El reto de la sostenibilidad del sistema sanitario ha sido la temática que ha centrado la jornada 'Medidas para la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud', organizada por Diariofarma. Un evento que se ha celebrado en Madrid y ha estado dirigido en exclusiva a parlamentarios de las Comisiones de Sanidad de Congreso de los Diputados, Senado y parlamentos autonómicos, así como asesores de los mismos y personal de las Consejerías de Sanidad y Ministerio de Sanidad.
La sesión, que ha estado patrocinada por Cinfa, Ipsen Pharma y Celgene, ha contado con la participación de representantes de 14 comunidades autónomas, así como Congreso de los Diputados y Senado, que a lo largo de una mañana han abordado la sostenibilidad desde diferentes puntos de vista.
La primera de las mesas contó con la participación del presidente de la Asociación de Economía de la Salud (AES), José María Abellán, y de Enrique Ordieres, presidente de Cinfa. El economista, rechazó tanto la postura que mantienen algunos de que la sanidad es tan importante que da igual los recursos que se tengan que dedicar, así como la contraria, que abogaría por denunciar un despilfarro absoluto y que es posible ahorrar una gran cantidad de dinero del gasto sanitario. “En el punto medio estaría la virtud”, señaló Abellán, que además realizó un repaso de lo sucedido en los últimos años con la evolución del gasto sanitario y las partidas que más han crecido y las que más se han visto reducidas.
Según explicó, si definimos sostenibilidad como la estabilidad de la razón gasto/ingreso, hasta 2006 esta se habría asegurado ya que tenía una pendiente descendente. No obstante, a partir de 2007, con una economía que iniciaba su recesión pero en la que se mantuvieron los gastos, esta relación creció, hasta 2011 para empezar a bajar entonces, aunque de forma lenta. Preservar esa sostenibilidad no es fácil ya que, según señaló el presidente de la AES, el crecimiento económico medio anual requerido para asegurar la sostenibilidad hasta 2016 es del 1,8% en términos reales.
De este modo, para mejorar la sostenibilidad, según Abellán, solo hay dos alternativas: O reducir la cobertura poblacional, de prestaciones o de pago (o una combinación de las tres) o impulsar una mayor eficiencia en la prestación de los servicios.
Por su parte, Ordieres expuso la inversión y riesgo que asumen las compañías farmacéuticas a la hora de desarrollar medicamentos. Los genéricos y los biosimilares, según explicó, no son una excepción ya que estos últimos pueden suponer una inversión de 200 millones de euro. En este punto destacó que su compañía es la única española que se ha embarcado en este proceso.
Por ese motivo, ante la gran cantidad de leyes que han ido cambiando el mercado en los últimos años, el presidente de Cinfa reclamó de los legisladores “un entorno predecible y estabilidad”, además de una normativa que permita el diferencial de precios.
Ordieres mostró también que en el ámbito del genérico también se producen diferencias entre comunidades autónomas. Algunas de ellas están incluso reduciendo su cuota de mercado de los medicamentos genéricos en los últimos tiempos. Del mismo modo señaló lo que él denominó ‘efecto subastas de Andalucía’, que ha supuesto para una compañía como Cinfa un impacto de más de 200 millones y ha beneficiado a múltiples compañías de origen extranjero que ni invierten ni crean empleo en nuestro país.
Los pacientes piden que se cuente con ellos
Los pacientes también tuvieron voz en la jornada, especialmente para reivindicar su papel en la sostenibilidad del sistema. Según la secretaria de la Plataforma de Organizaciones de Pacientes (POP), Esther Sabando, “el paciente es el más interesado en que el sistema sea sostenible”, algo a lo que puede contribuir con su información y formación. Eso sí, reclamó que la búsqueda de la sostenibilidad “no puede ser nunca a costa del ciudadano” y llamó a buscar soluciones para impedir que “nos marque más nuestro código postal que el código genético”.
Para luchar contra esa situación, los pacientes quieren ser realmente el centro del sistema y para ello reclaman la promulgación de una Ley de Protección a la Cronicidad; eliminar diferencias territoriales; un plan de Estado que garantice el acceso a tratamientos innovadores; garantizar derechos de los pacientes así como mecanismos de participación oficial.
La tercera mesa de la mañana abordó la sostenibilidad desde los ámbitos de autonomía y profesionalización de la gestión. En ella, el director gerente del Servicio Cántabro de Salud, Julián Pérez Gil, consideró importante “cambiar la oferta” y que esta no se base en pacientes agudos sino en pacientes crónicos. De este modo, tras redefinir los procesos, “los ahorros vendrán de menos hospitalizaciones y rehospitalizaciones”.
