Incorporar la medición de resultados y la rendición de cuentas de forma ordinaria en el Sistema Nacional de Salud (SNS) es uno de los grandes caballos de batalla de Francisco Igea como portavoz de Ciudadanos en la Comisión de Sanidad del Congreso de los Diputados. Para avanzar en la materia, profundizar en su conocimiento y liderar el cambio, este partido político ha organizado en el Congreso de los Diputados la jornada de debate ‘Claves para el buen gobierno del SNS: registrar, medir, evaluar y reaccionar”. Una jornada por la que, a lo largo de una mañana, han pasado numerosos expertos que han profundizado en su visión sobre el asunto ante un auditorio formado por los responsables de Sanidad del partido y los miembros de sus comisiones en esta materia, así como una importante presencia de diferentes agentes del sector.
Igea ha valorado la jornada como “una muestra” de cómo quieren hacer las cosas, “una manera diferente de hacer política sanitaria basada en la verdad, la evidencia y el reconocimiento de los expertos”. En relación a los participantes en las diferentes mesas, los ha calificado como “los mejores” puesto que, siguiendo el consejo del presidente de su partido, Albert Rivera, han querido “huir de la mediocridad”.
Una de las mesas principales versó sobre la ‘Valoración de la innovación en Farmacia’ y, durante la misma, los economistas Jorge Mestre y Juan Oliva, así como el ex director general de Cartera Básica de Servicios del SNS, Agustín Rivero, analizaron cómo se valora la misma en nuestro país y su comparación con otros de nuestro entorno.
El economista freelance y ex director de consultoría de la Office of Health Economics (OHE) de Londres, Jorge Mestre, puso de manifiesto la dificultad de determinar el valor porque no se conoce el precio real de los medicamentos sino “el precio de lista”. A pesar de ello, expuso que el porcentaje de gasto en medicamentos sobre el gasto sanitario total está disminuyendo en todos los países de nuestro entorno, de forma general.
Más allá, realizó un repaso por la valoración que se hace en distintos países sobre la innovación y planteó la existencia de dos modelos: uso formal del análisis de coste-efectividad y la determinación del valor terapéutico añadido.
Financiación de la innovación
Por último, Mestre expuso los cambios que ha sufrido en los últimos tiempos el Cancer Drugs Fund inglés y su enfoque actual hacia financiar un medicamento mientras se avanza en estudios que permitan “reducir la incertidumbre existente en los medicamentos cuando se inicia su comercialización”. Mestre se mostró de acuerdo con estos fondos centralizados si se dedican a esta función.
Por su parte, Rivero explicó la actividad de la dirección general de Cartera Básica durante los cinco años en los que estuvo al frente. “He aprobado 211 medicamentos incrementando el gasto en farmacia solo un 2-3%” explicó, poniendo de manifiesto la importancia que desde la administración se da al impacto presupuestario.
Además, explicó cómo se gestó la herramienta de medición de la innovación que el Ministerio de Sanidad desarrolló en colaboración con la Universidad de Alcalá de Henares, con la coordinación de Francisco Zaragozá, con el objetivo de ayudar a la fijación de precios en función de la innovación aportada por un nuevo medicamento. En este sentido, se mostró esperanzado en que el trabajo realizado sea aprovechado por el nuevo equipo del Ministerio de Sanidad puesto que, según él, solo queda avanzar en el paso de traducir el ratio de innovación en precio.
La mesa la cerró el profesor de análisis Económico de la Universidad de Castilla-La Mancha Juan Oliva, que puso el acento en si España toma sus decisiones de financiación y fijación de precios según el valor. Este experto criticó que, a pesar de que el Real Decreto-ley 16/2012 creó la figura del Comité Asesor para la Financiación de la Prestación Farmacéutica del Sistema Nacional de Salud, seis años después aún no está conformado a pesar de que la figura legislativa que lo creó era un decreto “urgente e inmediato”.
Además, criticó que la toma de decisiones de la Comisión Interministerial de Precios de los Medicamentos (CIPM) tampoco se haya orientado hacia la toma de decisiones basadas en el valor. A este respecto, consideró que a pesar de que se establece claramente su uso en la legislación, la realidad es muy distinta. Y a este respecto puso de manifiesto las duras críticas que ha sufrido el mecanismo de financiación y fijación de precios por parte de organismos como la Comisión Nacional de Mercados y Competencia (CNMC) o el Tribunal de Cuentas.
Evaluación del valor en las nuevas tecnologías
Otra de las mesas de la jornada se centró en el valor de las nuevas tecnologías. En ella, José Luis Conde, director de la Agencia de Evaluación de Tecnologías Sanitarias (ETS) del Instituto de Salud Carlos III reclamó que la ETS “sirva para tomar decisiones”. A este respecto, consideró necesario fijarse más en “el resultado global-final e impacto en salud” y menos en los resultados intermedios como la medición de glucosa, presión arterial, etc.
