacto de las ECV va en aumento. Esta es una de las razones que ha motivado la aprobación en 2022, de la Estrategia en Salud Cardiovascular del Sistema Nacional de Salud, una iniciativa pionera en Europa y cuyo plan de ejecución se está trabajando.

El informe viene a añadir pautas y recomendaciones fruto del debate entre los agentes clave de estas patologías, procedentes tanto de las Administraciones públicas como del ámbito académico, clínico y la industria farmacéutica.

PwC ha sido la encargada de elaborar el documento, a instancias de Farmaindustria y la Federación Europea de la Industria Farmacéutica (Efpia), que impulsa en el continente una plataforma para la salud cardiovascular.

Cuatro minutos

La presentación del informe en la Real Academia Nacional de Medicina de España (Ranme) ha sido inaugurado el presidente de Farmaindustria, Jesús Ponce, quien ha ceñido su discurso de forma simbólica a cuatro minutos, el tiempo que separa en España cada muerte por esta causa.“Tenemos en estas enfermedades un desafío latente, un problema que puede quedar oculto y por tanto una llamada a la responsabilidad de trabajar por la salud cardiovascular”, ha asegurado.

La atención de las enfermedades cardiovasculares en España –igual que en la mayor parte de Europa— se ha focalizado en el tratamiento de los episodios agudos, como infartos de miocardio o embolias. De hecho, más de un tercio del coste sanitario total relacionado con las enfermedades cardiovasculares en 2015 se destinó a emergencias y hospitalización, y únicamente una cuarta parte al resto de atención hospitalaria y atención primaria.

El análisis de la situación revela falta de programas de prevención y de diagnóstico precoz. En uno de los factores de riesgo más importantes, la hipertensión, se estima que existen en España más de tres millones de casos sin diagnosticar. Como ha indicado el catedrático de Farmacología de la Universidad Complutense de Madrid, Juan Tamargo, “el 70% de la carga de enfermedad cardiovascular es atribuible a factores de riesgo prevenibles” lo que da cuenta de las posibilidades de actuación que existen en este ámbito.

El informe también revela un déficit en la prevención secundaria, la que se ha de producir después de un episodio agudo. Y es que sólo dos tercios de las unidades cardiológicas en España ofrecen rehabilitación cardíaca y sólo una de cada diez personas es consciente de sus niveles idóneos de colesterol.

Inequidad

Otra de las características de las enfermedades cardiovasculares es que no tienen la misma repercusión en toda España. Las diferencias son muy importantes y oscilan entre una tasa estandarizada por edad de 184 muertes por 100.000 habitantes en Madrid, frente a casi el doble en Asturias.

El documento muestra, además de las disparidades regionales, diferencias según los niveles educativos y de ocupación, que evidencian distintos niveles de exposición a los factores de riesgo. Las tasas de colesterol, de hipertensión, de obesidad o diabetes son menores en los profesionales de nivel más altos que en los trabajadores no cualificados.

El género es por último un factor de riesgo para las enfermedades cardiovasculares. Cada año mueren en España unas 7.000 mujeres más que hombres por estas enfermedades.

Estas cuestiones dejan patente el potencial de mejora y arrojan una conclusión, que la atención debe transitar del foco de la atención de episodios agudos en hospitales hacia la prevención en todos los centros de atención primaria. Un viraje que hace necesario mejorar la recopilación de datos, algo que se produce de forma desigual en España: sólo seis comunidades autónomas cuentan con un registro activo de ECV y, de ellas, únicamente la mitad utilizan los datos con fines adicionales a la elaboración de informes.

El estudio de PwC concluye con tres grandes propuestas y una de ellas es, precisamente, la recopilación de más datos, de mayor calidad y más accesibles para que puedan ser integrados en las historias clínicas electrónicas y, así, mejorar la atención. En este sentido, el jefe de Servicio de Cardiología y Unidad de Cuidados Continuados del Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela y catedrático de Cardiología en la misma universidad, José Ramón González Juanatey, ha subrayado la importancia de mejorar la recogida y medición de datos de salud e innovar en la organización: “No podemos seguir con modelos clásicos. En modelos digitalizados no toda la demanda se tiene que resolver con desplazamientos”.

Otra de las grandes medidas es mejorar la prevención, para lo que se propone la identificación de las personas en riesgo y la reconfiguración de las vías de prevención secundaria hacia la colaboración entre hospitales, atención primaria y la asistencia social. Por último, el informe propone avanzar hacia la equidad con la identificación de las poblaciones en riesgo desde atención primaria, así como de programas de prevención secundaria para las comunidades vulnerables, con la consideración de los patrones de desigualdad relativos al género, al nivel socioeconómico o al territorio.

Para lograr todos estos objetivos, se destacan algunas oportunidades clave, como la reserva de una financiación específica para estas patologías, que permita poner en marcha programas de diagnóstico precoz, o el fortalecimiento de la atención primaria, así como un mejor aprovechamiento de la tecnología digital y la continuidad asistencial entre los hospitales y los centros de salud.

Desde Farmaindustria, se defiende que “las enfermedades cardiovasculares son una prioridad y las compañías están comprometidas con su abordaje. Así, estas patologías se encuentran entre las que más ensayos clínicos acumulan en nuestro país y la investigación continúa enfocada en nuevas vías de tratamiento”.

Una mejor salud cardiovascular puede conseguir además sistemas sanitarios más resilientes y de mayor equidad, como puso de relieve el informe Hacia una nueva normalidad: por qué es fundamental mejorar la salud cardiovascular (en inglés), impulsado también por Efpia y PwC en Europa. En él se analizaba el impacto del Covid en las ECV y se proponían medidas para mejorar su abordaje. Este documento fue el punto de partida para el trabajo que hoy se ha presentado, ya centrado en España.

Además de la presentación del informe, en el acto han participado expertos de referencia (además de los ya mencionados) en esta materia que han profundizado en los próximos pasos que debe dar el Sistema Nacional de Salud (SNS) en materia de prevención y asistencia, como el presidente de la Ranme, Eduardo Díaz Rubio; la codirectora de la Plataforma de Salud Cardiovascular de Efpia, Victoria Tzouma; la socia responsable de Retail & Consumo del área de Sanidad-Pharma de PwC, Leticia Rodríguez Vadillo, y el cardiólogo del Hospital Universitario 12 de octubre e investigador del Centro Nacional de Enfermedades Cardiovasculares del Instituto de Salud Carlos III, Héctor Bueno.

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