Según Pérez Gil es necesario un cambio de paradigma en la Atención del sistema sanitario ya que las mejoras de gestión ya no son suficientes. Hay que pasar, entre otras cuestiones, de un cuidado fragmentado a uno integrado y coordinado; de una atención reactiva a una preventiva; de una atención en urgencias y hospitales al medio comunitario; de pacientes pasivos a unos empoderados. La estrategia debe apoyarse en la implantación de nuevas herramientas, la ejecución de proyectos y la innovación impulsada por los profesionales.
Junto a él, el director gerente del Hospital Clínico San Carlos, José Soto, abogó por repensar muchas de las cuestiones que hace el sistema. En primer lugar señaló que hay que tener claro que lo que se hace en los hospitales “no es producir salud, sino servicios sanitarios” y, por tanto, lo que hay que procurar entre todos que los recursos que se invierten produzcan salud.
También señaló que hay cosas que hace el sistema sanitario que debe dejar de hacer, manteniendo otras. En este punto puso como ejemplo la reducción de camas hospitalarias ya que no siempre la hospitalización es la mejor opción.
Soto también señaló la necesidad de “utilizar el mercado a nuestro favor” y, por ello consideró que la nueva legislación de contratos del sector público “puede mejorar” la eficiencia de las compras. Por último, remarcó como necesaria la profesionalización de los gerentes y directivos de salud. “al sistema le vendría bien que quien se ponga al frente del sistema sea un profesional”, indicó.
Transparencia como catalizador de la sostenibilidad
La transparencia y la publicidad en el sistema sanitario también se han abordado en la jornada. El presidente de la Sociedad Española de Calidad Asistencial (SECA), Manel Santiñá, señaló que en nuestro país “no nos podemos quejar” de la cantidad de información, “otra cosa es que sea la que necesitamos”, agregó. Santiñá hizo un recorrido por diferentes instrumentos nacionales, regionales e internacionales de información e indicadores sanitarios.
El presidente de la SECA explicó que lo importante, más allá de medir, es que se mida lo que sea relevante, que se compare y que se aprenda, el benchmarking. Y en estas comparaciones, lo más relevante es aprender de los mejores y tratar de imitarlos. Los mejores tendrán que hacer por mantenerse y los otros tendrán que cambiar cosas para subir, explicó. Por ello, “es importante ver quién es el mejor y aprender de él”. No obstante, señaló que en nuestro país no es fácil ya que “hay una dificultad en compartir información entre las autonomías. Es un problema político”.
Por su parte, el presidente de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), Andrés Íñiguez, explicó los proyectos que su sociedad ha puesto en marcha en materia de benchmarking. En este sentido, explicó qué es SEC-Recalcar, una iniciativa que busca “desarrollar una política de colaboración con las administraciones públicas que promueva la mejora continua de la calidad de la atención cardiovascular”. Para ello se realizó un registro para conocer los recursos y actividad de las unidades de Cardiología y se valoró la repercusión de estos recursos en los resultados en salud.
Aparte de este proyecto, Íñiguez mostró también las claves de SEC-Excelente y SEC-Primaria otros proyectos que buscan analizar y compartir información entre profesionales.
La mesa se cerró con el director de la Unidad de Supervisión Deontológica de Farmaindustria, José Zamarriego, que hizo un repaso a los códigos y obligaciones de transparencia que la industria farmacéutica se ha autoimpuesto en los últimos años.
Zamarriego explicó que lo que se busca es la prevención y la transparencia con el objetivo de que los reguladores confíen en que el sistema funciona. Por ello, se trata de que todas las actividades de la industria se realicen “bajo los más estrictos principios éticos de profesionalidad y responsabilidad”. Además, el director de la USD explicó las características del último código y las motivaciones que han llevado a publicar las transferencias de valor a profesionales e instituciones sanitarias.
El reto de incorporar la innovación farmacéutica
En otra de las mesas se abordó el reto de la incorporación de la innovación al sistema sanitario. El director general de Farmaindustria, Humberto Arnés, explicó el impacto que han tenido los nuevos medicamentos sobre el incremento de la esperanza de vida en los últimos años.