Por su parte, el director de la Fundación Gaspar Casal, Juan del Llano, realizó un repaso por la actividad de evaluación que se realiza en las diferentes agencias europeas y puso de manifiesto que, en el caso de Alemania, Francia y España, “las agencias asesoran, hacen recomendaciones”, mientras que en Suecia e Inglaterra y Gales “tienen funciones regulatorias”.
La mesa se cerró con Gorka Sánchez, responsable de Innovación del Servicio Murciano de Salud, que reclamó poner el foco en la innovación, algo “estratégico en el siglo XXI”. Por ello, puso de manifiesto que nnovar es pensar en servicio y no en producto; pensar en usuario y no en la empresa e implementar y no solo investigar y desarrollar.
Humanización de la asistencia
La humanización también estuvo presente en la jornada organizada por Ciudadanos. En concreto se abordó la ‘Calidad percibida y humanización’ en una mesa en la que participaron Julio Zarco, director Área de Personalización de la Asistencia Sanitaria y RSC Hospital Clínico San Carlos, Mónica Lalanda, médico especialista en Urgencias, y Tomás Castillo, presidente de la Plataforma de Organizaciones de Pacientes (POP).
Zarco remarcó que la humanización es “una forma de hacer las cosas” y llamó a ahuyentar los pensamientos de que se trata de una cortina de humo ya que “puede ser una moda en lo formal, pero la forma de trabajar es como un vino viejo”. Además, este experto reclamó trabajar en el ámbito de la ‘homosfera’, donde confluyen las acciones de paciente, profesional y sistema y pidió avanzar en “crear indicadores de calidad de percepción de los cuidados por parte de los pacientes sus familiares, no solo encuestas”. Por otro lado, consideró necesario “que el paciente sea una variable fundamental en la toma de decisiones”.
Por su parte, Lalanda puso de manifiesto que gran parte de los resultados en salud que se obtendrán en los pacientes serán a costa de lo que se decida en Las Cortes, en relación a las políticas de salud que se impulsen. Además, criticó que los médicos han “dejado de tener tiempo para los pacientes y lo suplimos con pruebas y recetas”. Del mismo modo, llamó a no confundir que una buena calidad percibida por parte del paciente se equipare a una mejor salud. En este aspecto describió el deterioro de las urgencias en el National Health System (NHS) inglés a consecuencia de la política que marcó como obligatorio que la espera en Urgencias no superara las cuatro horas. Al final ese objetivo se puso por encima de la adecuada asistencia sanitaria, con lo que se ponía en riesgo la salud.
El representante de los pacientes puso en valor las acciones que pueden hacer en beneficio del sistema. “Venimos con el espíritu de proponer más que protestar”, aseguró el presidente de la POP. Castillo pidió como uno de los elementos de mejor para el SNS incrementar la información del paciente asegurando su comprensión por parte del mismo. Por ese motivo, explicó que están promoviendo una proposición de Ley que avance en la protección del derecho a la información del paciente. “El paciente tiene que tener una información veraz, contrastada y de su propiedad, por lo que se lo tiene que poder llevar consigo”, explicó. Además, en relación al consentimiento informado, Castillo reclamó que su objetivo sea la información y “no ser visto como un eximente legal”.
Calidad y resultados
La calidad asistencial y los resultados en salud en atención hospitalaria y primaria fue otro de los asuntos tratados en la mesa en la que participaron Susana Lorenzo jefa de la Unidad de Calidad del hospital Fundación Alcorcón, y Boi Ruiz, exconsejero de salud de Cataluña. Lorenzo puso de manifiesto que “lo que no se mide no se puede mejorar” al tiempo que puso de manifiesto que para “hablar de resultados se requiere de una política de calidad”. Esta experta también puso de manifiesto que la calidad “no es un hobbie”, se hace “para mejorar”. Además, consideró que “tiene un coste, pero es mucho más barato trabajar con calidad que sin ella”. Por ello, también abogó por medir y hacer públicos resultados así como tener un compromiso con pacientes y ciudadanos e incentivar a los profesionales por la medición.
Boi Ruiz, por su parte, consideró una obligación la rendición de cuentas tanto ante el ciudadano, como sujeto de derecho, ante el contribuyente, por los recursos destinados a la Sanidad y ante el paciente, en cuanto a la efectividad de los cuidados. El exconsejero de Cataluña consideró que la rendición de cuentas permite “validar las políticas y hacer los cambios necesarios; evaluar la aportación del sistema sanitario a los indicadores de salud y ganar en equidad”.
Para este experto, la equidad en el acceso a los resultados “debe guiar la planificación y no la accesibilidad”. Además, según explicó la medición de resultados es “el instrumento de garantía para la autonomía de gestión que las organizaciones de conocimiento requieren”.
Ruiz también realizó un repaso por los indicadores de la central de resultados del ámbito de la atención hospitalaria de Cataluña que él puso en marcha, no sin dificultades. Según explicó, había información suficiente para crear una serie de indicadores agrupados en atención centrada en el paciente; adecuación; efectividad; seguridad; eficiencia clínica; sostenibilidad económica, docencia; tecnologías de la información y comunicación.