Arnés también describió las líneas generales del Protocolo firmado entre Farmaindustria y el Gobierno y explicó que “además de garantizar la sostenibilidad, se crea un marco predecible para el sector y se garantiza el acceso de los ciudadanos a la innovación”. También señaló que es momento de “encontrar fórmulas flexibles que sirvan para conciliar la necesidad de sostenibilidad y la necesidad de acceso” y para hacerlo adecuadamente, explicó que había que considerar la innovación como una inversión y no como un gasto.
Por último, reclamó que la evaluación clínico-sanitaria de los medicamentos debe ser única, si puede ser a nivel europeo y, posteriormente incorporar el análisis económico que tendrá en cuenta las capacidades de pago.
Por su parte, el director de Governmental Affairs & Market Access de Celgene, Juan José Polledo, expuso los cambios que los medicamentos han aportado en muchas enfermedades como el VIH/Sida, la hepatitis C o el mieloma, entre otros. Patologías que han cambiado su historia natural gracias a los medicamentos.
Polledo también puso de manifiesto el riesgo que corren las compañías farmacéuticas al desarrollar un nuevo producto y destacó que aunque es una actividad que cualquiera podría intentar realizar, solo la industria farmacéutica se lanza a investigar y desarrollar productos, con los riesgos que conlleva. Por ello, reclamó la necesidad de retribuir cualquier innovación. “La innovación es progresiva y abre la puerta a innovaciones mayores. Por eso hay que retribuirlo. Si no se hace, se rompe el circuito de la innovación”, explicó.
El representante de Celgene también consideró necesario definir cuánto se quiere gastar España en Sanidad. Sin ello, “no se puede hablar de sostenibilidad”. Del mismo modo, explicó que hay que alcanzar un acuerdo “en temas de Innovación o evaluación”, indicó.
La mesa se cerró con la participación de la consejera Técnica de la Subdirección General de Calidad del Medicamento del Ministerio de Sanidad, Isabel Pineros, que explicó los procedimientos que se han puesto en marcha en las fijaciones de precios. Esta experta contó cómo se sucedieron las negociaciones con los laboratorios en el ámbito de la hepatitis C y cómo se utilizó la puesta en el mercado de nuevas alternativas para reducir los precios de adquisición de todos los medicamentos implicados.
Tal y como señaló, “con este esquema hemos conseguido aumentar el acceso, garantizando la calidad del tratamiento y con un gasto predecible”. Además, se ha trabajado en la puesta en marcha de un registro para monitorizar la efectividad de los tratamientos. No obstante, explicó que ha costado la unificación de los formularios y algunas CCAA todavía no han dado datos de efectividad, sólo de inicio de tratamiento.
La importancia de la asistencia sociosanitaria
La jornada se cerró con dos ponencias sobre la atención sanitaria y social. Joan Carles Contel, de la Dirección General de Planificación, Regulación y Recursos de la Generalitat de Cataluña explicó la importancia de los nuevos modelos de atención integrada sanitaria y social y expuso la experiencia del Programa de Atención a la Cronicidad de Cataluña.
Contel explicó la situación en la que se encuentran muchos pacientes, con presencia de multimorbilidad, que requiere una atención diferente a la prestada hasta ahora. Por ello señaló la importancia de disponer de mucha más información. Un ejemplo es el proyecto que se está dando de creación de bases de datos de Conjunto Mínimo Básico de Datos (CMBD) en atención primaria, salud mental, servicios sociales o urgencias.
Los datos, tal y como explicó sirven para estratificar a la población y gracias a esa información, se ha podido observar que el 5% de los pacientes consumen el 40% de los recursos, por lo que es prioritario actuar sobre ellos.
Por último, la directora de Relaciones Institucionales de Ipsen Pharma, Gloria Tapias, explicó los proyectos que han puesto en marcha para analizar las necesidades que tienen los pacientes, especialmente con proyectos creados por las propias asociaciones de pacientes y que en muchos casos van en línea de abordar diagnósticos precoces, la propuesta de crear centros de referencia o la eliminación de barreras entre las comunidades autónomas.
Tapias señaló que la ventaja de conocer a fondo los medicamentos permite a una compañía pensar en cómo se puede aportar más valora los pacientes pensando en las necesidades del mismo, que junto con la eficacia, da lugar a resultados en salud. “Es lo que llamamos beyond the pill”, explicó y busca añadir valor al fármaco.
La representante de Ipsen hizo un repaso por los proyectos que han puesto en marcha en pacientes con tumor neuroendocrino o pacientes con espasticidad. En este último, mostró a través de un vídeo cómo se ha desarrollado todo el proyecto.